Del 7 al 9 de octubre, Vigo volverá a transformarse en el gran punto de encuentro mundial de los productos del mar congelados. La ciudad española abrirá las puertas de una nueva edición de Conxemar, la feria organizada por la Asociación del mismo nombre, que en los últimos años se consolidó como uno de los escaparates europeos más potentes del sector.
La cita reunirá a fabricantes, transformadores, distribuidores, operadores logísticos, proveedores de tecnología y servicios vinculados a la pesca, la acuicultura y la industria de alimentos congelados de origen marino y de cultivo.
Conxemar 2025 llega en un contexto en el que la industria enfrenta desafíos cada vez más complejos: nuevas regulaciones, competencia feroz, demandas crecientes de sostenibilidad y trazabilidad, cambios logísticos globales, costos energéticos altos y un fuerte cambio en el consumo y demanda de productos de origen marino, como consecuencia de la acuicultura, cada día con mayor presencia y penetración en la cadena de consumo.
La feria se propone, justamente, ser una vidriera de soluciones innovadoras y un espacio para que la industria primaria y la transformadora generen sinergias. No será solo un lugar de exhibición: muchas empresas lo ven como una plataforma de negocios y posicionamiento estratégico, donde se detectan tendencias y se decide cómo encarar el futuro inmediato.
Argentina volverá a tener un rol destacado en esta edición, con la participación de empresas pesqueras y exportadoras que buscan consolidar mercados y abrir nuevas oportunidades comerciales en Europa. El país lleva años mostrando un fuerte interés en Conxemar, donde los productos del Mar Argentino —especialmente langostino, merluza hubbsi y calamar— despiertan gran atención entre compradores internacionales.
Delegaciones empresariales y representantes institucionales aprovecharán la feria para reforzar vínculos comerciales, posicionar la oferta pesquera argentina y subrayar el valor de la producción nacional en términos de calidad, trazabilidad y sustentabilidad.
Aunque todavía no se difundieron los números oficiales, se espera que la feria supere a la edición anterior, que contó con más de 750 expositores de 45 países y alrededor de 27.000 visitantes profesionales.
En un mundo que busca reducir desperdicios y optimizar recursos, los productos congelados se posicionan como una opción cada vez más valorada; duran más, facilitan la logística y ayudan a reducir la pérdida de alimentos. Sin embargo, el sector no está exento de retos; mejorar la eficiencia energética de la cadena de frío, digitalizar los sistemas de control térmico, avanzar en envases más sostenibles y cumplir con exigencias cada vez más estrictas en etiquetado, certificaciones y estándares de calidad.
En el día de hoy, un día antes del inicio de la feria, 6 de octubre, se celebrará el XIII Congreso Conxemar-FAO, bajo el lema “Aquatic Food = Food Security”. Este encuentro internacional pondrá el foco en el papel de los alimentos acuáticos en la seguridad alimentaria global y coincidirá con la conmemoración de los 30 años del Código de Conducta de la FAO para la Pesca Responsable.
Los debates girarán en torno a temas de vanguardia: desde el potencial de las algas como nuevo recurso de valor, hasta el desarrollo de proteínas cultivadas y la biotecnología aplicada a la alimentación. También se abordará un desafío central: cómo adaptar las normativas internacionales para lograr sostenibilidad sin perder competitividad.
A partir de mañana, más allá de su carácter comercial y de innovación, Conxemar ocupa un lugar singular en la dinámica de la pesca argentina, especialmente para la principal especie de exportación del país, el langostino salvaje y natural argentino. Su importancia radica no solo en el volumen de negocios que allí se genera, sino en el hecho —no menor— de que muchas de las decisiones estratégicas que condicionan el futuro de esta pesquería se terminan delineando en Vigo, más cerca de los intereses empresariales gallegos que de la política pesquera local. Esta realidad evidencia una paradoja estructural: mientras Argentina ostenta uno de los recursos más valiosos del Atlántico Sur, la soberanía efectiva sobre la cadena de valor del langostino parece trasladarse cada octubre al otro lado del océano, donde los capitales extranjeros definen precios, condiciones de compra, orientaciones de mercado y hasta las condiciones para la próxima campaña. Este fenómeno, que se repite año tras año, plantea la necesidad de repensar el rol de un sector del empresariado local en la defensa de un recurso que, siendo argentino, se negocia y reinterpreta bajo lógicas exógenas, muchas veces ajenas al interés nacional.
Vigo se prepara para ser durante unos días la capital mundial del congelado, con una agenda cargada de negocios, innovación y una fuerte presencia argentina que buscará abrirse camino en el competitivo mercado europeo.