La zona que se pretende proteger y de lo que tanto se ha hablado y se ha escrito, está situada a unos 500 kilómetros del Golfo de San Jorge, el que se ubica entre las provincias de Santa Cruz y Chubut, un proyecto que debería ser tratado por el Senado Nacional antes del 30 de noviembre, ya que de lo contrario perdería estado parlamentario.
El mismo proyecto ya tuvo una media sanción de parte de la Legislatura Nacional a través de la Cámara Baja, quien lo aprobó en el año 2022, pero de acuerdo a las reglas del tratamiento de leyes, el Senado debe ser quien de tratamiento para su aprobación o rechazo.
Tal como hemos citado, el sector está ubicado en el talud continental y atraviesa el que es considerado el frente productivo más destacado del Hemisferio Sur, en una zona del Océano Atlántico Sudoccidental, sitio que le pertenece a nuestro país y es donde administra y explota los recursos naturales.
De acuerdo a lo que sostiene la organización ambientalistas “Greenpeace”, la creación de esta área protegida dará la posibilidad de detener la pesca internacional de arrastre de fondo, la que es considerada por este sector como una de las más destructivas del lecho marino, poniendo de relieve también que los países que más atentan contra el Agujero Azul, son Taiwán, Corea del Sur, China y España, países que operan en el límite de la Zona Económica Exclusiva de Argentina.
“Estas embarcaciones dedican 200 mil horas de esfuerzo pesquero por año. Utilizan redes de arrastre de fondo en el área, por lo que arrasan el lecho marino, capturando recursos fronterizos compartidos con nuestros espacios marítimos y destruyendo ambientes bentónicos vulnerables, lo también libera carbono secuestrado, contribuyendo a la crisis del cambio climático”, sostienen desde la organización internacional.
La Organización No Gubernamental, exhortó a los senadores argentinos a que “fortalezcan nuestra política de Estado en conservación marina y consoliden nuestra Soberanía en el Atlántico Sudoccidental, generando un precedente nacional y global en la protección de espacios marinos bentónicos.”
Por su lado, la organización WCS –creada en el año 1964 en la Argentina- dedicada a la conservación de las especies y ambientes naturales, también se pronunció sobre el tema: “El Agujero Azul permitirá proteger a perpetuidad un gran sector de nuestra plataforma continental, frenará la destrucción de sus fondos, protegerá cañones submarinos, resguardará sus jardines de corales y todas las especies marinas de ecosistemas profundos vulnerables”, dijo la directora de WCS Valeria Falabella.
“Es que en sus aguas viven esponjas, jardines de diversas especies de corales de agua fría, estrellas de mar, anémonas y gusanos poliquetos. También hay merluza austral, merluza negra o róbalo, la faneca plateada o marujito, el congrio y el calamar argentino.”
“El Agujero Azul posee ecosistemas marinos vulnerables de alta biodiversidad con potencial valor como reservorio de recursos genéticos. También incluye sistemas de cañones submarinos que permiten la circulación de nutrientes desde la plataforma hacia la cuenca profunda y son importantes para la captación y almacenamiento de carbono, claves en la mitigación del cambio climático. Por todas estas razones, su protección es urgente”, afirman por su lado los investigadores del CONICET.