Los marineros de la flota congeladora expresaron su firme rechazo a la reciente propuesta presentada por la Cámara Argentina Patagónica de Industrias Pesqueras (CAPIP), que busca suspender los aportes sindicales y solidarios durante los períodos de inactividad.
La iniciativa, impulsada por empresas como Conarpesa, Iberconsa, Argenova, Pesquera San Isidro y otras, fue interpretada por los trabajadores como una maniobra para debilitar la representación gremial y desviar el foco de la negociación paritaria.
Según expresaron desde las bases, la sugerencia de eliminar los descuentos “solidarios” bajo el argumento de que esos fondos “irían directamente al bolsillo del marinero” constituye una presión encubierta. “No se trata de una mejora para el trabajador, sino de una injerencia directa en la vida interna del sindicato”, señalaron, advirtiendo que esta iniciativa podría violar derechos consagrados en la Ley 23.551 de asociaciones sindicales (artículo 41) y en convenios internacionales de la OIT.
Además, los marineros denunciaron que el descuento solidario aplicado a quienes no están afiliados supera en algunos casos a la cuota que abonan los afiliados, lo que consideraron “una irregularidad que merece una auditoría urgente para determinar su legalidad y destino”.
En un documento difundido por representantes de las bases, los trabajadores repudiaron “enérgicamente esta medida y cualquier presentación que no tenga como eje central la discusión de los ítems básicos”, que consideran el único tema legítimo a negociar. “El gremio es necesario para resguardar nuestros derechos. Sin organización, estaríamos expuestos a condiciones de mayor vulnerabilidad. Por eso, este tipo de maniobras son una falta de respeto que solo buscan diluir la negociación real”, indicaron.
Finalmente, exigieron que las cámaras empresarias presenten una propuesta seria y concreta respecto a los aumentos en los ítems básicos, que permita avanzar hacia un nuevo acta acuerdo con valores actualizados y acordes a la realidad económica de esta temporada.
Mientras los empresarios insisten en modificar aspectos periféricos del convenio, los marineros dejan en claro que no aceptarán desvíos en la discusión. La prioridad, aseguran, debe ser la actualización de los ítems básicos, única garantía de una negociación transparente y con resultados tangibles. La legitimidad del reclamo radica en la defensa de derechos adquiridos y en la necesidad de fortalecer, no debilitar, la representación colectiva en un contexto laboral complejo.