Chubut. Un conflicto que está dañando a todo el sector pesquero y le hace perder credibilidad. Algunas plantas de procesado argumentan que no pueden abonar lo que se acordó con el STIA y la CAPIP.
El conflicto que cada día toma distintas aristas en la provincia chubutense, no deja de sorprender y no permite que se trabaje de modo productivo, por lo que distintas empresas mantuvieron una reunión con el fin de poder aunar criterios ante la situación que atraviesan, donde varias plantas procesadoras se encuentran sin trabajar.
Los empresarios manifiestan que no están en condiciones de abonar los aumentos salarias que pudiesen cerrar entre el Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Alimentación –que nuclea a aquellos que procesan pescados y mariscos- y el Cámara Argentina Patagónica de Industrias Pesqueras, argumentando que poseen una escala de producción muy inferior a la que tienen las plantas que están agrupadas en la cámara.
Los empresarios que manejan plantas de menor valía que las nucleadas en la cámara, argumentan además que no poseen materia prima para procesar, algo que se está repitiendo año a año.
Con un valor por el langostino mucho menor a lo que se venía abonando en los mercados internacionales, barcos que tuvieron que desechar sus capturas, sumado a los conflictos gremiales, el panorama es poco menos que de incertidumbre.
Según sostienen empresarios que no están encuadrados en ninguna cámara empresaria, la preocupante situación no es de estos días, sino que se viene repitiendo desde hace tres años por lo menos, ya que el funcionamiento de esas plantas se sostiene prácticamente con el procesado de langostino.
Desde su óptica, y con el trabajo solamente sobre un solo recurso (langostino) no tiene más salida que mantener las plantas cerradas, aunque buscan alternativas, a pesar de tener el recurso, pero los conflictos no les permite trabajar adecuadamente, donde ya piensan varios en que si continúa este esquema de pérdida, los llevará la quiebra financiera.
La información que llega desde la provincia chubutense da cuenta que en varias plantas se produjeron despidos como consecuencia de la falta de trabajo y que no pueden “aguantar” hasta el próximo mes de junio, momento en que se abra la zafra nacional del crustáceo.
Se habla de una temporada muy difícil la que se está atravesando, dado que el bajo precio, el poco pescado que ingresa a puerto (como consecuencia de conflictos que hemos venido enunciando) y el poco tiempo para la finalización de la zafra provincial, hacen que esa combinación, se haya transformado prácticamente en una “bomba de tiempo”.
Las ciudades que congregan a las plantas de procesado se encuentran en Trelew, Camarones, Dolavon, Comodoro Rivadavia y Puerto Madryn, donde prácticamente una veintena de esos establecimientos se encuentran en la misma situación, según denuncian desde el sector empresarial.
En las plantas más chicas de procesado, un centenar de trabajadores por turno son los que se encargan de manipular la materia prima, mientras que en los establecimientos más importantes pueden llegar a ocupar hasta 500 personas por turno. Calculan que si la situación no tiene una salida inmediata, serán casi unos 10 mil trabajadores los que deban buscarse otra ocupación o bien esperar a la zafra nacional de langostino.