En el agitado panorama laboral que envuelve al entramado productivo de Rawson y Chubut, destaca un símbolo de perseverancia y dedicación: el BP Bagual. Durante los últimos 10 meses, este buque ha sido protagonista de una historia de esfuerzo constante y renovada pasión, elementos que se entrelazan en la vida de quienes se dedican a la noble profesión de la pesca.
En tiempos donde la adversidad parece ser la norma, la tradición y el amor por el trabajo son las brújulas que guían a los pescadores. Hombres y mujeres para quienes el mar es tanto un escenario de desafíos como un espacio de realización. No es casualidad que el BP Bagual, con su capitán y dueño Juan Carlos Otulich al timón, sea un ejemplo de esa entrega. Desde joven, Otulich abrazó este oficio con la certeza de que la pesca no es solo una profesión, sino un estilo de vida. Año tras año, con capturas que pueden oscilar entre 55.000 cajones de langostinos o menos, eso no cambia el derrotero, mantiene intacta su devoción por el mar, sin importar las fluctuaciones del mercado. Como él mismo lo sabe, los altibajos en los precios no afectan su compromiso ni la calidad de su labor. El respeto al trabajo y la pasión de pescador, no se negocia.
El BP Bagual no es simplemente un barco; es una escuela de pesca en altamar. Aquí, los marineros no solo trabajan, sino que aprenden a tratar el producto con el respeto y la destreza que merecen. Desde la captura, cada detalle es cuidado con esmero para garantizar que el langostino llegue a puerto con la misma excelencia con la que fue extraído. Es la pasión, unida a un profundo conocimiento del oficio, lo que distingue a este buque y su tripulación.
Con la llegada de una nueva temporada de langostinos en aguas provinciales, el Bagual ingresó al Astillero Naval Federico Contessi para una serie de mejoras y reparaciones. Sin importar las turbulencias económicas o laborales, se invierte en lo que es esencial: el mantenimiento del barco. Entre las innovaciones implementadas, se destaca la instalación de una cinta ducha para la limpieza del marisco, junto con sondas de última generación y un sistema Marport para mejorar la eficiencia en la pesca.
El interior del barco también fue optimizado para cumplir con nuevas normativas de la Prefectura Naval Argentina, incluyendo un sistema de aguas servidas y mejoras en la seguridad eléctrica. Además, se añadió una cama extra para el observador a bordo, reafirmando el compromiso de brindar condiciones adecuadas para todos los que forman parte de esta travesía.
En definitiva, la calidad y la exigencia no es negociable para Juan Carlos. El respeto por el producto, la dedicación al trabajo y la constante reinversión son pilares en su labor. Con el BP Bagual nuevamente en altamar, renovado y listo para una nueva zafra, queda claro que la perseverancia es el espíritu que guía a estos pescadores. Enhorabuena a quienes, como Alicia Bain, Julián y Sabrina Otulich, siguen creyendo en que todo es posible cuando se trabaja con pasión y tenacidad. ¡Buena pesca y que los vientos sigan soplando a favor del Bagual y su valiente tripulación!