Las cámaras que nuclean a las empresas pesqueras uruguayas aseguran que viven uno de sus peores momentos y están al borde del colapso, a la vez que le exigen determinaciones inmediatas al presidente de la República Oriental del Uruguay, Luis Lacalle Pou.
Lo habíamos anticipado hace algunos días, en la nota que mostraba la inviabilidad que se ha tornado la actividad pesquera en Uruguay.
La crisis que atraviesa la pesca del Uruguay, se vio profundizada, por lo que esperan prontas medidas desde el Estado. Las empresas afirman que es más rentable llevar pescado congelado desde la Argentina antes que hacer todo el proceso productivo dado los altos costos que están afrontando a la hora de transformar la materia prima.
De algún modo ya tomó intervención el Estado del vecino país, dado que a través del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social le han asegurado a los trabajadores un “seguro de paro especial”, luego de un pacto firmado con Intergremial Marítima de Uruguay.
En declaraciones a la reconocida y legendaria Radio Carve de Uruguay, Carlos Abel Olivera, Director Ejecutivo de la empresa “Novabarca” (una de las mayores de Uruguay con doce barcos en su flota), afirmó que “la situación es muy compleja, la mayoría de los barcos están parados y hay una gran disminución en la actividad pesquera”.
Además Olivera –impulsor del “Ecosistema Pesquero Uruguayo”, dijo que “la pesca de merluza se ha visto afectada, se ha vuelto más rentable traer pescado congelado desde la Argentina. Falta una regulación favorable que propicie las inversiones y el desarrollo, hay que modernizar la normativa y explorar nuevas oportunidades en la explotación de recursos genéticos marinos”, afirmó el armador.
Las dos principales cámaras pesqueras –Cámara de Industrias Pesqueras del Uruguay y la Cámara de Armadores Pesqueros del Uruguay– hace unos días, enviaron un comunicado en conjunto donde acusan al gobierno del residente Luis Lacalle Pou de “irresponsable” por no prestar atención a los fuertes reclamos que están haciendo desde el sector.
“No tomar acciones o seguir demorándolas es también una decisión, con consecuencias que el Poder Ejecutivo tendrá que asumir. El sistema político debe decidir si quiere que en nuestro país haya pesca. El 90% de la flota pesquera lleva paralizada tres meses y hay casi tres mil personas afectadas directamente por el escenario actual. Si nada cambia, probablemente no puedan volver a trabajar en la pesca”, manifestaron públicamente.
Como antecedente, Novabarca está rankeada como la tercera empresa pesquera integrada de Uruguay, con exportaciones de 6000tn de producto terminado al año y una facturación aproximada de U$S13M.
Ocupa en su planta de industrialización y procesado, 100 trabajadores en forma permanente, pero en plena temporada ese número se duplica, además de 30 personas en áreas administrativas, a lo que debe sumarse personal embarcado, de muelle y logística de buques.
PESCARE dialogó con el Director Ejecutivo de la empresa Novabarca, Carlos Abel Olivera, quien afirmó que “este es el resultado de una decadencia que tiene unos quince años. Hay problemas de fondo que van desde lo normativo hasta la institucionalidad, no solo en el sector pesquero sino en el marítimo, que han ido acorralando a la pesca. Uruguay tenía más de 100 barcos en su flota, hoy tiene 54, de los cuales 35 son fresqueros, 33 son de mediana altura y 2 fresqueros de altura”, describió.
¿Es tan así que hoy le conviene a Uruguay llevar pescado congelado desde la Argentina?
Sí, aquí se está importando pescado congelado y fresco desde ahí, de Mar del Plata, sobre todo la merluza, eso es una combinación de los propios problemas de captura tanto de la parte de captura como los costos tan altos que tiene el reproceso.
En Uruguay hay 14 permisos de altura y casi todos se han ido convirtiendo a congeladores. Como te decía, hay dos fresqueros y doce congeladores, porque el trabajar al fresco en Uruguay, tanto por los costos de operación de los barcos y los problemas de operación, como después hacer reproceso en tierra, es inviable con la merluza por ejemplo.
