Otra de las actividades que tienen una vital preponderancia en la industria pesquera, en un amplio y reconocido sector, son las exportaciones, no sin dejar de lado las importaciones que, si bien no cumplen un papel tan preponderante, cobran mucha importancia a la hora de ingresar productos o insumos al país.
El puerto marplatense, rico, muy rico en historia de tradiciones, en cada sector se desarrolla y crece, con nuevos conocimientos, nuevas tecnologías y personas que van tomando lo que su familia ha construido y lo van perfeccionando para que el circuito productivo y distributivo siga por carriles favorables.
A través de la empresa Nicolás Stella, quienes son despachantes de aduana, agentes de transporte y que cuentan con asesoramiento integral en comercio exterior en lo referido a la importación y exportación, se encuentra una historia que comenzó en 1976.
La tercera generación de despachantes de Aduana, a través de Lorena Stella, nos dio detalles de esta actividad.
Si bien para quien está involucrado en el manejo diario de las cuestiones portuarias es algo común, queremos conocer puntualmente que hace un despachante de Aduana.
Un despachante de Aduana es un auxiliar de comercio exterior, para el servicio aduanero y para los exportadores. Intervienen para que toda la documentación se encuentre en regla tanto para las exportaciones como para las importaciones.
¿Esta intervención es también aplicable para particulares?
Si bien la inscripción es sencilla, hay que hacerlo como exportador e importador mediante el trámite correspondiente. Si bien en el último tiempo se ha inscripto mucha gente por distintas razones, ya no es el negocio que era antes.
De todos modos, la empresa trabaja a grandes volúmenes ya que lo hacen con importantes pesqueras.
Para nosotros son todos importantes, pero con quienes más actividad tenemos es con Pedro Moscuzza e hijos, Ardapez, por mencionar solo dos, pero trabajamos con muchas. Todo es trabajo, no hay chiquitos ni grandes, tenemos clientes y por suerte muy satisfechos. Hay clientes que importan mucho y tal vez no importan tanto.
¿Cómo es el proceso de exportación por ejemplo? Porque tal vez nos parece normal y habitual que ingresa un camión a la Terminal 2, con un contenedor, lo cargan en el London Trader y listo.
El exportador primero tiene que hacer el negocio, vender su mercadería en el exterior, depende de cómo se venda la mercadería se pacta quien se va a hacer cargo de cada cosa, luego negociar con la naviera, hacer la reserva, pedir el contenedor, pedir el camión.
Si vos vendés “FOB” es más simple por ejemplo que es tu mercadería puesta en el barco, como te mencionaba, hacés la reserva, llega el día en que se tiene que presentar el permiso de Aduana, se pide habilitación y ese día te llega el contenedor, se carga y se espera la llegada del barco.
Para todo ese proceso tuvieron que pasar por distintos controles y trámites, ¿quiénes intervienen ahí?
Si hablamos de pescado, se necesita pasar por SENASA. Lleva un “sanitario” de planta que luego se canjea por uno internacional que es el que le llega al cliente en el exterior para que pueda importar la mercadería.
Se le envía la factura, la lista de empaque, el conocimiento de embarque, toda documentación que acredita que ese contenedor es de él y que puede hacer el despacho de importación.
Entre todos los movimientos que se realizan se hace un escaneo en las terminales 2 y 3, por ejemplo, en Mar del Plata, requerimiento indispensable de AFIP
Antes de ingresar el contenedor al puerto, entre a Mar del Plata o haga tránsito a Buenos Aires, la mercadería acá en la ciudad, se escanea. Si va a Buenos Aires, cuando ingresa lo vuelven a escanear.
Puede ocurrir que en el trayecto del viaje se haya movido alguna caja, cuando llega a Buenos Aires te tira una imagen que para ellos puede ser dudosa y eso se torna engorroso, porque piden abrir el contenedor y revisarlo y para eso se necesita hacer todo un trámite en Buenos Aires, puede pasar de que se pierda el barco porque no dejan subir el contenedor.
De todos modos, es mejor para que todos nos quedemos tranquilos, si eso está escaneado y si ocurre algo una vez que se subió al barco nos da seguridad que está todo en orden.
Hoy en día se están exportando volúmenes importantes, pero se está trabajando con una sola naviera. ¿Sería importante la llegada de alguna otra o con la que está hoy es suficiente?
Sería muy importante que llegue otra naviera o bien otro barco más. Tener otro, que haya uno por semana sería una muy buena posibilidad porque nos permitiría tener un tráfico un poco más fluido.
A veces ocurre que vos querés cargar en Mar del Plata y estás unos días que no cargas porque ingresarlo no tiene sentido porque hay que esperar varios días que llegue el barco. Hoy en día viene bien, funciona, pero sería muy bueno que tengas alguna posibilidad más.
¿Cuáles son los mercados a los que más exportan las empresas a través de la operatoria que realizan ustedes?
La realidad es que a diario tenemos mucho trabajo y como se maneja mucho con códigos y nomenclatura en ocasiones no reparás a donde se manda, claro que sabemos a dónde es, pero la vorágine a veces no te permite puntualizar. Por supuesto que China es uno de los mercados a donde más se envía, pero el continente asiático es uno de los mercados a los que más se envía y por supuesto que Europa es otro de los fundamentales.
Entre las dificultades que han tenido, este año surgió un conflicto importante con Brasil. ¿Qué ocurrió realmente desde la óptica de la actividad de ustedes?
