Con una clase fiscal y monetarista, el Ministro de Economía Luis «Toto» Caputo inició su esperada exposición manifestando que,
– Lo primero es identificar la génesis del problema: el déficit fiscal.
– El déficit es cuando se gasta más de lo que recauda a nivel país.
– Cuando hay déficit, el mismo se financia con más impuestos, endeudamiento externo o emisión espuria de moneda (sin respaldo).
– Cuando se financia con emisión, hay sobreabundancia de pesos y el valor de los pesos cae. (distorsionando toda la cadena de valor de las variables económicas).
Más adelante expuso » Esto hoy representa una oportunidad para todos, ya que es la primera vez que llega al gobierno un candidato que explica esto y la gente lo vota mayoritariamente «; resaltando que » la relación entre déficit y su financiamiento, es el principal problema «. Para cerrar diciendo » este es el camino correcto. Argentina es un país rico en recursos naturales y humanos, permitámonos soñar ser ese gran país que hace 100 años, el mundo admiraba «.
Es la fase inicial de un paquete de medidas que apuntan a reducir el gasto público y sincerar las exacerbadas variables económicas, mejorar el perfil exportador mediante un sinceramiento en el Tipo de Cambio y reordenar precios relativos. El ministro Caputo, anunció cuáles serán las primeras medidas del plan económico del gobierno entrante, que incluyen decisiones de tipo fiscal, cambiario y monetario (en ese orden) para afrontar la crisis financiera y de estancamiento de la economía argentina, prima facie.
Como inicio de un plan de mayor amplitud que requiere aprobación legislativa y que será enviado al Congreso de la Nación apenas se verifiquen las posibles zonas grises que puedan llevar a un bloqueo de índole jurídico legal, impulsado por el sector más duro de la oposición. Los puntos destacados, son:
1) No se renuevan contratos laborales en el Estado con menos de un año de vigencia.
2) Suspensión de la pauta del gobierno nacional por un año.
3) Reducción de la cantidad de ministerios y secretarías.
4) Reducción de los ATN a las provincias. (Transferencias Discrecionales de la Nación a las provincias, no regidas en el régimen de coparticipación -la Provincia de Buenos Aires una de las más beneficiadas-).
5) Eliminación de las licitaciones de obra pública y suspensión de la ejecución de las licitadas que aún no arrancaron.
6) Reducción de subsidios a la energía y al transporte.
7) Congelamiento de los Potenciar Trabajo en valores 2023.
8) Dólar oficial a $800. Aumento del Impuesto PAIS a las importaciones y a las retenciones de exportaciones no agropecuarias.
9) Reemplazo de las SIRA por un sistema de importación sin autorización previa.
10) Duplicar la AUH y aumentar 50% la Tarjeta Alimentar.
Si bien el sector pesquero procesador industrial se verá beneficiado por un Tipo de Cambio más competitivo; de uno de los últimos puntos se desprende que las retenciones a productos no agropecuarios involucra productos de origen marino procesado y sin procesar que llevarían al 15% los derechos de EXPO, al igual que el resto de las economías regionales, pasando -según el CCL de ayer- a un valor cercano a $785, mientras el valor del dólar IMPO ascendería a $936 resultante de $800 más impuesto.
Es el comienzo de una serie de medidas que apuntan a un equilibrio fiscal, con sabor a poco, y orientadas, más a una señal hacia el mundo que como recorte porcentual sobre el PBI.
El reducción en los subsidios a la energía y al transporte es directamente una suba de tarifas públicas y al transporte que pegará de lleno, no solamente a familias de menores recursos, jubilados y pensionados, sino también a los costos operativos de las empresas demandantes de energía eléctrica y combustible, ambos dos, líquido motor de la industria pesquera extractiva y procesadora. Nada que no se haya escrito mucho antes desde esta Editorial.
Hasta hoy, las tarifas y costos de energía son aproximadamente del 28% del valor que realmente se paga, la diferencia del 72% restante, es aportada en forma de subsidios por las arcas del Estado Nacional.
En otros ámbitos, el recorte es sustancial, por ejemplo se termina la obra pública financiada desde el Estado, fuente lucrativa de intendentes, gobernadores, funcionarios y empresarios aliados.
Finalizan las transferencias discrecionales que sostenían planta transitoria de empleados sin la capacidad de brindar una contraprestación de bienes o servicios acorde a su salario, fundamentalmente en la órbita municipal y provincial. Donde gobernadores eran buenos demandantes de dinero de la Nación, pero perezosos recaudadores.
Se corta definitivamente el mega negocio de las SIRA, una suerte de Aduana paralela que para aprobar y poder girar fondos al exterior, se debía pagar un sobreprecio hasta el 20% del valor de la misma. Entre otras cosas.
Se espera aún, la implementación de cómo se llevarán adelante estas primeras medidas y próximamente un paquete de mayor tenor legislativo que deberá pasar por el Congreso de la Nación.
Hoy, en el mismo sentido, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) anunciará medidas relativas a la política monetaria, tasa de interés y deuda, en un tren que, como lo indicáramos días atrás, debe tener un sesgo prioritario en lo fiscal, cambiario y monetario. Fuentes consultadas a última hora de la noche por esta Editorial, indicaron que el BCRA anunciará que mantendrá la tasa de política monetaria sin cambios tras la devaluación a $800. Colosal licuación a las LELIQ’s en términos reales. Es el inicio.
Para algunos escépticos que esgrimen que algunos recortes no son más del 0.00142% del PBI, en efecto, es solo un comienzo, ya que varios de ellos, sumarán los 6%/PBI que necesita en esta primera etapa para cambios más profundos; y por otro lado, la austeridad será el principio rector de cualquier gobierno, es un buen inicio. Este debe siempre buscarle el uso más eficiente al dinero de los contribuyentes, sobre todo en países con poblaciones bajo la línea de pobreza, como Argentina.
En economía, las malas nuevas deben ser anunciadas en forma de shock, y esto, todavía no empezó, aunque de ortodoxo estas primeras medidas no tienen nada y el costo de la tibieza, tarde o temprano, se paga; es un buen comienzo decir la verdad, identificar el problema y dirigir a todos los ciudadanos hacia un nuevo esfuerzo que tocará a todos en mayor o menor medida, aunque por ahora, los beneficiarios de la política, pueden esperar…