¿El alto costo del reproceso donde radica? ¿Es una cuestión de impuestos, de pago de cargas sociales?
En el caso de los barcos hay dos elementos que generan un sobrecosto importante. Uno es la prima de seguro, que aquí es un monopolio, a diferencia de Argentina donde tienen las ART. Es un monopolio del Estado, pagamos una prima que es casi del 11% de toda la masa salarial, entonces, cada diez empleados le pagamos uno al Estado en seguros por accidente, una jubilación bonificada, que es para que el personal embarcado se jubile antes, que hace que los aportes patronales, por encima del sueldo del trabajador, sean de un 23% más o menos del sueldo bruto.
El otro tema que incide es que en Uruguay, la Ley establece que los aportes patronales en los barcos con matrícula de cabotaje, se pague sobre fictos, que son montos más bajos que los reales, esto a partir de un Decreto que hay desde el año 2010, nos obligaron no solo a pagar más aportes que cualquier otra empresa en Uruguay -el resto de las empresas paga un 7,5% de aportes patronales- sino que nos hace pagar más sobre reales, lo cual dispara las cargas previsionales.
¿La DINARA (Dirección Nacional de Recursos Acuáticos) no toma intervención esto? ¿Tiene alguna potestad para modificar algunas de las normativas?
La DINARA sobre los temas que nosotros les estamos pidiendo a ellos, que es que nos bajen algo los precios de los costos de los permisos, y que nos baje las multas que son muy altas y a veces sobre temas que no tienen ningún tipo de consistencia, sobre eso sí tiene potestad.
El nuevo director que asumió en Diciembre (Álvaro Irazoqui) sí me consta que está empujando muchísimo a nivel de gobierno y presionando ministerial y de Presidencia, incluso para que se den los cambios que nosotros estamos pidiendo, pero poder efectivo lo tiene el DINARA.
La Dirección reúne muchos de los poderes que ustedes en Argentina tienen distribuidos en varios organismos, acá la DINARA es órgano ejecutor, es investigador, es una mezcla de Subsecretaría de Pesca con Consejo Federal, con INIDEP, con Senasa.
¿Cuántas personas son las que trabajan directa e indirectamente en el sector pesquero uruguayo y de qué modo es la operatoria?
Directamente unas tres mil y otras tantas de manera indirecta. En Uruguay tenemos una flota muy chiquita y operan en los muelles públicos, mezclados con los de bandera extranjera.
¿Cómo es hoy la situación de la empresa a la que usted representa?
Nosotros en nuestra empresa hace tres años que hicimos un diagnóstico y vimos lo que venía pasando en el sector e iniciamos un profundo cambio. Tenemos un plan estratégico que cuyas hipótesis se vienen validando en el tiempo, hemos hecho un montón de transformaciones, desde la consolidación del equipo, automatización, diversificación de mercados, diversificación de productos, y en este momento estamos vivos con esas transformaciones y estamos capeando el temporal en la medida en que promovemos los cambios a nivel institucional.
Como empresa estamos estables a partir de todos estos cambios que venimos haciendo y venimos creciendo, trabajando sin prisa, pero sin pausa. En materia de mercados, el año pasado casi que duplicamos la cantidad de mercados en los que empezamos a trabajar. También trabajamos con materia prima que viene del extranjero, que viene congelado como el tiburón y hacemos reproceso en la planta. Eso nos permite no depender solo de la materia prima local, así que la flota no esté parada.
Tenemos una flota diversa que comienza con barcos costeros, pero también tenemos barcos de altura, tenemos congelador y también tenemos un fresquero. Eso nos diversifica el ingreso de materia prima y a la vez nos permite diversificar los mercados, y el hecho de haber optimizado el funcionamiento de la planta, nos permite funcionar con una o dos líneas de proceso. Nosotros tenemos cuatro líneas y ser eficientes ahí, por lo menos para empatar y esperar a llegar un momento de mejores condiciones. Eso esperamos.