La Cámara de Armadores de Buques Pesqueros de Altura está completando la mudanza. Su nueva sede ya funciona sobre la avenida Juan B. Justo al 50. Las oficinas no esconden las huellas del cambio, ni el posicionamiento de sus actores.
“Hay gente que quiere digitar el manejo del langostino, no lo vamos a permitir. Se creen los dueños del recurso; pero cuando nosotros empezamos a pescar no existían”, lanzó José Ramacci en el inicio de la conversación mantenida con Pescare.com.ar en la sala principal.
El armador marplatense está molesto con la postura expresada por el presidente de Capip, Damián Santos, quien viene señalando desde una óptica particular la necesidad de recortar el accionar de los fresqueros locales por entender que son poco compatibles con las exigencias cualitativas de la pesquería.
Pretensión de recorte
Según Capip, los barcos de este estrato deberían tener una operación acotada a 48 horas (hoy tienen 96) y un límite de dos mil cajones por unidad; todo en supuesto favor de sostener la calidad del producto y evitar que se desechen ejemplares en las plantas.
Ramacci tiene otra mirada: “De los barcos que conozco, el producto sale en condiciones óptimas. Se pesca, se lava, se pasa por metabisulfito y después se pone con hielo. Ese pescado, si se elabora en tiempo y forma, es bueno. Además, el que tiene que determinar la calidad es Senasa, no esta gente”, subrayó.
Por otra parte, según analiza, se pueden optimizar las formas para trasladar la producción a puerto, por caso, mediante hielo líquido o hielo espuma. “Hay que buscar una manera, no limitar. Hay organismos que nos pueden decir de qué forma hacerlo”, aclaró.
Revisión de permisos
Mientras tanto, muestra voluntad para tejer un nuevo capítulo del histórico cruce entre los intereses del norte y del sur. El empresario adelantó que pedirá ante las autoridades de la Subsecretaría de Pesca una revisión de permisos.
“Esta gente se consideran los dueños del langostino, son lo que quieren manejar la cosa. Nosotros vamos a pedir una revisión de todos los barcos congeladores tangoneros. Queremos saber cómo llegaron al caladero. En los ochenta había tres barcos de Conarpesa que pescaban langostino; reflotaron muchos muertos”, evaluó mientras golpeaba la mesa.
Con esa concepción en carpeta, agregó: “Ellos quieren tener la exclusividad de la especie, quieren limitar la cantidad de cajones. ¿Perdón? Y a ellos quién los limita. No pueden venir a digitar la manera en la que tenemos que pescar”, dijo.
En el mismo sentido, trazó un paralelo con lo que sucedió el año pasado con el calamar: “Los poteros quisieron imponer una norma para sacarnos de la pesca de calamar (finalmente esa resolución del Consejo fue anulada). No vamos a permitir que esta gente avance, que determinado sector se crea dueño de tal o cual especie. Históricamente tuvimos permisos irrestrictos, pescábamos distintas especies en diferentes momentos del año”, insistió.
Impacto en los precios
Ramacci cree además la participación de los barcos de Mar del Plata en la temporada de langostino en aguas nacionales contribuirá a correr el techo que sufren los precios de otras especies en los muelles de la ciudad.
Hoy, los merluceros están pescando relativamente cerca del puerto local, a sesenta o setenta millas, y pese a la demanda que se supone tracciona la víspera de Semana Santa, los valores en el muelle no despegan. «El número no le satisface a nadie”, expresó Ramacci de alguna manera justificando el llamado a diversificar el trabajo.
Ramacci: “No vamos a permitir que digiten el manejo del langostino»
Por Pescare3 Minutos
El armador se mostró molesto por la intención que encarna Capip para recortar el accionar de la flota fresquera marplatense en la pesquería.
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