El calamar había empezado la zafra algo dubitativa y poniendo dudas al marco de la pesquería, con un mes de enero sin llegar a las 3500 tn de descargas.
Se había habilitado la zona al sur del paralelo 49 y eso pudo encontrar como causa de esos magros desempeños en el inicio de la temporada. El calamar estaba mas al norte, y el testigo es la flota extranjera que opera fuera de la milla 200 pero pegado a ella, que se situaba en el paralelo 45, aguas afuera al través de Bahía Camarones.
Inmediatamente percatada esta merma, y ya con la habilitación de varios poteros que habían quedado en muelle como consecuencia de inspecciones por parte de la autoridad marítima, habilitada la zona hasta el paralelo 44, las condiciones cambiaron.
Se emparejaron las capturas con las de otros años, y este, parece similar al 2020, donde el recurso se situó bien al norte, sobre el talud y frente al través de una extensa área que en la costa va desde la Bahía de Samborombón hasta Monte Hermoso. Las densidades son óptimas, rondando el promedio de 29tn/día con algunos picos individuales de 45tn/día para el BP Xin Shi Ji 29, Scirocco, Villarino y Lu Qing Yuan Yu 288.
Las descargas al 24 de mayo rondan las 138.000Tn y todo apunta a un año que, de continuar así, se constituiría en un nuevo récord por encima de las 175.000Tn.
Así mismo, la flota arrastrera también está volcándose al calamar, cuyo precio se mantiene firme en el mercado internacional constituyendo una de las especies mas apreciadas de los últimos meses. Es evidente que los problemas que afectan a la merluza en su exportación a Brasil, -uno de los principales destinos, después de la caída producto de las actividades bélicas entre Ucrania y Rusia- y los problemas de anisakis provocando rechazos en varios despachos en la frontera, el calamar termina siendo una alternativa más sólida y previsible.
Todo este escenario esta favoreciendo a un cuello de botella en Mar del Plata.
En principio disputas en el poco muelle activo y operativo que hay disponible, por otro lado, la actividad de ingreso a puerto casi con exclusividad diurna que provoca largas demoras en espera en rada, la falta de hielo para fresqueros, la falta de capacidad de cámaras de frio, -ademas habilitadas para exportación-, la falta puntual de camiones, la demora en la entrega de contenedores que hoy por hoy escasean producto de la demanda y del complejo escenario en el mercado del transporte marítimo, entre otros temas.
Un tema no menor, es la exigencia al reproceso en plantas manufactureras en el continente, que genera un descarte muy liquido que las harineras no lo levantan salvo sea acompañado con residuos de otras especies de cola.
Si bien se llegará a volúmenes altos de descarga de calamar, y eso es muy bueno para todo el clúster pesquero, por momentos la arquitectura de armado de todo el esquema es mas de ingeniería y logística, que de pesca.