“Se trató de un control preventivo de cargas y de personas”, según señaló el prefecto mayor Rodolfo José Cattaneo en diálogo con PESCARE.
Personal de la Prefectura Naval Argentina llevó a cabo un procedimiento en el muelle 10 de la ciudad de Mar del Plata; se efectuaron controles y supervisión de carga de los BP Calleja, Portobello 1 y Sueño Real, donde se constató que el parte de pesca se correspondiera con la carga llegada a puerto, ante la presencia del inspector del área de Pesca Nación.
A su vez, con la presencia del can “Killa” y su guía, se efectuó también una revisación a los buques para constatar que en el mismo no hubieran sustancias narcóticas.
“Fueron procedimientos normales como siempre pero que los vamos haciendo esporádicamente”, relató el jefe de la PNA Mar del Plata. “Estos procedimientos no tuvieron ningún motivo en particular. Son procedimientos que se hacen con distintas modalidades donde se verifica la carga, la parte de narcóticos con perros especialmente entrenados, son verificaciones al azar. No hubo un motivo en particular”, añadió Cattaneo.
En el mismo sentido, el jefe de la Autoridad Marítima de la ciudad balneario reiteró que “son procedimientos que se hacen normalmente. No hubo nada extraño. Se utilizan distintas técnicas para hacer un relevamiento general del barco. No fue una inspección extraordinaria.”, mostrando su compromiso con la gestión que lo destaca en la Delegación de Mar del Plata.
“Entiendo que pudo ser llamativo el operativo, de hecho muchos se inquietaron por la situación, pero no tuvo nada de extraordinario. Es todo de rutina por eso no se informó de modo particular, está todo dentro de la planificación anual nuestra”, dijo el Prefecto Mayor ante la inquietud transmitida a nuestra Editorial por varios actores pesqueros.
Fuentes cercanas a esta redacción se mostraron con signos de molestia ante el procedimiento y el control que consideraron exagerado ya que el control habría estado apuntado a la supervisión de capturas en coincidencia con los dichos del jefe de PNA Mar del Plata, quien en todo momento destacó el procedimiento como algo totalmente rutinario donde la autoridad marítima tiene pleno ejercicio de sus facultades para poder hacerlo.
“No sé si esto no viene de más arriba, incluso me atrevo a decirte que puede hasta llegar desde el Ministerio de Seguridad. No se entiende ¿por que?, si es que hubo alguna denuncia ‘arriba’, porque tampoco hubo quita de certificados ni nada de eso. Los barcos están bien, el francobordo era el correcto. Resulta inexplicable y a su vez molesta tener que ver cómo hay que someterse a tanto control”, le expresó uno de los armadores a PESCARE, donde claramente e igual que en la UPN Nro. 44 de Batán «todos son inocentes«, pero, «el poncho no aparece» y no será esta la primera vez que buques fresqueros, pasan de langostino a pez palo, o de abadejo y raya, a merluza o este segmento de la flota viene realmente con su Francobordo muy por debajo de lo admisible.
Basamos estos supuestos; en la cantidad de langostino excedente del incidental capturado desde principios de febrero pasado en partes de pesca como pez palo, en una clara falta a la Ley Federal de Pesca, además de su impacto económico a nivel fiscal por una subdeclaracion semejante.
En esta oportunidad, toda la descarga fue supervisada por inspectores del área pesca de Nación. “Pagamos justos por pecadores, hace unos días uno de los barcos vino con capturas que no estaban bien escritas en el parte, (¿no estaban bien escritas?) , ahí arranca todo, esto parece una persecución contra la gente que trabaja y da trabajo”, dijo otro de los consultados que estuvo presente en el momento del operativo de la Prefectura Naval Argentina y control del Distrito Pesca Mar del Plata, escudandose detras de la fuente laboral, aunque cabe aclarar que no hay ni justos ni pecadores después de constatarse en Mar del Plata y algunos muelles puntuales, como la Capital del Pez Palo, desde donde hace más de 45 días, las descargas de langostino fueron declaradas como dicha especie, en una clara maniobra de pesca ilegal no declarada y no reglamentada, hábito que algunos participantes continúan con las viejas costumbres históricas de la etapa precedente, que a decir verdad, sucede como consecuencia al dislate de tener una disposición por la cual queda vedada la posibilidad de captura objetivo de langostino fuera de la ZVPJM, cuando biológicamente está para pescar en talla, calidad y estadio comercial, ponderando el interés comercial de algunas empresas y su lobby en Paseo Colon 822, por sobre las capturas que generan producción, trabajo, mano de obra y exportaciones.
Dejando como salvedad que desde la propia gestión de Miguel Ángel Vega al frente del Distrito Pesca local, cuyo compromiso por transparentar la actividad y evitar vulneraciones a la Ley Federal de Pesca es su objetivo, incluso comprometido y consustanciado con el control y fiscalización en largas jornadas de trabajo, desde los albores de la mañana hasta la madrugada siguiente. Es que existen algunos resabios de la gestión anterior en cuadros de muelle que no alcanzaron a comprender que algunas viejas costumbres serán corregidas por consenso o por estos procedimientos que van a terminar poniendo de relieve las irregularidades de unos pocos, que ensucian a todo el sector.