El Consejo Federal Pesquero (CFP) aprobó una modificación que impacta directamente en la operatoria de la flota tangonera congeladora: la tolerancia de langostino sin cabeza (colas) y ejemplares rotos, que hasta ahora se fijaba en el 30% de la captura por marea, se eleva de manera transitoria al 36%. La medida regirá hasta la finalización de la temporada 2026 en aguas de jurisdicción nacional y está enmarcada en la Resolución CFP Nro.11/2025.
La resolución, publicada bajo el número 11/2025, fue adoptada tras la recomendación del Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (INIDEP), que dio el visto bueno al incremento siempre que se mantenga un estricto monitoreo sobre los efectos biológicos y pesqueros de la medida.
El organismo científico subrayó la necesidad de aplicar el principio precautorio: es decir, habilitar la modificación, pero evaluando de manera continua si la misma genera un impacto sobre la sustentabilidad del recurso.
Hasta hoy, las capturas de langostino (Pleoticus muelleri) admitían un 30% de producto procesado en forma de colas o con ejemplares rotos, según se desprende de las medidas de administración y manejo de la pesquería de langostino Resolución CFP Nro.7/2018 Anexo I art.9 y sus modificatorias.
Esta proporción, fijada originalmente en el treinta por ciento (30%), había sido motivo de recurrentes controversias en el ámbito operativo, generando fricciones tanto en las bodegas de los buques como durante los procesos de control llevados a cabo por observadores a bordo y en los muelles, particularmente al momento de realizar el romaneo de las capturas. Estas discrepancias reflejaban la complejidad de equilibrar las exigencias productivas con las regulaciones destinadas a preservar la calidad y el manejo responsable del recurso.
Con la entrada en vigor de la nueva resolución, el límite de tolerancia se eleva transitoriamente al treinta y seis por ciento (36%), brindando a la industria un margen operativo más amplio que facilita la dinámica industrial y comercial. Sin embargo, esta flexibilización normativa también plantea interrogantes en torno a la sostenibilidad biológica del langostino, lo que motivó una consulta formal al Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (INIDEP).
El organismo científico, tras un exhaustivo análisis, concluyó que el incremento propuesto no implica un impacto directo y significativo sobre la conservación de la especie. Esta evaluación se fundamenta, además, en el carácter estrictamente temporal de la medida, la cual estará sujeta a un monitoreo constante y riguroso durante toda su vigencia. De este modo, se busca garantizar que cualquier señal de riesgo para la biomasa de langostino pueda ser detectada a tiempo y corregida, salvaguardando así el equilibrio entre la actividad pesquera, la rentabilidad empresarial y la preservación sostenible del recurso a largo plazo.
Cabe señalar que las cámaras empresarias del sector congelador habían solicitado previamente que la tolerancia se elevara al 50% del volumen de bodega. Finalmente, el CFP resolvió fijar el límite en 36%, ponderando la necesidad de dar una respuesta al sector pero sin desatender los criterios de conservación del recurso.
Para los armadores, la medida significa un alivio en el cumplimiento de las normas, especialmente en temporadas de alta producción donde la calidad de la materia prima puede verse afectada por el ritmo de trabajo o las condiciones de pesca.
Mientras, para tripulantes embarcados, la medida constituye mayor trabajo a bordo con consecuencias en directas en una mayor retribución.
El CFP aclaró que la disposición es de carácter transitorio y que podrá ser revisada en cualquier momento, según lo indiquen los resultados del monitoreo. En este sentido, la continuidad de la tolerancia ampliada dependerá de que no se registren efectos negativos sobre la biomasa de langostino ni sobre las demás especies acompañantes.
El incremento de la tolerancia aparece también como una respuesta a los reclamos de armadores y cámaras empresarias que venían solicitando mayor flexibilidad normativa.
La medida impulsada por las cámaras representativas del sector de buques congeladores, buscó esta medida para palear una situación difícil en cuanto a la ecuación económica en momentos donde el tipo de cambio no era competitivo y la mano de obra absorbía hasta el 60% de la producción a bordo. “ Hoy, en virtud de un escenario totalmente distinto y con un panorama mucho más competitivo, con márgenes de rentabilidad más amplio promovido por precios internacionales que han mejorado sustancialmente, la medida parece fuera de término y ventajosa para un determinado sector “, terminó diciendo un representante del CFP a la hora de justificar su voto.