Uno de los temas más acuciantes a nivel internacional y que tienen estrecha relación con la industria pesquera y el transporte de cargas, son los contenedores o TEUs (esta sigla es un acrónimo del término en inglés Twenty-foot Equivalent Unit), que sería algo así como Unidad Equivalente a Veinte Pies y representa una unidad de medida de capacidad inexacta del transporte marítimo.
La pandemia, que dejó y deja secuelas en las personas –además de los fallecidos-, también hizo ver cuestiones que no estaban previstas en ninguna parte.
El mayor tránsito de mercaderías por vía marítima, derivada del aumento del consumo de productos (sobre todo alimenticios) y la sobredemanda puntual como producto de haber bajado los stocks a cero después de 9 meses de completa inactividad producto de la prevención del COVID-19, ha hecho colapsar varios frentes, sobre todo los puertos y algunas terminales de contenedores.
Cientos de buques portacontenedores han hecho que se vuelvan a estudiar las formas de logística y sobre todo los lugares destinados al depósito de contenedores vacíos mayormente.
Terminales abarrotadas de “tachos” ocupando lugares y apilados semejando a edificios, han hecho que la creatividad y el ingenio se pongan aún más de manifiesto.
Es que según estimaciones, algo más de 23 millones de contenedores que pasarán por los distintos puertos del mundo están y estarán vacíos. El hecho de que muchos de estos “vacíos”, pasen días o semanas ocupando espacio en zonas de espera y terminales ya saturadas, lo único que hará es agravar los retrasos en las cadenas de suministro.
Seguramente con la intensa búsqueda de los TEUs de 53 pies que se viene haciendo, puede facilitar el propio transporte, pero no es la solución porque esto solo se está buscando normalizar a nivel continental (léase América, aunque Estados Unidos y Canadá ya los usan).
En los Países Bajos existe una empresa de nombre Delft que “picó en punta”, ya ha comenzado a realizar pruebas de unos contenedores plegables. La novedad señala que esa creación puede plegarse hasta una cuarta parte de su volumen, ocupando por supuesto menos espacio en camiones, en embarcaciones, en los muelles y en las terminales destinadas a este tipo de mercaderías.
Las pruebas que han comenzado intensamente debido a las urgencias del mercado (urgencias de espacio pero también económicas porque se elevó el costo del transporte sustancialmente) ya se realizan en más de 15 líneas navieras que navegan por 60 puertos de todo el mundo, acción ésta, muy ponderada por las navieras y calificada como el “sueño de la industria naviera”, por sus amplias ventajas de muchas índoles.
Aún no se han popularizado este tipo de contenedores más allá de los deseos de las navieras, porque los costos iniciales son más elevados que los actuales, pero a la larga será fructífero porque las erogaciones bajan considerablemente por lo que se transformarían en algo habitual, que ya dejara de llamar la atención.
La búsqueda también está orientada a que no se vuelvan a producir los efectos post pandemia y que aún se siguen sintiendo.
El tipo de contenedores que hoy conocemos, sobre todo en la Argentina, ya tienen prácticamente 50 años desde su implementación, donde se los pudo imponer y lograr las certificaciones internacionales correspondientes.
Ahora será el turno de poder imponer este nuevo modelo “plegable” y también que pueda lograr la certificación internacional requerida para poder utilizarlos.
Argentina deberá también adecuarse a estas nuevas modalidades de transporte y lugares de depósitos acordes. Esto que hoy es un paradigma y que tal vez poco miran, hasta subestimando la situación, con el correr del tiempo (no muy lejano) habrá que adecuar las terminales de contenedores y buques portacontenedores para no quedar afuera del sistema: por un lado los contenedores de 53 pies y por el otro los contenedores plegables, que además, son de tinte ecológico, algo que también se deberá tener en cuenta. Esperemos que los puertos argentinos estén acordes a estas modificaciones, como tantas otras, que está generando y demandando el mercado internacional.