A instancias de conmemorarse un nuevo Día del Trabajador, ayer 30 de abril, en el espigón 3 del puerto de Mar del Plata, el BP Marlene del Carmen perteneciente a la firma Luez S.R.L. de Luis Santander, empresario con base de operaciones en el puerto de Comodoro Rivadavia, no pudo zarpar tras la intervención del Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU), que denunció un incumplimiento en la dotación mínima establecida por convenio colectivo de trabajo vigente.
Según el gremio, la embarcación intentaba salir a la pesca con ocho marineros, cuando el artículo 17 del Convenio Colectivo de Trabajo 708/2015 «Puntajes y dotaciones para los buques pesqueros de altura«, establece que ese tipo de buques debe embarcar a diez tripulantes en el área de marinería. Se trata de un barco nuevo en su primera marea de pesca, con una bodega con capacidad para tres mil cajones, y por sus características técnicas, el mismo convenio estipula la cantidad de personal necesario.
Además, el artículo 18 del mismo convenio, («Tripulante faltante«), establece que cualquier modificación en la dotación debe ser acordada entre las partes y evaluada en función de las características del buque.
«El personal de marinería, que efectúe el viaje con dotación reducida, repartirá en partes iguales, el monto que por todo concepto debiera devengar el personal faltante, salvo que se haya acordado modificar la dotación entre el armador, la tripulación y el Sindicato firmante, por las características del buque «.
El SOMU aclaró que en el caso de los barcos antiguos, en los que no se pueden realizar reformas, puede haber excepciones; pero no así en unidades nuevas, donde la capacidad de bodega define la tripulación mínima.
Desde la empresa armadora, sin embargo, explicaron que su intención era zarpar con ocho marineros y pagar los salarios correspondientes a los dos tripulantes faltantes. A pesar de ello, no hubo acuerdo con el sindicato, que bloqueó la salida de la embarcación.
En el muelle local se vivieron escenas de inaceptable desmesura, cuando un grupo de tripulantes, en defensa de su legítimo derecho al trabajo, se enfrentó con miembros del gremio, en un contexto signado por la tensión y la falta de diálogo. El Secretario General del Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU) de Mar del Plata, Oscar Bravo, procuraba en ese momento exponer las razones por la que el accionar gremial conforme a los CCT firmados y homologados persuadía no sentar precedentes por el accionar de una tripulación que pretendía ir por fuera de los mismos, particularmente por involucrar a una embarcación de reciente incorporación, nueva.
En medio de un clima exacerbado por gritos y empujones, uno de los marineros –quien posteriormente se mostró visiblemente consternado por su proceder– profirió una amenaza directa a un dirigente sindical, exclamando, a viva voz y frente a cámaras: “Vení, gordo, que te voy a pegar un puntazo» mientras su mano derecha sacaba un cuchillo de la vaina. Este hecho desató una verdadera batahola, elevando peligrosamente el tono de una discusión, ya de por sí encendida.
A raíz de lo ocurrido, diversas cámaras empresariales emitieron comunicados rechazando cualquier manifestación de violencia en el ámbito laboral.
Horas después, en la noche, en un hecho que se investiga por posible vinculación con los acontecimientos del muelle, la camioneta del armador del Marlene del Carmen fue dañada por personas no identificadas.
El conflicto tuvo lugar en la víspera y durante el Día del Trabajador, fecha que remite a la reivindicación de derechos laborales y a la reflexión sobre la importancia del respeto a los marcos legales y normativos vigentes en el mundo del trabajo.