Trabajadores marítimos que participaron en la reciente prospección de langostino en aguas jurisdiccionales del Golfo San Jorge calificaron como «un verdadero desastre » la calidad del recurso capturado y desembarcado en Caleta Paula.
Durante el relevamiento, realizado con dos barcos fresqueros, la presencia de ejemplares de escaso tamaño y la alta incidencia de merluza generaron gran preocupación en el sector que esperaba encontrar langostino de calidad comercial. A decir verdad, la prospección solo mostró lo que hay y lo que las numerosas campañas del INIDEP a través de los años vienen ofreciendo. Durante los últimos años, las campañas de langostino, en parte, recorren más de 30 puntos (de las 100 a 110 monitoreadas como estaciones fijas de muestreo permanente), donde el propio ente que rige la biología marina evidencia en sendos Informe Técnico Oficial (ITO) cada uno de los puntos recorridos. De hecho, nada de lo que sucedió en esta aventura de la provincia de Santa Cruz, escapa a la realidad de años de investigación con la diferencia que sobre los buques de investigación hay gente especializada en el seguimiento de cada cohorte, lo que generó información suficiente para pasar de 40.000 a las 200.000 actuales con la garantía de un caladero sostenible, en un esfuerzo de todos los participantes del sector (privado, administrador y biológico).
«No era solo langostino chico, era langostino con merluza«, señalaron los marineros después de la prospección, que no solo consistió en langostino de talla reducida, sino que además estaba acompañado por una considerable cantidad de merluza. Según indicaron, uno de los buques logró pescar apenas 50 cajones de langostino, con una alta presencia de merluza y pez gallo.
En tanto, el otro barco, el BP Nddanddu no capturó langostino y desembarcó exclusivamente merluza de buen tamaño, debiendo abandonar la prospección a no más de 8 lances, » para solventar los gastos de la movida «, dijo un hombre del puente consultado. » La realidad es que hay mucho langostino en etapas juveniles, no conviene ni tocarlos. El más grande con, buen ojo, llegaría L4-5, pero la mayoria, te repito, es todo juvenil. Es una lastima hacer mas lances, porque son todos iguales. Hay marca, pero todo langostino juvenil «, terminó afirmando a última hora del domingo.
Por su parte, desde la provincia, el gobernador Claudio Vidal remarcó que “ es importante saber qué es lo que hay, qué tamaños, qué cantidad, las posibilidades de captura y demás. Por eso, en este marco, la provincia decidió hacer un estudio que se divide en tres etapas: enero, fines de febrero y fines de marzo”.
“La idea es salir con barcos comerciales, hacer lances pequeños y de corta duración, aproximadamente entre 20 minutos y media hora. De esos lances se sacan muestras, se mide cada una de las especies que hay en la zona, y luego esa información se procesa para que podamos sacar conclusiones sobre el estado de los recursos y las políticas que debemos aplicar como provincia ”, explicó Vidal.
Frente a estos resultados desalentadores, los grupos empresarios expresaron su profunda preocupación ante la posibilidad que el subsecretario de Pesca, Fernando Marcos, conceda el ingreso de una flota de fresqueros al Golfo San Jorge, ad referendum de lo capturado, que a Dios gracias para todo el sector, fue decididamente de talla juvenil y con fauna acompañante de merluza por encima de los valores admisibles. No obstante ello, todo entra en una subjetividad frecuente en prospecciones realizadas por otros participantes alejados de la certeza arbitraria biológica y científica del INIDEP.
Esta medida, lejos de responder a criterios de sostenibilidad, se perfila como una maniobra arbitraria que, bajo la excusa de un relevamiento técnico, el interes es buscar una negociación de mayor cuota social para la provincia. Es la misma política expansiva que Santa Cruz busca desde el comienzo de esta gestión, -las pruebas a la vista- con las 20.000 toneladas mas de merluza común que se otorgó a una provincia que ni siquiera tiene las herramientas y elementos para poder capturarla y procesarla.
Mientras tanto advirtieron, que desde las entidades oficiales, se dilapidan recursos pesqueros mediante la distribución irresponsable de cuotas sociales, sin el menor análisis de las devastadoras consecuencias de sostenibilidad como sustentabilidad, comprometiendo y afectando el equilibrio ecológico y la actividad pesquera en su conjunto. Algo que rompería el sano equilibrio entre actores, pero además, con cambios sustanciales en las medidas de manejo de toda la pesquería, algo superado, que llevó desde 40.000 toneladas descargadas hace algunos años atrás, a las 220.000 toneladas capturadas durante el 2024.