Desde el mes de diciembre el Prefecto Mayor Rodolfo José Cattaneo sabe que tiene el mismo desafío que sus antecesores: la seguridad en la navegación, en el puerto y en varias zonas de la ciudad de Mar del Plata.
Nacido en la ciudad bonaerense de Baradero y luego viviendo junto a su familia en San Pedro, sin raíces en la Fuerza, tenía un sueño: ser capitán.
Trabajando en el campo, en una plantación de cítricos haciendo injertos, observó navegar por el Río Paraná “unos barcos”, ahí comenzó su historia…
El sueño partió anhelando ser capitán de un buque, ¿sabía de qué se trataba? ¿A qué se podía enfrentar?
No tenía ni idea, solo tenía unos conocidos que estaban en la marina mercante, uno era capitán de ultramar y otro capitán de pesca pero no tuve mucho acercamiento. Sí me empezó a crecer ese entusiasmo de que algún día pudiera seguir esa carrera. Tenía algunas trabas familiares, mi papá no quería que yo siga en la Prefectura, no porque no le gustara la Prefectura, porque él la vivió muy de cerca también, ahí a la orilla del río. Él quería que vaya a un campo o a una fábrica a trabajar.
Me inscribí en la escuela de Prefectura y tuve la suerte de entrar, cuando salí, con muy buenas calificaciones de la escuela, quinto en promoción, así que tenía la posibilidad de haber seguido comunicaciones, buceo, aviación, pero yo quería ir a los barcos, quería hacer navegación, me dan el curso de navegación, salgo primero en el curso y me mandaron al GC-26 “Thompson”, acá en Mar del Plata, donde estuve dos años. Ahí empezó mi carrera arriba de los barcos, de 32 años de servicio, estuve 25 arriba de los barcos. Fui capitán de ocho buques, del buque insignia de la Prefectura, el guardacostas “Mantilla”, del “Bernardo Houssay”, una carrera linda. Me gustó mucho haber hecho todo eso.
No le resultó extraño Mar del Plata a su llegada en diciembre, ya había estado dos años.
Mar de Plata para mí como ciudad y como escenario operativo para la Prefectura, creo que es una de las mejores ciudades y donde están las problemáticas más amplias, como para poder uno enriquecerse con un montón de conocimientos y experiencias. Me pareció un desafío espectacular, la verdad tenía muchas ganas de venir, cuando me dijeron que venía para acá me puse muy contento. Sé que para mi familia iba a ser algo bueno.
¿Cómo se compone su familia? Fundamental también que ellos se sientan a gusto para la contención cercana.
Hoy están bien asentados. Mi familia se compone por mi mujer Claudia, ella es psicóloga y tengo tres hijos: Agustín (21) es el más grande, que estudia relaciones internacionales -ya se recibe este año- y trabaja en Buenos Aires en una empresa en Puerto Madero; después vienen Joaquín (16) y Benjamín (8) que estudian los dos en el colegio San Alberto. Están muy contentos, por ejemplo Joaquín juega al básquet en el Club Quilmes, pudieron acomodar su rutina a lo que venían haciendo. Claudia tenía su consultorio en Lomas de Zamora y puede resolver sus tareas con los pacientes a través de la virtualidad y algo de presencialidad de vez en cuando.
Más allá de todas las comodidades familiares, su responsabilidad al frente de la Prefectura Mar del Plata es muy grande. Pasaron cuatro meses del inicio de su gestión, ¿qué desafíos hay por delante? ¿Cuáles se trazó previamente?
En principio traté de continuar la propuesta que traía el jefe anterior (Prefecto Mayor José Fernando Dos Santos) en materia de seguridad marítima, en inspecciones técnicas. Eso lo seguimos haciendo, seguimos incrementando y potenciando esas inspecciones. Al tomar conocimiento de algún hecho que no está dentro de los márgenes de la Ley, o tiene alguna situación extraña, enseguida actuamos con el grupo inspectores. Hacemos inspecciones extraordinarias.
Nos han tocado varios casos, donde nos hemos enterado de algunas anomalías o deficiencias que no habían sido informadas por los armadores o por las empresas, y hemos ido, nos hemos presentado de oficio para hacer la inspección, y hemos detectado algunas deficiencias, así que por ese lado creo que continuamos con lo que venía haciendo el jefe anterior en materia de inspecciones técnicas.
