Este sábado, el Astillero Naval Federico Contessi celebró un hito significativo con la botadura de su buque número 151, el pesquero Marlene del Carmen. La ceremonia, cargada de simbolismo y emoción, estuvo marcada no solo por el orgullo de la entrega de esta nueva embarcación, sino también por la profunda preocupación que atraviesa al sector pesquero en su conjunto. A juicio de los responsables del astillero, esta podría ser “la última botadura en mucho tiempo” debido a la “situación insostenible” que enfrenta la pesca argentina.
El Marlene del Carmen, con unas dimensiones de 25,50 metros de eslora y 7,89 metros de manga, será operado por la empresa Rosmar SA, del Grupo Santander, en Comodoro Rivadavia, Chubut. Este nuevo buque reemplazará al María Rita, una embarcación con más de 63 años de antigüedad, simbolizando una renovación en la flota pesquera. Sin embargo, la alegría por la puesta en marcha de esta unidad contrastó con el panorama que vive actualmente el astillero, que es un referente histórico de la industria naval en Argentina.
Hoy, el astillero Contessi se enfrenta a una grave crisis, con «solo cuatro gradas ocupadas» por buques costeros, también destinados a Chubut, y la construcción del Marlene del Carmen representando la única embarcación de altura en proceso. Para la flota pesquera tradicional, la situación ha sido calificada como “calamitosa” por los propios actores del sector.
Durante los discursos, Domingo Contessi, presidente del astillero, expresó su preocupación y tristeza por el futuro incierto de la industria. Subrayó: “Mientras íbamos terminando los detalles de esta obra, nos comenzó a embargar una sensación de tristeza y melancolía. Desde 2017 en adelante, cada vez que desocupamos una grada, la ocupamos con una nueva quilla, un nuevo hijo, un nuevo sueño. En estos ocho años tuvimos momentos difíciles, pero a pesar de los problemas y los descalabros económicos, invertimos, duplicamos nuestra capacidad instalada y el empleo. Hoy la continuidad laboral se está poniendo en riesgo”. Este testimonio refleja la angustia de un sector que, a pesar de las adversidades, ha logrado sostener su actividad, pero que ahora ve amenazada su supervivencia.
En su intervención, Contessi también destacó la urgencia de renovar la flota pesquera nacional, señalando que aún queda por actualizar “el 50%” de las embarcaciones. No obstante, el presidente del astillero advirtió que “el problema es que ninguno quiere comenzar un barco de altura en esta coyuntura, sabiendo que no tendrá capacidad de repago; para algunos sectores pesqueros, la situación ya es insostenible”. Este comentario pone de manifiesto la parálisis de un sector clave de la economía nacional, que se enfrenta a la falta de incentivos y un contexto económico desfavorable.
Además de la crítica a la situación macroeconómica, Contessi cuestionó severamente las políticas del gobierno. Aseguró que “se nos dijo que el Estado se ocuparía de la macro y que subsistirían aquellos que tuvieran una micro eficiente”, pero lamentó que, en la práctica, “esto no se está cumpliendo”. En particular, señaló que la microeconomía de las empresas pesqueras está “condicionada por el Estado, porque los ingresos dependen de un tipo de cambio oficial manipulado, mientras que los costos están totalmente liberados”. Esta disparidad genera una asimetría que perjudica gravemente a los actores de la pesca, quienes ven cómo sus márgenes de rentabilidad se estrechan ante el desajuste económico.
El reclamo del presidente del astillero, además, subrayó la necesidad urgente de “recuperar competitividad” para que el sector pesquero pueda hacer frente a los desafíos actuales. En este sentido, se unió al clamor de muchos de sus colegas para que la pesca sea incluida en la rebaja de retenciones, mientras rechazaba enérgicamente el reciente aumento de entre un 300% y 500% del Derecho Único de Extracción. También manifestó su rechazo hacia la nueva tasa de asignación de las cuotas de merluza, que calificó de “valores siderales”.
La ceremonia, que conmemoró la botadura del Marlene del Carmen, fue acompañada por una importante presencia de autoridades y representantes del sector. Entre los asistentes se encontraban miembros de cámaras empresariales, industriales, y sindicatos del sector naval y pesquero, así como autoridades provinciales como el vicegobernador de Chubut, Gustavo Menna, y el secretario de pesca de esa provincia, Andrés Arbeletche. También participaron figuras políticas como la diputada nacional María Cecilia Ibáñez y el diputado provincial Gustavo Pulti, junto a representantes del Área Naval Atlántica, Prefectura, el Ministerio de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires, Anses, los astilleros Tandanor y Río Santiago, concejales y autoridades académicas, como los decanos de las universidades UTN y Fasta.
En conclusión, mientras se celebraba la concreción de una nueva botadura, la industria pesquera y naval argentina se encuentra en un cruce de caminos, enfrentando una coyuntura económica crítica que exige una pronta respuesta de las autoridades para garantizar la competitividad, la renovación de la flota y la preservación de los empleos en el sector.