Sin poder ocultar su emoción, como tantos de los participantes en una mañana que quedará sellada como otra de las históricas en el Puerto de Mar del Plata, la responsable de SPI Astilleros, Sandra Cipolla, dialogó con PESCARE, con la predisposición que la caracteriza, y sin dejar pasar ningún detalle.
De hecho, tuvo previsto junto a un gran equipo, que por la lluvia persistente, los concurrentes que lo deseaban, pudiesen hacerse de un paraguas para resguardarse. En otras palabras: nada librado al azar como en su diaria tarea.
Difícil ocultar las sensaciones, se ve el trabajo que hay detrás del “Luigi” y prácticamente en forma simultánea el “Anita”.
La realidad es que sí, que es difícil ocultar esta emoción. Hace 30 años que estoy en la industria naval. Sé lo que nos costó llegar a donde llegamos y esto era un desafío más allá de un sueño.
Nos pusimos a soñar juntos con el Grupo Solimeno. Esto tiene que ver con la vocación y con la decisión que tomaron ellos en confiar en nosotros y poder ser conteste a ese depósito de confianza, porque uno siempre tiene dudas y el haberlo logrado, saber que está en la recta final, que ya nada va a empañar lo que hemos hecho, se traduce en eso justamente, en satisfacción y emoción pura.
Y como si esto fuera poco, ya comenzando con el B/P “Anita”, otro momento muy grato, no solo para ustedes sino también para los concurrentes.
Y además poner la quilla del “Anita” que tiene que ver con esto, con lo que uno genera, con estas decisiones que toman los empresarios como la de construir barcos aquí en la Argentina y sobre todo en Mar del Plata, como decidir ampliar un astillero, terminan con un joven de 22 años soldando las simbólicas monedas, en este caso del “Anita”.
Cipolla debe hacer una pausa, sus ojos se humedecen, se le entrecorta la voz y continúa…
Para mí la tarea está cumplida. Tengo que seguir trabajando, pero te repito, la tarea está cumplida y eso significa que no nos equivocamos en el camino. Que es el camino más largo, que es el del trabajo, pero no nos equivocamos en ese camino.
Mencionaba al joven soldador, que no hace mucho que trabaja en la empresa y comentaba que sentía al lugar y a la gente como una gran familia.
Así es, así trabajamos. Por eso también hice mención y rescaté el tema del sindicato. Porque más allá de las discusiones, que son obvias y que se van a dar en un marco paritario y en un marco inflacionario como en el que estamos, la realidad es que esa discusión no molesta.
Claro que hay que pasarla, hay que transitarla, pero la convicción y el compromiso de trabajo que tienen justamente los trabajadores de la industria naval, “chapeau”. Había que ponerlo en valor.
Nos contaba “Tony” Solimeno, que en este mismo lugar, en la década del ’40, su papá construyó la primera lancha.
Me ha contado que debajo de mi oficina comenzó con esos trabajos. Por eso hoy hay muchas emociones. El padre Miguel Cacciutto contando sobre la “pizza sorrentina” de Anita, todo esto tiene esas cosas. Esta comunidad portuaria marplatense que tenemos, realmente genera este tipo cosas, un cúmulo de emociones y me parecía que teníamos que mostrarlo.
Tenemos que hacer valer esto y respetarnos, porque todos hacemos un gran esfuerzo para lograr este tipo de cuestiones.
¿Ya podemos confirmar la fecha para la botadura?
Será seguramente la semana que viene, la realidad es que se tiene que bautizar el barco antes de que vaya al agua, y el sector que nosotros tenemos, que es un medio de elevación, que es muy dúctil, muy tranquilo, pero es muy lento, y en un lugar muy confinado, entonces no podemos hacer la ceremonia ahí, por ese motivo, hacemos la bendición acá.
Pero la semana que viene si Dios quiere va a estar tocando agua.