El Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU) solicitó formalmente al Consejo Federal Pesquero (CFP) la suspensión o reducción del Derecho Único de Extracción (DUE) aplicado al langostino procesado y congelado a bordo, al igual que lo resuelto previamente para la flota fresquera tangonera. La nota fue presentada por el secretario general del gremio, Raúl Durdos, y el secretario de pesca, Ángel Juan Navarro y tiene fecha de ingreso por entrada el día 26 de junio 2025.

Además, el sindicato pidió que se articule con el Gobierno Nacional la posibilidad de suspender, por lo que resta de la campaña, las retenciones a las exportaciones de productos pesqueros. El planteo se enmarca en la profunda crisis que atraviesa el sector, especialmente la flota congeladora, cuyas embarcaciones llevan varios meses sin poder operar.
“La situación que están atravesando nuestros afiliados de la pesca que navegan en la flota congeladora es desesperante”, expresaron Durdos y Navarro en la presentación, donde también alertaron sobre el impacto que esta parálisis tiene en las microeconomías regionales: “Las ciudades portuarias que dependen de la pesca, generadoras de miles de puestos de trabajo, no resisten más”.
Desde el SOMU remarcaron que la falta de actividad ha paralizado al sector y que es indispensable que se gestionen y apliquen medidas urgentes para revertir la situación. “Por todo lo expuesto, solicitamos su urgente intervención para que se pueda solucionar esta situación desesperante, que afecta a nuestros afiliados de la pesca como a todo el personal embarcado, y que repercute en miles de puestos de trabajo en las ciudades portuarias”, concluye la nota enviada al CFP.
Las medidas solicitadas, aunque constituyen un gesto loable en términos de visibilización de la crítica situación que atraviesa la flota congeladora langostinera, no dejan de ser —en el escenario actual— un paliativo de alcance limitado frente a la magnitud estructural del deterioro que aqueja al conjunto del entramado pesquero nacional. La crisis excede con creces los contornos del langostino: se proyecta como una sombra densa sobre todas las especies y los eslabones industriales, procesadores y exportadores del sector. En este contexto, las distorsiones macroeconómicas, las diferencias en las pendientes entre costos abultados versus la retracción de los mercados y la depreciación persistente de los precios internacionales, configuran un entorno adverso que multiplica los efectos de una caída sostenida de la demanda externa. Así, sin una intervención integral y de escala sistémica, cualquier alivio coyuntural corre el riesgo de diluirse ante la profundidad de una crisis que interpela no sólo al presente productivo, sino al porvenir estratégico de la pesca argentina.