El Grupo Mirgor presentó un proyecto sobre la posibilidad de construir un puerto multimodal en Tierra del Fuego. En la presentación se habló de restablecer el vínculo con Malvinas, a lo que el gobierno provincial fueguino respondió con una negativa.
La presentación se realizó el día lunes, donde se propuso construir en la ciudad de Río Grande (en el norte de la Isla Grande de Tierra del Fuego) con una inversión de 380 millones de dólares donde se planteó como objetivo “el restablecimiento del tránsito con las Islas Malvinas”.
La respuesta del gobierno provincial liderado por Gustavo Melella, quien se mostró reacio a estas declaraciones al igual que lo hizo su vicegobernadora Mónica Urquiza, quienes junto a legisladores y autoridades nacionales, provinciales y municipales, los cuales apoyaron las declaraciones del secretario de Malvinas Andrés Dachary quien dijo que “sería una locura pensar que nosotros, justamente vamos a favorecer la logística de la usurpación”.
En el acto participó el CEO del Grupo Mirgor José Luis Alonso (representante del empresario Nicolás “Niki” Caputo) quien dio a conocer el proyecto para realizar la construcción del puerto con una millonaria inversión.
Alonso manifestó que “el puerto estará diseñado para dar servicios a todas las actividades industriales y civiles de la región, sobre un predio de más de 200 hectáreas, situado en la costa norte de Río Grande”.
El lugar donde se desarrollaría el complejo portuario, está situado a unos 17 kilómetros al norte de la ciudad de Río Grande, dentro del predio de la estancia “Las Violetas”, que pertenece a la reconocida familia del lugar de apellido Romero.
Una de las características especiales del lugar es que antes de extenderse con un muelle dentro del mar, deberán extraerse miles de toneladas del suelo costero, para así poder generar un gran lugar inundable que luego sería llenado por las aguas del Océano Atlántico y de ese modo poder hacer amarrar embarcaciones de mediano y gran porte.
En la presentación, Alonso manifestó que “esta obra permitirá abrir nuevas oportunidades de desarrollo para Tierra del Fuego y en particular en Río Grande y todas sus industrias asociadas. Por su ubicación esta nueva infraestructura portuaria es un punto estratégico en todas las rutas marítimas australes hacia el territorio antártico y en especial, para el restablecimiento del tránsito con las Islas Malvinas. Esto tiene como objetivo contribuir al desarrollo de la provincia, potenciando las actividades industriales y comerciales, generando nuevas oportunidades y permitiendo el restablecimiento de flotas marítimas entre otras actividades. La iniciativa demandará más de 400 trabajadores durante su ejecución y dará inició en julio de 2023 y se prevé que entre en servicio en julio de 2025”.
Por su parte el gobernador Melella trajo a colación que dentro de su plan de gestión ha estado, entre otras tareas la de “ampliación de la matriz productiva de la provincia y ampliar la red portuaria, a partir de la necesidad que posee Río Grande de un puerto para el desarrollo, para el crecimiento, para la industria. Va a ser un antes y un después para el desarrollo de la ciudad, también, en la industrialización del gas y para la generación de más puestos de trabajo”.
El mandatario fueguino además destacó el trabajo que desde el Estado que conduce, a través de sus equipos técnicos, acompañarán este emprendimiento privado, ya que entienden que ante una inversión privada el Estado tiene que poner las condiciones necesarias para que funcione y que sea redituable en sentido social, en la generación de empleo para toda la provincia y que represente un impulso de crecimiento a través del desarrollo de nuevas industrias para Tierra del Fuego.
Vale destacar que en la actualidad el Grupo Mirgor, junto a la empresa Serman, se encuentra desarrollando los trabajos de ingeniería conceptual y estudios de impacto ambiental a fin de cumplir con los requisitos establecidos por los organismos que intervienen a nivel local, provincial y nacional.
Volviendo a las declaraciones de Dachary, que sin dudas generarán otras y de distinto tenor, se muestran pensamientos distintos sobre el fondo de la cuestión.
“Sería una locura pensar que nosotros vamos a favorecer la logística de la usurpación. Nosotros estamos absolutamente de acuerdo en fortalecer las capacidades de Río Grande, como polo de atracción hacia todo lo que son las islas del Atlántico Sur, de las posibilidades, obviamente, que genera tener un puerto, no solamente de la ampliación de la matriz productiva, la generación de empleo sostenible, la capacidad de operar con programas antárticos, con buques de conteiner de pesca. Y obviamente, cuando finalice lo que es la usurpación de Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich de Sur, tener fortalecida esa capacidad para una conexión inteligente con las islas. Pero hoy no. Hoy sería una locura pensar que nosotros, justamente vamos a favorecer la logística de la usurpación, cuando además esa economía es lo que retroalimenta el posicionamiento de los británicos en el Atlántico Sur”, manifestó Dachary.
“Hoy digamos, (el puerto) es tan importante como la dimensión diplomática, como la dimensión militar de contar cada vez con mayor cantidad de recursos, que puedan garantizar el cumplimiento de nuestros intereses nacionales, también afectó la economía, y parte de la economía se da a través del comercio con lo es el saqueo de nuestros recursos naturales”, sentenció el secretario de Malvinas.
Preocupa en el sector pesquero, la posibilidad de establecer en el mismo puerto un lugar de logística para la flota que opera la milla 201 y la recalcitrante avidez de un puerto en manos privadas sin ningún tipo de escrúpulo más que el negocio al fin sin conocimiento de lo que se juega detrás de las pesca en la zona. Sabemos desde hace mucho tiempo que la la flota potera china, taiwanesa y surcoreana, además de los grandes buques arrastreros (16) de bandera española que operan con licencias de pesca de Falkland Islands (jamás Islas Malvinas otorgaría licencias así), permanentemente buscaron, en los últimos cuatro años, una «ventana» para el desembarco en territorio nacional continental a los fines de establecer un astillero y lugar de reparaciones como logística «al lado» del propio caladero. Repetimos, por enésima vez, una flota que opera a 10.000 millas náuticas de su puerto de origen, cortándole el suministro logístico, automáticamente cae por propio peso. La preocupación reciente, fue el accidente del dique flotante Tsakos en Montevideo, lugar donde parte de la flota recalaba para sus reparaciones, ahora fuera de operaciones por varios meses seguramente, lo que desespera la operatividad en FAO41.