Encuadrada en el inicio de una nueva campaña de pesca de calamar, la Autoridad Marítima Nacional, desplegó brigadas de inspecciones técnicas en embarcaciones. Las mismas están conformadas por inspectores de distintas especialidades para poder verificar las condiciones de seguridad en que se encuentran las embarcaciones pesqueras que trabajarán en la zafra de calamar que ya comenzó en el Mar Argentino.
Estas brigadas son equipos especializados, distribuidos en los puertos pesqueros donde se encuentran amarrados barcos poteros que ya se encuentran listos para ser despachados.
Los inspectores técnicos están especializados en seguridad del casco, máquinas, electricidad, equipo, radiocomunicaciones y protección ambiental, quienes coordinados con armadores, capitanes de barcos y responsables de la implementación de los sistemas de gestión de la seguridad, llevan adelante los controles para corroborar que los buques, su casco, su planta propulsora y eléctrica, los dispositivos de salvamento y lucha contra incendios, como así también equipos críticos e instrumental náutico, se encuentren en vigencia, en buen estado de mantenimiento y disponibilidad para operar.
A su vez, se verifica la validez de la titulación del personal que presta servicio a bordo y si están ajustadas a las prescripciones sobre dotación de seguridad, como así también que los tripulantes se encuentren familiarizados y capacitados de conformidad a las políticas y a los procedimientos implementados por cada compañía, mediante la realización de ejercicios de zafarranchos, sobre todo en situaciones de abandono y lucha contra incendios, lo que permite en gran medida la preparación de la tripulación para ocasiones de emergencia y así establecer mejoras en la respuesta, en virtud de las recomendaciones formuladas por las brigadas de inspecciones técnicas destacadas.
De este modo, la Prefectura Naval Argentina, en ejercicio de la policía de seguridad de la navegación y la protección ambiental, sigue contribuyendo al desarrollo sostenible de la actividad pesquera, con el objetivo primordial de que las embarcaciones y sus tripulaciones, puedan navegar en condiciones seguras y así preservar el medio ambiente marino, cumpliendo con las normas nacionales en vigor y las buenas prácticas del sector en materia de seguridad de la navegación y la protección ambiental.
Un ejercicio que resulta engorroso para las tripulaciones y armadores, pero que es necesario, ayuda a tomar dimensión de lo que significa un buque en condiciones de incendio y/o abandono. Saber qué rol cumple cada tripulante es esencial para preservar vidas y fundamentalmente para grabar en el inconsciente de cada uno, la función, el rol que debe cumplir. Saber cómo abandonar un buque encontrando la salida más conveniente es una actitud que se debe fijar en forma automática en la mente de cada tripulante. Se ha visto en algunos naufragios, abrir balsas y colocarla al revés en el mar, y la tripulación subida a lo que es el piso de la misma, por suerte sin ninguna consecuencia humana. Esto es inadmisible para un marino y atenta contra su seguridad.