La industria pesquera de Alaska enfrenta un nuevo y alarmante rev茅s con el cierre inesperado de la temporada de abadejo en el Golfo de Alaska, sumando este desastre al reciente fracaso de la segunda temporada de calamar en Malvinas.
La situaci贸n en Alaska es cr铆tica: unas 50.000 toneladas de abadejo quedar谩n sin capturar debido a una creciente captura incidental de salm贸n Chinook, sobrepasando el l铆mite permitido. Este suceso golpea duramente a una industria ya debilitada por el colapso de las pesquer铆as de cangrejo y un a帽o nefasto para la pesca de salm贸n.
El Servicio Nacional de Pesca Marina (NMFS) impuso el cierre inmediato tras un incidente ocurrido el 22 de septiembre, donde dos barcos que operaban con artes de arrastre en el 脕rea Regulatoria Central del Golfo (CGOA) capturaron alrededor de 2.000 salmones Chinook, superando con creces el l铆mite de captura incidental. Este cierre deja a la regi贸n de Kodiak con cerca de 50.000 toneladas de abadejo sin pescar, lo que afecta directamente a la econom铆a local. Se estima que las p茅rdidas para la industria primaria extractiva son millonarias, mientras que los ingresos fiscales de la ciudad podr铆an caer entre 500.000 y 700.000 d贸lares.
Este evento no solo supone un golpe econ贸mico devastador, sino que tambi茅n impacta profundamente en la comunidad pesquera. Entre 80 y 90 puestos de trabajo de tripulantes, y de 800 a 1.000 empleos en plantas de procesamiento, se ven directamente amenazados. Empresas como OBI Seafoods ya se preparan para despedir a decenas de trabajadores, dejando en claro que este desastre no solo es un rev茅s para la pesca, sino para toda la estructura socioecon贸mica de la regi贸n.
Lo alarmante es que este cierre no ser谩 cubierto por fondos de ayuda federal, a diferencia de otras pesquer铆as afectadas por desastres. Las p茅rdidas no califican bajo la Ley Magnuson-Stevens, dejando a la comunidad en una posici贸n sumamente vulnerable, sin un mecanismo inmediato para mitigar el impacto devastador.
El hecho a destacar en esta presentaci贸n de Alaska y d铆as atr谩s sobre el cierre inesperado de la segunda temporada de pesca en Malvinas, aunque en esferas distintas, por razones diferentes y con especies que ni siquiera interact煤an, en latitudes tan opuestas, simplemente es un caso testigo no aislado. Los mares del mundo transitan un severo embate, que bien pueden ser como consecuencia de la sobrepesca, las condiciones de temperaturas, termoclinas m谩s profundas, corrientes marinas, salinidad o cualquier condici贸n que tenga que ver con el medio, adem谩s del impacto del ser humano; lo concreto es que los oc茅anos del mundo transitan una aceleraci贸n a la baja pronunciada en cuanto a reacciones adversas de la biomasa. Este es el hecho alarmante que con inteligencia debe ser capitalizado por Argentina.
En Conxemar se ha destacado el crecimiento del cultivo por sobre las capturas salvajes proveniente de la tradicional arte de pescar; es otro hecho tambi茅n testigo de lo que esta ocurriendo en el mundo y no aislado. Los mares dan muestras de la preocupante disminuci贸n de biomasa de recursos vivos; si en Argentina, en una plataforma inmensamente generosa, la salud de las especies est谩n en equilibrio, el rol del INIDEP pasa a tener una hegemon铆a central y predominante en la actividad pesquera, como ente que mide, monitorea y analiza permanentemente las condiciones hidrobiol贸gicas y cada una de las especies.
Por el otro lado, el organismo que dicta las medidas de administraci贸n de las pesquer铆as, con responsabilidad y altura, deben imponer el justo equilibrio para cuidar el gran tesoro de Argentina en el mar, que sin dudas, es la biomasa; de uno de los pocos caladeros que se encuentran saludables y en plena producci贸n.
Cada uno de los actores involucrados en la ambiciosa y desatinada idea de incrementar la pesca deber铆a reflexionar profundamente sobre su rol en este complejo escenario, especialmente en lo que respecta a las responsabilidades sociales de las provincias. Si bien se intenta justificar cada acci贸n desde una perspectiva de necesidad econ贸mica o social, es evidente que cuando se busca una soluci贸n r谩pida a los problemas mirando hacia el mar, se subestima la crucial importancia de preservar la biomasa marina. En un mundo que ha agotado los recursos vivos del oc茅ano de manera voraz, es imperativo reconocer que continuar explotando estos ecosistemas no es una opci贸n sostenible.
La preservaci贸n de los mares y sus recursos es una tarea que incumbe a todos por igual. Es imperativo que cada uno de los actores asuma la responsabilidad de entender que los recursos marinos pueden ser infinitos 煤nicamente si se gestionan con prudencia y respeto. De lo contrario, el agotamiento y la extinci贸n de estos valiosos recursos no es una posibilidad lejana, sino una amenaza inminente.
El horizonte para la pesca en Alaska, Namibia, Madagascar, Espa帽a, Terranova, el Mediterr谩neo son cada vez m谩s sombr铆os, con un colapso tras otro que amenaza con destruir las bases econ贸micas y sociales de la regi贸n que ha desarrollado por la principal actividad que se desprende del mar; que sea una muestra donde Argentina no deba llegar, es responsabilidad de todos.









