Este viernes 1 de agosto, en la ciudad de Buenos Aires, quedó finalmente rubricado el acuerdo entre el Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU) y las cámaras CAPIP, CAPeCA y CEPA, que destraba el conflicto y habilita el inicio de la temporada 2025 para la flota congeladora tangonera.
El acta firmada reconoce el escenario crítico que enfrenta el sector pesquero, marcado por una sostenida caída de rentabilidad, precios deprimidos en los mercados internacionales y una contracción de la demanda que ha golpeado especialmente a los productos congelados a bordo. La situación, agravada por conflictos sindicales prolongados, había generado una virtual parálisis de la actividad y pérdidas económicas para todos los actores de la cadena.
Frente a este contexto, las partes lograron consensuar una fórmula transitoria y excepcional que busca preservar los puestos de trabajo y la continuidad operativa de la flota, al tiempo que establece bases para una futura revisión estructural.
Puntos principales del acuerdo:
- 70% del salario será abonado como no remunerativo entre agosto y octubre de 2025, con posibilidad de extenderse hasta enero de 2026 si lo aprueba la homologación administrativa.
- El monto no remunerativo será considerado para el cálculo de todos los conceptos salariales e indemnizatorios, y estará sujeto a los aportes de las leyes 23.060 y 23.661. Se garantiza también la continuidad de la cobertura médica.
- Durante la vigencia del acuerdo, no se retendrá la cuota sindical a los trabajadores embarcados en buques congeladores tangoneros con procesamiento a bordo.
- En cada liquidación de marea se aplicará un factor de conversión del 0,91 sobre el total bruto, mecanismo consensuado en el marco de la emergencia y excluido de futuras revisiones legales.
- El sueldo proporcional por producción se calculará según un esquema combinado, utilizando el 78% o el 90% del valor del dólar comprador del Banco Nación, de acuerdo con el convenio colectivo aplicable.
- Las partes se comprometen a retomar la negociación en enero de 2026 para revisar el esquema salarial con el objetivo de asegurar la sustentabilidad de la actividad en futuras temporadas.
El acuerdo también incluye la posibilidad de adhesión por parte de otras empresas no representadas directamente por las cámaras firmantes. Las partes solicitaron su homologación ante la autoridad laboral y dejaron constancia de que lo pactado tiene efectos inmediatos y obligatorios.
Con esta firma, el sector pesquero logra reactivar una de sus principales actividades exportadoras, tras varios meses de tensión e inactividad. Aunque el acuerdo implica concesiones mutuas, representa una salida negociada que preserva el empleo, ordena la operatoria y devuelve previsibilidad a una industria que venía navegando en aguas inciertas.