A horas de la reunión informativa convocada por el Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU) en Rawson, el clima en torno a la inminente temporada del langostino se muestra cargado de expectativa, aunque no exento de incertidumbre. La instancia gremial, que busca delinear los próximos pasos en la negociación paritaria 2025/2026 —la única aún pendiente dentro del esquema de acuerdos sectoriales—, podría definir el tono con que el sector afrontará el inicio de una campaña clave para la economía pesquera provincial.
La cita, de carácter informativo pero con un trasfondo de definiciones posibles, llega en un contexto de prudente expectativa. Mientras otros gremios ya alcanzaron acuerdos con el sector industrial, de estiba y del personal embarcado (oficialidad), el SOMU mantiene abiertas las discusiones sobre valores y condiciones laborales, en un escenario donde la rentabilidad del langostino se encuentra bajo análisis.
Empresarios consultados reconocen que la temporada podría iniciarse con un ánimo distinto al de años anteriores: hay una coincidencia general en la necesidad de evitar conflictos, aunque persiste la inquietud sobre cómo equilibrar los intereses entre capital y trabajo en una actividad que, tras un ciclo de altísima productividad, atraviesa una etapa de ajustes. Se evalúa incluso la posibilidad de establecer una pausa operativa durante las fiestas de fin de año, tanto para dar descanso al personal como para favorecer un respiro biológico del recurso.
El SOMU, por su parte, llega a la convocatoria con un discurso que combina prudencia y firmeza. La conducción sindical ha insistido en que el trabajador “no puede ser la variable de ajuste” dentro de una cadena productiva cuya rentabilidad se ha modificado respecto de temporadas previas. El objetivo parece ser alcanzar un entendimiento que preserve la estabilidad, sin resignar derechos adquiridos.
En este marco, la reunión de hoy en Rawson podría ofrecer definiciones o, al menos, dejar entrever el rumbo que tomará la negociación paritaria pendiente. Si bien existe un clima de diálogo, el desenlace aún es incierto. La industria observa con atención: del resultado de esta instancia dependerá, en buena medida, que la próxima temporada logre comenzar sin sobresaltos y con la previsibilidad que el sector necesita.
Por su parte, una fuente del ámbito gremial consultada sostuvo que “las condiciones actuales difieren sustancialmente de las registradas un año atrás”. Explicó que el tipo de cambio presenta hoy un nivel de competitividad más favorable, mientras que la relación con la moneda europea ha mejorado en torno a un 11%, fortaleciendo la posición de las exportaciones argentinas. En ese marco, destacó que el valor del langostino ha mostrado una recuperación sostenida, dejando atrás los mínimos observados a mediados del año pasado y marcando una tendencia que, de consolidarse, podría otorgar al sector un margen de maniobra más equilibrado de cara a las próximas negociaciones. Al finalizar, si bien se supo, que hay un acercamiento para resolver cualquier aspereza de último momento, agregó: “el trabajador no puede ser siempre la variable de ajuste”, dejando un ambiente cargado de expectativas para la inminente reunión con la CAFACh, en vísperas del inicio de la temporada de pesca de langostino provincial 2025/2026.