El pedido, al INIDEP, esta vez apunta a la disponibilidad de efectuar una campaña dirigida hacia ese recurso puntual y con un buque de investigaciones del Instituto.
Recordemos, desde la salida del Jefe de investigaciones de la especie abadejo del Atlántico Sur (Genypterus blacodes), el Dr. Héctor D. Cordo, el INIDEP, conservó el esquema precautorio de sus últimos informes realizados cuando se prospectaba ad hoc el recurso.
En la medida que el tiempo hizo su paso, el Instituto de investigaciones aprovechó campañas de merluza para poder identificar concentraciones, medirlas y tomar una decisión respecto a ese recurso, que ya en el ITO (Informe Técnico Oficial) Nro. 33 se menciona “riesgo de colapso”.
Desde aquella época (2008) a hoy, pasaron más de 14 años y los signos evidenciados de alerta por el Dr. Cordo fueron piedra fundamental para elegir proteger una especie longeva cuyos síntomas se exponía en aquel informe “ Se determinaron las estructuras de tallas y abundancia por grupo de edad del abadejo (Genypterus blacodes) en el área reproductiva en el período 2005-2007. Se pudo observar un cambio en la estructura de tallas de esta especie y en la de edad con respecto a años anteriores, con una disminución en el número de individuos de tallas menores a 70 cm de Longitud y de mayores a 100 cm de talla. No existió una disminución marcada en la abundancia relativa del stock reproductor pero en cuanto a la abundancia total se redujo un 47% en el período analizado, lo que concuerda con una importante disminución en el número de ejemplares juveniles. El mayor aporte a la pesquería es de edades de 3 a 8 años en el 2005, y en 2006 y 2007 de individuos de 6 a 8 años. Por lo tanto, las cohortes anteriores al año 2002 son las que aportan actualmente a la pesquería “.
De allí en más, cada ITO determinó la medida precautoria, pero con varios agravantes,
1).- No hubo investigador con el seguimiento del Dr. Héctor D. Cordo, desde el alejamiento al Instituto por razones de edad.
2).- Las prospecciones fueron realizadas por la flota comercial con la limitante de idoneidad y características distintas a una campaña como la llevada adelante por el especialista del INIDEP y su equipo, en buques de investigaciones exclusivos a esa especie. (BIP Eduardo L. Holmberg y Capitán Oca Balda)
3).- En los últimos años, la determinación del estado de la pesquería fue como consecuencia de campañas realizadas a la especie merluza, por ende en tiempos, áreas y con investigadores propios de esa especie y no de abadejo a pesar de los esfuerzos de numerables y recocidos biólogos.
4).- Hay evidencias irrefutables que desde los pozos donde habitan y reproduce el abadejo, cercano a la milla 200-201, lo que Argentina protege, lo pescan palangreros y arrastreros de la flota extranjera que opera la milla 201 con frondosas descargas en el puerto de Montevideo y/o en reefers en alta mar cuyo destino directo es el sudeste asiático y Brasil, donde el mercado absorbe lo que se descarga en volumen y con precios considerablemente superiores a la merluza de cabotaje.
5).- Es fundamental orientar campañas con gente idónea y capacitada en la especie y sobre buques de investigaciones para volver a tener el seguimiento y evolución de la pesquería, no el dato puntual de una prospección,. Ademas, si el recurso está para pescar se hará y sino, se dejará evolucionando, pero al menos con certeza científica y con una sucesión de datos que alimente las bases de datos perdidas desde el alejamiento del ultimo investigador de la especie en forma certera.
Situación Actual
Tanto en filete como en HG, el abadejo es altamente apreciado en el mercado. Uno de los principales destinos de exportación de Argentina, es Brasil. Sin embargo, debido a las restricciones de captura que fueron fijadas en aguas argentinas, el país vecino está siendo abastecido por Uruguay y Nueva Zelanda debido a la discontinuidad otorgada por Argentina. Se han perdido clientes y mercados.
Algo similar ocurre en Europa y los Estados Unidos, hasta donde llega abadejo proveniente de Uruguay, China, Corea y España, todos países que operan bajo diferentes formatos en la denominada Zona Fao 41, correspondiente a esta parte del Atlántico Sur.
Sin ir mas lejos, por estos días la OPV P-53 Storni estuvo en contacto con maniobras sospechosas del arrastrero chino Lu Qing Yuan Yu 205 sobre el mismo borde de la milla 200, donde la captura de abadejo es una constante para la flota de arrastre china y española.
“Resulta inadmisible que si existe esa magnitud de volumen de pesca haya severas restricciones en nuestras 200 millas, máxime con ausencia de información científica que la avale. La realidad está marcando una abundancia no tenida en cuenta al momento de establecer las áreas de veda”, se quejan los armadores locales.
Vale recordar en ese sentido que en 2017 fueron cerrados seis “pozos de abadejo” y se establecieron límites de descarga por marea. (Hoy, máximo 3% como fauna acompañante, aunque para grandes congeladores hasta 10.000kg poniendo claramente en desventaja respecto al resto de la flota). Ahora, se abre una posibilidad para tomarle el pulso al recurso y, eventualmente, redefinir su manejo, que es lo que se propone desde las diferentes cámaras fresqueras, en esta oportunidad.
Por otro lado, el abadejo es una especie que genera mucho trabajo en plantas industriales, donde se aprovecha, la gargantilla, los cachetes, el filete y hasta la vejiga natatoria con fines netamente farmacéuticos y para la industria de la belleza de la piel.