¿Qué sugerencias o recomendaciones le dio el Prefecto Dos Santos?
Hizo mucho hincapié en las inspecciones técnicas. Lo que tratamos de hacer es no bajar los brazos en el sentido de continuar con lo que él había comenzado, incrementando las inspecciones. Lógicamente cada uno le pone su impronta. Lo que estoy haciendo ahora es agregar un acompañamiento y un seguimiento a todos los trámites que realizan las empresas armadoras con los buques, para que no se le caigan los certificados, para que no tengan trastornos en los trámites, para que no vengan a último momento con cuestiones que se podían haber resuelto con tiempo.
Entre todos los lugares donde le tocó estar ¿encontró gente tan particular como en este puerto, donde cada uno tiene su impronta, su historia, su apodo?
Yo los adoro. La gente de Mar del Plata me hace sentir muy en San Pedro. La gente tiene la forma de ser de un pueblo. Obviamente hay de todo, pero esa transparencia que tienen, que viene a hablar “sin pelos en la lengua”, con el problema que puedan tener, es muy mío. Yo soy así, muy transparente, a mí se me nota si estoy enojado, si estoy triste, si estoy contento, y la gente de acá, es lo mismo. Creo que es importante hablar sin esconder nada. Estamos para dar una mano, no sé si para solucionar, pero sí para colaborar.
Habitualmente se asocia la tarea de PNA con el accionar con los buques, con los puertos, pero en Mar del Plata además cuentan con lo que se denomina “acciones ciudadanas”, como en otras ciudades argentinas.
Hoy Prefectura a lo largo de todo el país tiene operativos de seguridad ciudadana. Son operativos de seguridad vía pública, donde cumple tarea de policía. En Mar del Plata tenemos unas cuadrículas bastante extensas e importantes en barrios, donde el personal de Prefectura ya está afianzado. Son barrios que manifiestan que están seguros porque está la Fuerza.
El personal que está en esos dispositivos de seguridad, es personal especializado. No es el personal que está en los buques por ejemplo. Son efectivos que están entrenados y capacitados en Seguridad Pública. Eso da una calificación en el personal que va ahí, que no va cualquiera.
El Prefecto Cattaneo destaca el perfil solidario con la ciudadanía, y comparte nuestros dichos sobre que gran parte del personal, llega desde lugares más de “tierra adentro”. No deja de sorprenderse que en gran parte de la ciudad todavía se saluda la gente en la calle, aún sin conocerse y por el solo hecho de cruzar miradas, algo que no ocurre en la CABA o algunos sectores cercanos a esa, resaltando que la mayoría del personal proviene del “interior” del país, sobre todo de la zona mesopotámica.
¿Qué lo sorprendió de Mar del Plata, sobre todo en el sector portuario? Cosas positivas y negativas.
Me sorprendió para bien la organización que hoy tiene el puerto de Mar de Plata. La interacción entre todos los actores del sector marítimo, de la estiba, de las empresas, los armadores, la industria naval, cómo interactúan. Eso me sorprendió para bien. Yo estuve en el 1995-96, era otra la concepción que había. Era previo al PBIP, era un puerto mucho más abierto. Lo que sí quiero expresar, no para mal, y lo que nos propusimos con las autoridades del Consorcio, es aportar todo lo que podamos para embellecer un poquito más el puerto, para que el puerto sea como tiene que ser: un punto atractivo para Mar del Plata, que se una un poco más a la ciudad, y que la ciudad lo tenga como algo referente, como algo de una extracción donde pueda ir, donde pueda disfrutarlo, que uno se sienta bien. La verdad es que la sensación que a veces quedaba, es que el puerto se lo veía sucio. Embellecerlo como puede ser el puerto de La Boca, Caminito, haciendo alguna propuesta cultural a través de artistas plásticos que se puedan expresar en tantas paredes.
¿Cuáles serán los cambios durante su gestión en referencia a la operatoria del puerto?
Ya hemos empezado a correlacionar más que nada el ingreso al interior de los puertos, de todas las personas que trabajan en él. Estamos haciendo un seguimiento intensivo de las autorizaciones, de los prontuarios, para que todas las personas que estén en el puerto, estén autorizadas y que no haya nadie que pueda provocar en algún momento un ilícito, y que después nos lamentemos.
