Vaya si fue uno de los símbolos de la pesca marplatense. Respetado y respetable hombre del puerto marplatense. De esos seres humanos que no se repiten.
Su mundo fue la pesca, el mar y su familia. El legado de su apellido, quedará presente en el muelle de la banquina chica e histórica.
No es casualidad que el apodo le haya ganado al nombre propio. Siempre será “Tanino” en el puerto, en el centro de jubilados, en una mesa jugando a los naipes en Aldosivi.
Deja varias páginas escritas a fuego no solamente en el puerto, sino en la ciudad, con el recuerdo de esa persona firme en sus dichos y siempre con ganas de transmitir lo que vivió, en su “idioma” tan particular, mezcla de castellano con italiano y usando palabras que solamente se usan en un lugar tan particular como la comunidad portuaria.
Desde nuestra Editorial acompañamos con profundo dolor a su esposa, Emilia, incondicional compañera en sus locuras por el puerto, del mismo modo que a sus hijos Daniel, Sebastián, Luis y Lucía. Hacemos extensivas nuestras oraciones para que Dios, nuestro Señor, lo reciba en paz.