La reciente negociación paritaria entre la Cámara de la Industria Pesquera Argentina (CaIPA) y el Sindicato Obrero de la Industria del Pescado (SOIP) para el último trimestre de 2024 y el primer bimestre de 2025 ha puesto de manifiesto diferencias entre los frigoríficos industrializadores de materia prima fresca (merluza) y las empresas integradas que lideran la cámara empresarial.
Sin dudas numerosas razones de índole netamente económica hacen que las diferencias queden expuestas. No obstante, difícilmente el SOIP acepte un incremento salarial menor al IPC para el ejercicio en cuestión; lo que abre un frente de difícil solución, en principio. Frenar la cadena de manufactura y procesamiento es indirectamente parar la actividad primaria extractiva. Un problema más que muestra para los próximos días el sector fresquero procesador.
CaIPA, única entidad con personería para discutir condiciones salariales con el gremio, enfrenta un escenario donde algunos de sus integrantes presentaron un comunicado abierto a la prensa donde se esgrimen los fundamentos evitando acompañar una medida que aborda la posibilidad de incrementos salariales para la parte final del ejercicio 2024/2025.
El acuerdo tentativo establece un incremento salarial del 11,3% (guarismo que surge de la aplicación del IPC mensual) entre octubre de 2024 y enero de 2025, más el ajuste por el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de febrero. Sin embargo, esta recomposición ha sido rechazada por Cafrexport, entidad que agrupa a los frigoríficos sin flota propia, y por algunas empresas adheridas a CaIPA, que emplean trabajadores bajo el convenio colectivo de trabajo del SOIP.
Históricamente, Cafrexport ha replicado los acuerdos salariales alcanzados entre SOIP y CaIPA para el personal que integra las plantas de procesado de pescado, que en su mayoría es realizado por cooperativas de trabajo. No obstante, en un reciente comunicado, los frigoríficos exportadores anunciaron que no convalidarán los términos de este nuevo acuerdo, rechazando los montos, la modalidad de liquidación y los términos de retroactividad propuestos, algo que en definitiva el SOIP no aceptaría, por cuanto todos los gremios del personal embarcado estarían en condiciones de negociar y cerrar la pauta para los últimos 5 meses del ejercicio 2024/2025 (octubre-febrero) con valor de ajuste IPC, y difícilmente SOIP convalide un guarismo inferior, asi lo planteó una fuente de ese gremio ayer a última hora.
Si bien ni CaIPA ni SOIP han brindado detalles oficiales, trascendió que el esquema de recomposición salarial contempla aumentos escalonados: 3,5% en octubre, 2,7% en noviembre, 2,4% en diciembre, 2,7% en enero y un ajuste en febrero atado al IPC.
La resistencia de ciertos actores del sector se basa en la delicada situación económica de la industria. Un empresario del sector resumió la problemática señalando que » aceptar estos aumentos implicaría pérdidas aún mayores en productos como el filet interfoliado destinado a Brasil, cuya exportación genera una pérdida de entre 300 y 350 dólares por tonelada «.
Desde Cafrexport han subrayado que la actividad pesquera está atravesada por múltiples factores que afectan de manera diferenciada a cada subsector. En este sentido, manifestaron su disposición a dialogar con los trabajadores en busca de acuerdos que permitan la sustentabilidad productiva sin menoscabar el poder adquisitivo de los empleados, especialmente en un contexto de desaceleración inflacionaria pero de persistente crisis económica sectorial. Para hoy, se esperan varias reuniones para ordenar un esquema laboral que no condice con las realidades de un sector que es el eslabón más débil de la cadena. La actividad ingresó en terreno de rentabilidades negativas y encontrar el equilibrio de sus participantes será sin dudas un desafío de rigor para los próximos días.
Surgen de este nuevo escenario un sin números de apreciaciones, que como tal, pueden tener diversas aristas y ribetes, dos, sin dudas son interesantes y a analizar:
- ¿Se puede llegar al gobierno con un planteo de reducción de impuestos cuando se paga más por mano de obra…?
- Por sensus contrario, ¿Se paga un oneroso canon de asignación de cuotas de merluza, para tener los barcos parados…?
- ¿Se puede gerenciar los destinos de la pesca merlucera de Mar del Plata en función de las necesidades urgentes de la actividad langostinera de Chubut? (a pesar de la gravosa pérdida de rentabilidad).
Detrás de todas estas inquietudes, la notificación presentada no termina de ser una punta de lanza de otros temas mucho más de fondo que atraviesa la actividad toda en el cambio de modelo económico del país. Todas las propuestas siempre son valederas, pero cesar las actividades e ingresar a un modelo de paro gremial, siempre es como ir a la guerra, se sabe cuándo y cómo empieza, pero nunca cuándo y cómo termina; con el agravante que en el trajín, muchos siquiera retornan… como el ajedrez, antes de mover las fichas, es necesario mirar la jugada. (Es una opinión, nomas..!)