La demanda mundial de productos enlatados, ha tenido en los últimos 40 años procesos que llevaron a situaciones críticas para el sector conservero. No fue casualidad que hayan desaparecido en Mar del Plata más de 40 saladeros y varias empresas del sector conservero. Basta con preguntar a quienes venden maquinarias para el sector, es el caso de Orengia y Conforti, como se ha tenido que reconvertir en función de la demanda, para saber que la industria conservera de pescados y mariscos viene teniendo un desempeño, al menos irregular.
Atribuir las causas de tal desempeño tiene vericuetos rebuscados, pero en grandes rasgos, dos factores determinaron su situación actual.
En principio el recurso se encuentra lejos del puerto local, la anchoíta casi no pasa por Mar del Plata, o al menos a una distancia que justifique el costo beneficio; y la caballa o magru a 20hs de navegación donde se estaría analizando habilitar la zona de El Rincón para incentivar la captura e indirectamente apoyar la situación de las conserveras en tierra firme, además del permiso de operar dentro de la ZVPJM con observador a bordo como lo habían solicitado en la ultima Acta del CFP Nro.24, las Cámaras UDIPA y la Asociación de embarcaciones costeras.
Sin dudas son dos especies que generan mucha mano de obra que hoy se encuentra erosionada porque las dos especies están subcapturadas y como tal, el hilo se corta por lo más delgado, el trabajador y las empresas conserveras.
Por otro lado, este tipo de pesca dirigida, antiguamente se armaba para convertir la zafra en una alternativa a pesqueros costeros y tradicionales lanchas amarillas, que esperaban su paso en aguas afuera de Mar del Plata, hoy casi es inexistente.
El modelo extractivo llevo a desplazar esas embarcaciones por fresqueros de altura que, prefieren otras especies más simples de pescar, como la merluza. En otra situación, en el muelle la variable de ajuste hubiese sido multiplicar el precio, pero las conserveras hoy, están limitadas en su cadena de costos habida cuenta del marco internacional de referencia de las especies enlatadas. Es decir, la conservera hoy debe mirar detenidamente el precio de compra debido al techo impuesto en dólares del mercado internacional de la anchoíta y la caballa, por ende, el problema es evidente y la solución de difícil respuesta por parte de las autoridades. No depende de ellos.
Desde las empresas buscan que la toma de decisiones en materia de política pesquera incentive a un sector de la industria procesadora que de a poca pelea por la subsistencia, la anchoíta y la caballa, dos especies subcapturadas que otrora generaban un aceitado sistema de generación de trabajo, por lo general e histórico entre mujeres del sector que esperaban la temporada a partir de agosto.
Hoy, las ambas especies pasan lejos de Mar del Plata, son pocos los barcos que operan a esos recursos y los afectados son las empresas y los trabajadores de ellas. Todos en el mismo barco pelágico que parece no encontrar el rumbo.
Esta última semana, el martes, empresarios y participantes del sector conservero estuvieron con el Subsecretario de Pesca Dr. Carlos D. Liberman que los recibió como lo hace con todos los del sector, -destacable-.
Luego de la extensa reunión que promete dar respuestas y soluciones, pero que, en el fondo, no sabemos si de Él, dependen.
Quizá el camino haya llevado al sector fresquero, que es quien genera mucho trabajo y mano de obra en plantas continentales, sea bivalente -merluza y langostino- en cambio de multipropósito como en el pasado, perdiéndose así un sinnúmero de oficios a bordo y cayendo en una trampa laboral y empresaria para la industria del enlatado. Mas aun, si la obligación es cumplir la CITC de merluza para no perderla, esta semana la variable de ajuste en el muelle será el precio.
La pesca, a pesar de la poca tinta empleada en los principales medios de difusión del país, está creciendo y fuerte con las actuales autoridades de pesca, como sector exportador y generador de divisas; pero el éxito en la actividad extractiva no se refleja en el componente industrializador y generador de mano de obra y trabajo en tierra. Sabemos que desde las oficinas de Paseo Colon 922 se busca bajar las retenciones a 0% para todo producto manufacturado y con valor agregado en tierra; desde economía lo analizan para ver como suplir esa baja en la recaudación y antes de fin de año, posiblemente, saldrá ese nuevo apoyo desde Pesca Nación al sector.
En resumen, hoy el rompecabezas para los funcionarios de pesca es trasladar ese éxito extractivo en la generación de mano de obra en tierra, con reprocesado y generación de valor agregado. Se trabaja en ello, y rápidamente, por lo que, habrá anuncios importantes para el sector, pero la respuesta no está en el funcionario, sino en un recurso que depende de la cantidad de pesqueros que se dedican a la búsqueda, que cada vez es menor y con un recurso cada vez más lejano.
Por Gustavo Seira