Volvieron una cantidad tremenda de camiones. La autoridad sanitaria de Brasil se ha puesto bastante “intensas”. Tuvimos que hacer un montón de reimportaciones. Pensemos que el camión ya cruzó la frontera, la exportación ya se perfeccionó. No es que el problema surgió antes de cruzar y se puede desistir de la operación y se trae el camión de nuevo.
La exportación ya se hizo, tenés que ver con tu cliente que vas a hacer, si traés la mercadería y mandás otra para compensar o si se trae y se reimporta y se cierra ahí ese negocio.
La referencia a la que hace Lorena Stella es al inconveniente surgido en Brasil con mercadería que llegaba de la Argentina y la autoridad sanitaria del vecino país no dejó ingresar argumentando que no cumplía con los requisitos sanitarios exigibles en el momento que se hizo el control pertinente.
Dicho de otro modo, el cliente tuvo que importar su propia mercadería que días antes había exportado.
Así es. El cliente pasa a ser el importador de su propia mercadería. Se debe pedir autorización a la Aduana, dependiendo de lo que se quiera hacer. Si se quiere hacer una compensación, hay que pedir un tipo de autorización. Si se va a reimportar y termina ahí, se hace otro tipo de trámite.
Lamentablemente hubo gente que no quiso hacer más nada por todos estos inconvenientes y hubo otros que trajeron la mercadería e hicieron la compensación. Muchos tienen clientes de larga data, de muchos años. No sé si esto daña la relación, porque esto también puede pasar.
La mercadería de acá sale en condiciones. Los parámetros de SENASA deberían ser iguales a los de allá, pero de acá sale “sodio permitido” y cuando llega allá resulta que no está permitido. El tema es todos los costos los tiene que absorber el exportador. Mandás tres camiones y volvieron dos, se entiende que les quiten las ganas de seguir trabajando en esa senda.
Tuvimos 8 o 10 camiones que tuvieron que volver. Tuvimos un mes que fue “vuelve el camión, vuelve el camión”. No podíamos creer que dos días antes había salido desde acá.
¿La tan mencionada “crisis de los contenedores los afectó a ustedes en su actividad?
Si, bastante, porque tuvimos una época donde no podíamos cargar, no llegaban contenedores porque estaban todos parados. Se perdió ese “ida y vuelta” que ya estaba aceitado. Fue complicado. Por suerte para nosotros el comercio exterior nunca paró. Hubo mucha gente en nuestro rubro que no se quedó sin trabajo.
Aprendimos a trabajar distinto, con otros protocolos, con cosas que han cambiado. Hay oficinas que ya no te atiende personalmente, por ejemplo, se hacen muchas cosas vía web. Toda la sociedad se tuvo que adaptar a lo nuevo, pero nos agilizó un montón de trámites, un montón de cosas que hacemos a través de la computadora.
A veces se nos complica con Buenos Aires. Tenemos Aduana “sin papeles” pero cuando mandás el contenedor tenés que mandar copia del permiso, van con una cantidad de papeles impresionantes y a veces los papeles también se pierden, se generan problemas.
Hoy tenemos un montón de ventajas con cosas que se hacen por sistema, el problema es cuando no anda el sistema justamente. En los últimos días quedaron varios camiones porque no andaba la página de AFIP y no se podía hacer los documentos de transporte y los camiones no se fueron. Esa es la parte en contra de que esté todo informatizado.
¿Qué ocurre cuando hay que importar mercaderías? ¿Cómo es ese proceso?
Para importar primero hay que pedir una licencia, depende del tipo de mercadería a veces la licencia es automática o no automática. Si es automática se carga en el sistema igual que se carga una exportación, el sistema es el mismo, se declara la mercadería que se va a traer.
Si la licencia es automática a las 48 horas ya la autorización está lista. Si es no automática, además de presentar el pedido de licencia se deben presentar unos anexos que se presentan por la página de la AFIP y eso demora un poco más porque pasa por Secretarías, por otros filtros, hasta que te hacen la autorización. Hoy las licencias no automáticas están difíciles. No es que no salen, pero tardan.
¿Los costos se han visto afectados en los últimos tiempos?
Particularmente lo que veo es que el flete de China se ha ido a valores terribles. Al principio del año pasado. Un flete de China estaba entre 4 y 8 mil dólares. Fue mutando durante el año y hace dos meses un exportador tuvo que pagar 12 mil dólares. Cuando se pagan los impuestos, IVA, ganancias, ingreso bruto, todo eso se paga sobre el valor de la mercadería más el flete más el seguro.
Si la mercadería te cuesta 20 mil dólares y de flete tenés 12 mil, se incrementa de una forma increíble el costo. Tal vez alguien hizo el negocio hace dos meses. Vos comprás en China, hasta que te lo producen y te lo mandan y vos tenés la autorización, en el medio se te fue el flete “por las nubes”, el costo que vos sacaste no es el que vas a tener al final.
Una vez que llega el contenedor a Mar del Plata y se lo baja en el puerto es ahí donde nosotros empezamos a intervenir, al revés que en la exportación.
Tratamos de intervenir lo más que podemos para que cuando las cosas están acá el proceso sea más rápido.
Un proceso que tal vez “desde adentro” es muy conocido por aquellos que son parte, pero no así por quienes no están involucrados en el tema. exportación e importación contada a través de una empresa con 45 años de trayectoria, que es desde hace mucho, una marca registrada en el comercio exterior argentino.