Estamos haciendo un acompañamiento intensivo al Consorcio y trabajando para poder reformular todas las actualizaciones que hay y tener todo registrado. Por otro lado vamos a potenciar el seguimiento y el acompañamiento de los buques en navegación.
Acá funciona la sección Policía de Seguridad Pesquera, pero esta sección, siempre funcionó bastante disminuida, acotada a ciertas cuestiones. Hoy tenemos un proyecto ya en marcha para tener operadores que monitoreen 24/7 a todos los buques pesqueros que zarpen de Mar del Plata o que estén en jurisdicción de Mar del Plata, para que no ingresen a las zonas de veda, poder ayudarlos o diligenciar cualquier requerimiento que tengan en alguna situación de peligro, con alguna situación no deseada, más que nada mantenerlos en constante monitoreo.
Eso nos va a permitir dos cosas: una es que se reduzcan las infracciones que hay de los buques pesqueros en las zonas de veda por ingresar a esa zona, todo lo que sea infracción a la Ley de Pesca. Por otro lado, hacer un seguimiento de seguridad, que eso nos va a redituar en el conocimiento de dónde está el buque. Entonces, todos aquellos casos que pasaron como “El Repunte” y que fueron casos lamentables, donde particularmente los buques se encontraban solos, en situaciones donde la mayoría de la flota ya se había ido a Puerto o corrido del temporal, estar ahí para poder asesorar a los capitanes.
Con mi experiencia, tanto tiempo a bordo de un buque de Prefectura haciendo inspecciones, en navegación, controlando la Zona Económica Exclusiva, con toda esa experiencia poder estar presentes y acompañar a los capitanes, tanto en situaciones de riesgo o con una meteorología no muy buena, como también en aquellos momentos en que se encuentran en tareas de pesca, para que no cometan infracciones y que luego nos lamentemos con una cantidad extensa de sumarios.
El actual Jefe de la Prefectura Mar del Plata, durante sus 25 años navegados recorrió el Delta del Paraná, fue Capitán de un Guardacostas en la zona de Zárate y Campana.
General Lavalle lo tuvo como Capitán de otra embarcación de la PNA, desde Punta Médanos (Canal 15), Samborombón recibiendo a las lanchitas amarillas, destacándose en los buques de porte de Prefectura en la Zona Económica Exclusiva.
“Azopardo”, “Mantilla”, “Thompson” son nombres habituales, donde en el 2019 le tocó capturar dos buques de bandera coreana y un buque bandera china. A través del “Bernardo Houssay” realizó navegaciones antárticas.
“Si naciera de nuevo, entraría a Prefectura de nuevo. Es una pasión” (Prefecto Mayor Rodolfo José Cattaneo).
Sin dudas, nos enfrentamos en esta charla amena, con un apasionado en cada cosa que hace, bien predispuesto, con la necesidad de resolver los problemas que la pesca acarrea dentro de los márgenes de la estricta preservación de la integridad de las personas, de sus tripulantes, de las embarcaciones y de terceros. Hombre de bien, hombre de campo, sencillo, familiar, con el equilibrio y armonía de ese presagio que dice lo cortés no quita lo valiente. Con la severidad de hacer lo que se debe, intentando siempre de optimizar los sistemas acordes a las funciones que le infiere esa responsabilidad, desde Miramar hasta Villa Gesell y en todo el frente marítimo, respondiendo a solucionar y ser parte del engranaje del cluster pesquero más difícil del país. Por cantidad de buques, por tipos de flota, y por sobre todo por una vieja escuela donde los armadores situaban a la prefectura del otro lada de la vereda. Por el contrario, hoy, Mar del Plata cuenta con una jefatura que es parte no solamente de armadores y de la pesca, sino del Consorcio Portuario, del cluster pesquero, de las playas y por sobre todo de la seguridad en la ciudad, fundamentalmente en barrios calientes donde el delito federal se intenta mitigar durante las 24hs los 365 días del año. Por sobre todo, nos fuimos con la sensación de un gran hombre de bien formado con la integridad de la Prefectura Naval Argentina, y además, barquero, conocedor de lo que sucede en altamar.