El Acuerdo Latinoamericano sobre el Control de Buques por el Estado Rector del Puerto fue adoptado el 5 de noviembre de 1992, mediante Resolución ROCRAM N° 5 (VI) y suscripto por 10 Autoridades Marítimas de las Américas, realizándose de esta manera un paso trascendental al constituirse en la primera región emergente en lograr este tipo de acuerdo marco de índole operativo. Además de la Red Operativa de Cooperación Regional de Autoridades Marítimas de las Américas (ROCRAM), también estuvo representada desde un principio la Organización Marítima Internacional (OMI). El Acuerdo inició sus actividades el 1 de enero de 1993.
Inicialmente, bajo el Acuerdo de Viña del Mar, se verificó el cumplimiento de los buques con respecto a un reducido número de convenios marítimos internacionales, de manera eficaz y armonizada. Desde entonces, el Acuerdo de Viña del Mar ha evolucionado hasta convertirse en la organización que es hoy: un centro colaborativo de excelencia para detectar y erradicar la operación de buques deficientes de la región latinoamericana. Desde sus albores, el número de Autoridades Marítimas miembros casi se ha duplicado (16), al igual que el número de convenios marítimos internacionales de la OMI y la OIT, conocidos como «instrumentos pertinentes», cuyo cumplimiento son materia de control.
Durante todos estos años, el Acuerdo de Viña del Mar ha demostrado ser un sistema de inspección de gran valor para eliminar el transporte marítimo deficiente en la región. Utilizando un enfoque basado en el riesgo, la tasa de detención de buques en la región ha disminuido gradualmente a lo largo de los años, lo que demuestra la eficacia del sistema.
Tras la firma del Acuerdo de Viña del Mar y los resultados logrados a través de él, alentaron el desarrollo de otros regímenes regionales de control de buques por el Estado rector del puerto, lo que dificulta cada vez más la operación de buques deficientes en cualquier parte del planeta.
Desde sus inicios, la Prefectura Naval Argentina ha albergado, en el edificio “Guardacostas” de la ciudad de Buenos Aires, Argentina, la sede de la Secretaría y del Centro de Información del Acuerdo (CIALA), proporcionando las bases para su trabajo y funcionamiento eficaz, garantizando el éxito de la labor del Acuerdo de Viña del Mar en procura de la mejora de la seguridad marítima, la prevención de la contaminación y las condiciones de trabajo y de vida a bordo en los puertos de la región.
En estos 30 años de existencia del Acuerdo de Viña del Mar, las Autoridades Marítimas Miembros del Acuerdo de Viña del Mar y los funcionarios encargados de la supervisión por el Estado rector del puerto han sido los verdaderos protagonistas y su cara visible. A través de sus esfuerzos, han logrado que el transporte marítimo que opera en puertos latinoamericanos y fuera de sus costas sea mucho más seguro, más respetuoso con el medio ambiente y con mejores condiciones de trabajo y de vida para las tripulaciones a bordo de los buques.
El Acuerdo de Viña del Mar continuará bregando por la mejora continua de su régimen de supervisión por el Estado rector del puerto gracias al compromiso y la contribución esencial de sus Autoridades Marítimas Miembros para lograr que el transporte marítimo mantenga los estándares de seguridad compatibles con los convenios y demás códigos de obligado cumplimiento.
Es por ello, que la armonización de las actividades de supervisión por el Estado rector del puerto resulta esencial para garantizar que el transporte marítimo siga siendo eficiente y sostenible. En este sentido, el Acuerdo de Viña del Mar está decidido a continuar fortaleciendo ese compromiso con los restantes regímenes de supervisión por el Estado rector del puerto.
Con motivo de su 30 aniversario, el Acuerdo de Viña del Mar ha publicado un vídeo que explica qué es el Acuerdo de Viña del Mar, cómo surgió, cómo funciona y cuáles son los resultados de su trabajo. Para mas información ver el siguiente enlace: