Con un tono más optimista que en su anterior discurso, Domingo Contessi en la botadura del nuevo buque del Grupo Veraz, en lo que es la botadura 148 en el historial del Astillero Naval Federico Contessi y Cía. S.A., se mostró también agradecido y detalló la situación económica actual.
Entre los tramos más salientes de lo pronunciado en la mañana del jueves, el presidente del astillero manifestó: “gracias al esfuerzo de cámaras empresarias y sindicatos, al acompañamiento que tuvimos por parte de todas las fuerzas políticas de la oposición y también a la comprensión del tema que tuvieron muchos funcionarios del oficialismo, logramos que el propio gobierno retirara esta modificación que hubiera tenido un impacto terrible sobre las empresas, el empleo, la salud del recurso y los ingresos del Estado. Por ello nuestras primeras palabras son de agradecimiento, a todos los legisladores, gobernadores, intendentes y funcionarios que entendieron lo que estaba en juego y que actuaron en consecuencia.”
“Este cimbronazo me invita a realizar una fuerte autocrítica dentro del sector pesquero y la industria naval. Debemos reflexionar y actuar sobre lo mal que comunicamos nuestra actividad, los empleos que generamos, la soberanía que defendemos, el valor que agregamos, los impuestos que pagamos y las potencialidades de cada sector. Y en esta tarea no podemos bajar la guardia, porque no todos están convencidos aún de la conveniencia de que existan este tipo de industrias”, señaló ante la atenta escucha de la nutrida concurrencia a la botadura.
“…fuimos muy enfáticos alertando en anteriores discursos de botaduras sobre las sucesivas pérdidas de competitividad y distorsiones de precios industriales que nos fue generando la inflación y el atraso cambiario a partir del año 2021, hasta que en Noviembre de 2023, en oportunidad de botar el ‘YANI G.’, exclamamos y suplicamos: ‘Atraso cambiario, Nunca Más’”, dijo recordando sus propias palabras.
En referencia a la situación actual, en otro de los tramos, Contessi explicó: “Se están haciendo grandes esfuerzos para bajar el déficit, la inflación y ordenar la macroeconomía, lo cual valoramos. Sabemos que el horizonte de mediano plazo es de unificación cambiaria y eso también es positivo y necesario para la industria y las empresas exportadoras. Sin embargo, no podemos dejar de mencionar que los precios industriales todavía no llegaron a re-acomodarse lo suficiente y que el ‘crawling peg’ corriendo muy por debajo de la inflación, no favorece a ese objetivo en el corto plazo.”
“No estoy diciendo que el tipo de cambio sea la única variable que hace a la competitividad, ni tampoco hago una valoración de si el dólar oficial actual está atrasado con respecto a su media histórica. Lo que estoy diciendo es que para empresas como la nuestra que producimos bienes de capital que cotizan en dólares oficiales y que se construyen en plazos largos, la tarea de costear no es nada sencilla, porque mes a mes seguimos sufriendo aumentos en dólares de nuestra mano de obra y de servicios de terceros, ya que no podemos dejar de acompañar a la inflación con los salarios. Sabemos que eso se va a normalizar, pero no sabemos cuándo sucederá y generar un colchón de expectativas inciertas nos resta competitividad. Las industrias exportadoras como la pesca también están en esta disyuntiva, con el agravante que ellos no pueden fijar sus precios de venta, sino que se los fija el mercado. Hoy solo pueden contemplar cómo mes a mes se va erosionando la rentabilidad, una rentabilidad que justo es mencionar durante muchos años ni siquiera existió”, destacó firmemente.
Sobre cómo se llega a la construcción de este nuevo buque para la Grupo Veraz, relató que “El ‘AMERICANO’ es un hijo de esta crisis, pero también es el fruto de la comprensión y el acuerdo, en definitiva las crisis también son oportunidades. Este barco iba a ser el quinto ‘Huafeng’, pero las penurias económicas que sufrieron las empresas pesqueras por el atraso cambiario y la caída de precios internacionales, generaron dificultades para cumplir las cuotas pactadas más los mayores costos incurridos por el Astillero. Las mismas dificultades las estaba atravesando el grupo Veraz, y por ello se vio obligado a desprenderse de dos de sus buques congeladores más grandes para poder cancelar deudas, pero en lugar de repartir el remanente y reducir sus aspiraciones decidió reinvertir en la renovación de su buque ‘Victoria II’ que está próximo a cumplir 38 años y que tenía un proyecto aprobado para ser reemplazado por un barco un poco más grande que este. Así se llegó a un acuerdo entre el grupo Arbumasa y el grupo Veraz donde ambas partes hicieron renunciamientos. Por ello queremos agradecer a todos los responsables del grupo Arbumasa por la buena fe y el compromiso que han demostrado, la próxima botadura será de un barco para ellos y confiamos que muy pronto podremos iniciar la construcción del sexto buque que hoy estamos postergando.”
“No nos avergüenza reconocer que las empresas pesqueras perdieron plata en algunos rubros y que ganaron o empataron en otros. Esta es una realidad fácilmente comprobable, que muchas veces es desconocida o ninguneada por sindicatos y autoridades. Al igual que los esfuerzos que está haciendo el Estado para revertir el déficit estructural, los privados también debemos sincerar y adecuar nuestras economías. Una tarea que no es sencilla cuando tanto del lado del fisco como de los gremios hay pretensiones, que, aunque fueran fundadas, superan las posibilidades reales.”
Además se refirió al sector que lo nuclea al decir: “El empresariado argentino tiene mala fama, de ser especulador, negrero, oportunista o prebendario. Yo creo que eso es inmerecido, porque al igual que en cualquier otro ámbito de la sociedad debe haber buenos y malos. Personalmente conozco centenares de casos de pymes y empresas más grandes, de los más variados sectores, que luchan estoicamente contra las adversidades, que se mantienen abiertas por orgullo o legado familiar, donde sus propietarios gozan con dar trabajo, con desarrollar nuevos productos o innovar. Seguramente no son las grandes empresas del círculo rojo, para las cuales todo se limita a un ‘negocio’, a estas otras empresas las mueve la ‘pasión’. No es una obligación de los gobiernos andar discerniendo el alma de una empresa, pero sí debe considerar sus méritos, direccionarlos hacia lo que más le conviene a la sociedad y garantizar una sana competencia.”
Luego de enumerar a varias empresas, destacándolas en sus palabras y siguiendo en la línea de mencionar al sector empresarial, Contessi remarcó: “Del otro lado tenemos a los empresarios oportunistas que hacen lobby para seguir importando chatarra usada, barcos totalmente amortizados que se venden a valores de rezago. Apuestan por el negocio rápido, alegan incapacidades o urgencias y se reservan el capital para otros menesteres. Parecía una lógica desterrada, pero sabíamos que con el cambio de gobierno iban a intentar convencer a las nuevas autoridades con sus cantos de sirenas. Ojalá no lo consigan porque sería un gran retroceso para la industria naval y la propia industria pesquera. Esa no sería una competencia justa para la Industria Naval, porque por más que nos esforcemos nunca podremos construir un barco usado.”
Asimismo hizo una cronología de lo que fue ocurriendo desde los años ’70 en la Argentina y los Decretos que de alguna manera terminaron perjudicando al sector, destacó en que terminaron los barcos usados que se habían importado y como cambió todo con la tragedia del B/P “Repunte” y como tomaron conciencia las autoridades argentinas.
“Dos gobiernos antagónicos terminaron generando, una política de estado y la respuesta fue inmediata: se hicieron inversiones como nunca antes en la industria naval, se construyeron 31 pesqueros en astilleros nacionales (sin contar los artesanales), se importaron 14 barcos nuevos del extranjero y así se bajó la edad promedio de la flota de 40 a 34 años en apenas 5 años, se modernizó la flota y se comenzó a cambiar su fisonomía. Las inversiones genuinas en buques nuevos que en más de 100 años de historia pesquera no se habían dado, que se decían imposibles, se concretaron gracias a un mensaje claro que se le transmitió a los armadores: ‘No al barco usado’”.
“Hoy unos pocos empresarios que se niegan a invertir y competir intentan romper ese proceso virtuoso, pretendiendo importar barcos que en algunos casos superan u orillan el límite de 40 años de la normativa vigente. Confiamos que las nuevas autoridades sabrán separar la paja del trigo y entender el daño irreparable que generaría comenzar con estas excepciones. La consigna debe ser que todos compitamos con las mismas armas. Si esos armadores no creen en la industria nacional, si desconfían de los tiempos y capacidades de los astilleros argentinos, tienen centenares de astilleros extranjeros a disposición, pero que los barcos sean NUEVOS para no volver a cometer los errores del pasado con sus trágicas consecuencias para las industrias, la seguridad jurídica y la vital”, continúo en su discurso siempre basado en la competitividad.
“Damos por descontado que así será y como prueba de confianza en el país, la Industria Naval Argentina está invirtiendo y generando empleo de manera anticipada. Hace unos días comenzamos dos nuevos barcos, las obras 152 y 153. Ayer la firma SPI anunció el inicio de la construcción de dos nuevos barcos, lo cual celebramos y hoy podemos anunciar nosotros que en la nueva nave industrial inaugurada en enero se han colocado las quillas de las obras 154, 155 y 156. La Argentina se tiene que recuperar trabajando y no especulando. Por eso, aunque las dificultades siguen siendo muchas y el panorama no está del todo despejado, aportamos nuestro granito de arena por adelantado, invirtiendo, generando empleo y confiando”, destacó también enumerando el gran trabajo que tienen por delante y reconociendo la labor de sus colegas.
En el tramo final, Domingo Contessi agradeció a la gran familia del Grupo Veraz, a los accionistas –que son ex capitanes, ex maquinistas, ingenieros y directivos- quienes acompañan a la empresa desde 1986 en “esta aventura de tratar de demostrar que empresas pesqueras ‘distintas’ eran posibles.”
Párrafo aparte para reconocer a la madrina del buque, a quien se dirigió con notable calidez como lo hicieron los empleados de la firma: “La elección de la madrina recaída en Norma Destasio, una de nuestras colaboradoras más antiguas, es todo un símbolo que intenta agradecer a todo el equipo laboral, dirigencial y societario que nos acompañó en este camino. Nos quedan muchos desafíos por delante y los encararemos con el mismo optimismo que tenía el querido Tío Antonio, para saludarnos con su tradicional ‘AMERICANO’”.
Hay que resaltar, un detalle no menor del destacado maestro de ceremonias Andrés Cosmai, al momento de llamar al palco al empleado más joven ingresado al astillero, como es habitual desde hace muchos años, el mismo, ante el asombro compartido con el numeroso público presente, manifestó “siempre es uno distinto..!”, de lo cual se desprende la incorporación de mano de obra joven, genuina y la labor de lo que derrama y representa en la sociedad, en un claro ejemplo de responsabilidad social empresaria hacia la comunidad marplatense, un detalle que muestra y demuestra la pujante actividad pesquera y naval como aporte para mitigar los calamitosos índices de pobreza que debiesen ser la vergüenza de administradores y políticos (que no participaron de un evento histórico para la ciudad), donde dos astilleros, colocaron 2 nuevas quillas y botaron un nuevo buque fresquero, en una misma semana.
Un dato histórico y un detalle, que no es menor, graficando lo que el clúster pesquero es, hace y da para esta región del país.