En una jornada donde se destacó la emoción y el orgullo industrial, el Astillero Naval Federico Contessi y Cía. S.A. realizó la botadura número 155 de su historia, con la entrega del BP Sotavento, construido para el Grupo San Isidro (La Escalerona S.A.).
La ceremonia, realizada el sábado en las instalaciones del astillero marplatense, marcó la quinta botadura de 2025 y la sexta en los últimos once meses, reafirmando el ritmo sostenido de producción y la vigencia de la industria naval argentina; y sobre todo, la importante vocación del sector pesquero por renovar la flota y reinvertir a pesar de momentos complejos de la economía argentina y precios del mercado mundial de pescados y mariscos.
Este compacto pesquero, que operará desde el puerto de Rawson, simboliza el inicio de una nueva relación entre Contessi y el Grupo San Isidro. Con una eslora de 20,95 metros, una manga moldeada de 7,50 metros y un puntal de 3,30 metros, la embarcación fue desarrollada bajo el prototipo AC-SI, diseñado por el ingeniero naval Leandro Goñi, y equipada con tecnología de última generación para la pesca costera de langostino.

Durante el acto, el presidente del astillero, Domingo Contessi, ofreció un discurso centrado en el reconocimiento al trabajo argentino y la cadena de valor que sostiene a la industria naval. “La música del trabajo y la producción tienen que seguir sonando. No todo es servicio, no todo es finanzas, no todo es virtual. Esto es orgullosamente Industria Argentina. Industria Naval Argentina: competitiva y de calidad”, expresó.
El empresario destacó el esfuerzo de las más de 450 personas que participaron en la construcción del buque —entre empleados directos y subcontratistas—, incluyendo técnicos, ingenieros, soldadores, caldereros, torneros y proveedores de todo el país.
Asimismo, valoró la apuesta del Grupo San Isidro, subrayando que este es el primer buque construido en conjunto: “Nos han sorprendido con su profesionalidad y compartimos la misma visión sobre las batallas que el sector pesquero está dando para recuperar estabilidad y sustentabilidad a largo plazo”.
En un pasaje simbólico, Contessi también se refirió al nombre del buque: “Estar a sotavento, o a reparo del viento, es estar en el lugar inteligente, en el lugar protegido. Que Dios lo guarde de las tempestades y le prodigue un futuro productivo”.

En representación de la empresa armadora, Fernando Oscar Jorge Artigau celebró los 30 años de trayectoria del Grupo San Isidro, definiendo al nuevo barco como “el símbolo de nuestro compromiso y de nuestra fe inquebrantable”.
Destacó que Sotavento fue especialmente desarrollado con equipamiento y sistemas de navegación de última generación, pensado para optimizar la operatoria en Rawson, y aseguró tener “altísimas expectativas y la seguridad de contar con uno de los mejores barcos de la flota”.
La ceremonia culminó con el tradicional bautismo del buque, encabezado por su madrina, Virginia Ferrer, quien quebró la botella de champagne contra el casco de Sotavento antes de que la embarcación se deslizara por la grada para navegar por primera vez en aguas del Mar Argentino.
