La Prefectura Naval Argentina sigue adelante con un exhaustivo programa de control de buques, enfocado en asegurar que se cumplan las normativas vigentes sobre seguridad, protección ambiental y condiciones laborales de la gente de mar.
Finalizada la temporada de captura del calamar Illex argentinus, se lanzó una Campaña de Inspecciones Extraordinarias (CIC) que, basándose en registros e informes previos, seleccionó buques para ser inspeccionados con el objetivo de verificar su estado y corregir posibles deficiencias antes de la zarpada.
Este operativo se estructuró en cuatro etapas clave, desde antes del inicio de la temporada hasta el seguimiento en las mareas sucesivas.
Del total de 57 buques inspeccionados, 33 presentaron deficiencias en las distintas especialidades, de los que debido a la naturaleza o gravedad de estas, 18 se les registró código 30 “buque detenido”; en tanto que 24 resultaron sin deficiencias, reuniendo las condiciones de seguridad para despachar a zona de pesca.
Del análisis de las deficiencias codificadas conforme el Régimen de Inspecciones Extraordinarias R.G. PNA 3-036, en las especialidades de seguridad de equipo, radio, máquinas, electricidad, casco y gestión de la seguridad operacional del buque y prevención de la contaminación.
Hay que hacer una salvedad, respecto a las infracciones por la desconexión entre la habilitación de la libreta de embarco y el lugar de trabajo a bordo; donde las mismas se encuadran en falta de familiarización, a decir verdad, por razones ajenas a las empresas armadoras y muchas veces por la propia Institución oportunamente en haber otorgado la libreta de embarco por ejemplo con categoría cocinero a quien hoy, trabaja en planta. Es ilógico que un buque potero embarque más de 3 cocineros, y esto tiene que ver con la renovación de cursos de marinería de quienes después de 10 años en un mismo buque, se le exige volver a cursar para habilitar como marinero de planta. No siempre las condiciones de formación, educación y cultura de personas mayores es compatible con estudios, cuando en numerosos casos, apenas han terminado la escuela primaria. Por supuesto, esto es contemplado por la Autoridad Marítima, pero a la hora de las estadísticas, engrosa el Debe contable, haciendo que la actividad parezca menos formalizada.
De lo mencionado, 271 guardan relación acorde el siguiente detalle:
Entre las falencias más frecuentes se encontraron fallos en dispositivos de extinción de incendios, problemas en la gestión de la seguridad operacional, fallos en las máquinas de propulsión y equipos de salvamento, además de incumplimientos en las medidas para prevenir la contaminación.
Sin embargo, los resultados muestran un avance en comparación con el año anterior: en 2023, el 79% de los buques inspeccionados presentaba deficiencias, mientras que en 2024 esa cifra bajó al 57%, con un aumento significativo en el número de buques sin observaciones.
Asimismo, la Prefectura Naval Argentina subraya la importancia de las inspecciones y el compromiso creciente de armadores y tripulaciones por mantener altos estándares de seguridad. Las campañas de inspección tienen como objetivo sensibilizar a todos los actores involucrados sobre los riesgos de navegar sin revisar adecuadamente las condiciones de seguridad y la preparación de las tripulaciones. La Prefectura reafirma su compromiso de asegurar que los buques mantengan condiciones óptimas de operación, contribuyendo a una navegación más segura y a la preservación del medio marino.
Se insta a las compañías a seguir fortaleciendo la implementación de los sistemas de gestión operativa, garantizando verificaciones previas al zarpe y durante la navegación, minimizando así el riesgo de accidentes y asegurando operaciones pesqueras más seguras y sostenibles.