En un giro que ha generado controversia, Santa Cruz ha decidido realizar una prospección de langostino en este caladero, dejando de lado un acuerdo de administración conjunta que mantenía con Chubut. Esta medida, que reabre una discusión arraigada desde hace dos décadas, ha despertado preocupación y descontento en ambas provincias.
El acuerdo en cuestión, firmado en 2006, estipulaba medidas de manejo conjunto de las pesquerías en el Golfo San Jorge. Sin embargo, la reciente decisión de Santa Cruz ha roto este pacto, generando tensiones no sólo entre provincias sino también dentro del sector pesquero y empresarial.
La situación se complica aún más debido a la expiración, el año pasado, de una veda permanente sobre la especie de langostino Pleoticus muelleri, lo que añade incertidumbre sobre el manejo futuro de los recursos pesqueros en la región.
La gestión liderada por Claudio Vidal en Santa Cruz se enfrenta ahora a críticas tanto del gobierno nacional como de Chubut. Además, su propuesta de obligar a las empresas a desembarcar capturas en puertos santacruceños ha generado inquietud en el sector privado, recordando una medida similar que fue declarada inconstitucional en el pasado en Chubut.
En medio de este escenario tenso, las partes involucradas están buscando soluciones y explorando para evitar posibles acciones legales para abordar esta situación. Mientras tanto, el debate sobre la pesca transzonal en el Golfo San Jorge continúa siendo un tema candente en la agenda política y económica de ambas provincias.
Asimismo, la decisión unilateral de Santa Cruz debido a la falta de reuniones en el marco del CFP desde hace casi 5 meses provoca también cierta fricción con la Nación, acrecentándose la controversia por la casi ruptura reciente del acuerdo pesquero. Santa Cruz ha tomado la decisión de acrecentar sus ambiciones del acuerdo pesquero también con el gobierno nacional, lo que agrava las tensiones en el ámbito político y económico.
Esto representa un desafío significativo para la relación entre la provincia y el gobierno central, ya que el acuerdo pesquero era un pilar importante en la gestión de los recursos marinos compartidos, como la pesquería de langostino y en menor tenor merluza, además de otras especies de desarrollo dentro del Golfo, como la centolla. Las repercusiones de esta medida podrían afectar no solo la industria pesquera, sino también las relaciones entre las partes, que puedan tener cierto equilibrio en el marco del CFP cuando reabra, próximamente para la primer quincena de mayo.
El gobierno provincial liderado por Claudio Vidal ha sido objeto de críticas por esta acción, que se suma a una serie de controversias y desafíos en su breve mandato. Mientras tanto, las repercusiones de esta ruptura continúan siendo objeto de debate y análisis tanto a nivel local como nacional, aunque desde la provincia insisten desmintiendo las dificultades provocadas como consecuencia de esta arbitraria decisión.
Por su parte, desde la secretaría que lidera Harold Bark, bajó el tenor de la disputa, que según su opinión es necesario que ambas jurisdicciones estén de acuerdo. «No se va a tomar ninguna decisión de manera unilateral «, lo aseguró, reconociendo que «los puertos provinciales si bien están alejados de las áreas operativas de pesca de calamar y langostino, es necesario dar trabajo a la gente en los puertos de nuestra provincia «.