Dos nuevos buques afectados a la actividad sísmica para la exploración offshore llegó al puerto de Mar del Plata. Es un barco que brindará apoyo logístico a las tareas programadas para el próximo mes de abril.
El Sunrise G, un supply de apoyo a quien llegó para comenzar operaciones sísmicas en la zona CAN-102, reemplazando al BGP Prospector, que por estos días se encuentra haciendo relevamientos en el área AUS-105 en aguas linderas a Tierra del Fuego.
El enorme barco sísmico PXGeo 2 de 100m de eslora, que navega bajo bandera de Bahamas, estuvo amarrado en la sección octava del puerto marplatense, -por estas horas en maniobras de alistamiento-, donde habitualmente atraca el buque portacontenedores, único espacio del muelle habilitado a buques de bandera extranjera en los muelles del puerto local y será el encargado relevar las mencionadas áreas distantes a 95 millas náuticas al Este de Mar del Plata, en la barranca, en profundidades que van desde los 100m a los 1300m.
A diferencia del área CAN-100 mucho más distante, y extremadamente profunda donde no se registran operaciones de pesca, en CAN-105 y CAN-106 es una área de importancia relevante en la captura de especies que tanto el puerto de Mar del Plata, como el de Montevideo (dentro de la ZCP) utilizan para realizar operaciones de pesca.
La misión del buque que se abocó en las últimas horas a la carga de materiales y víveres en la terminal portuense, arriba desde Montevideo Uruguay donde había recalado después de un largo viaje desde Houston, Texas, USA.
Buscará la factibilidad de los lugares para perforar mediante sondas con hidrófonos, las que permitirán hacer un relevamiento del lecho marino.
Los hidrófonos son transductores de sonido a electricidad, los cuales pueden ser usados tanto en el agua como en cualquier otro elemento líquido, pudiendo utilizarse además como emisor de sonidos.
Los buques de reciente amarre en la terminal portuaria marplatense finalizaron el sábado las tareas de reabastecimiento de insumos. El Sunrise G zarpó ayer rumbo ENE, a la zona de CAN-102, siendo apoyo del gigante sísmico PXGeo2, próximo a zarpar.
Esta nueva exploración, contigua a la Cuenca Argentina Norte CAN-101, está ubicada más al norte de donde ya se realizaron diversos estudios, de los cuales no se ha informado oficialmente los resultados de los trabajos, aunque de acuerdo a información fidedigna, el sector ya estaría determinado como “posible lugar para extraer petróleo”.
La falta de espacio en los muelles marplatense (una constante que hoy tiene más ideas, buenas intenciones y expresiones de deseos, que acciones), de algún modo complica la operatoria habitual, dado que aún no se determinó cuál sería el lugar de amarre de los buques afectados a la actividad offshore, algo que se debió prever de antemano ante la inminente llegada de la actividad.
A decir verdad, el puerto local con más de 70 años de historia, al menos por razones de respeto e historia a quienes han generado un polo de desarrollo productivo, industrial, económico y social; las autoridades locales debiesen indicar cual será el lugar que ocupe la pesca dentro de los mismos muelles, habida cuenta que no hay espacio para amarre, operaciones de alistamiento, reparaciones y actividades conexas.
La intención es que todos los movimientos de buques y obviamente sus amarres y zarpadas sean canalizados en la sección 13º y 12º, debajo de la galería de los silos elevadores de granos, lugar donde operan buques de gran porte y hacen sus reparaciones y espera de dique en el puerto local.
Así, y con la expectativa que genera una industria como el petróleo, sin posibilidades de reubicación de barcos, ni mucho menos espacio para amarrar, todo parece muy complejo, siendo un nuevo embate para la pesca marplatense entre actividad sísmica, papas fritas y la certeza de nuevos portacontenedores en la misma TC2.
No se trata solo de amarrar el barco, sino de todo lo que el movimiento del mismo implica. Descargas, alistamiento, provisión de combustible, reparaciones y actividades satélites a una embarcación; todo constituye un gran movimiento que hoy la escasez de espacio, sumado a una nueva actividad, hacen que todo sea más inviable y costoso a la hora de operar, tanto para la pesca como para el resto de otros participantes, que mientras tanto hay espacios ocupados por la desidia de quienes deben limpiar y hacer operativos los muelles de buques en desuso, inactivos, interdictos, hundidos y abandonados.
El mayor de los inconvenientes no es puntualmente esta recalada para hacer víveres y sumar materiales que se deben usar sobre las distintas CAN, sino la repetición de movimientos que indefectiblemente se tienen que hacer, conviviendo varias actividades muy dispares desde todo punto de vista, aun teniendo la escollera norte como lugar exclusivo de asignación para la actividad offshore como lo fue hace algunos años, hoy ocupada como parking de numerosos buques sin asiento en el puerto local, otros también abandonados como la Draga 259 C Mendoza, al borde de hundirse con un importante cargamento de lodo y otras sustancias contaminantes en su bodega.