Con datos acumulados hasta el 29 de diciembre, los puertos argentinos registraron un total de 821.682,95 toneladas desembarcadas en 2025, en un año que volvió a mostrar con claridad cuáles fueron las pesquerÃas que sostuvieron la actividad a lo largo del calendario productivo. El volumen anual se explicó principalmente por el desempeño de un grupo reducido de especies, con aportes complementarios de otras pesquerÃas que mantuvieron continuidad operativa en distintos puertos del paÃs, pero con un enorme trabajo mancomunado de gestión desde el Consejo Federal Pesquero y principalmente del Subsecretario de Recursos AcuÃcolas y Pesca de la Nación que con algunas decisiones puntuales pudo revertir una casi inevitable caÃda del 12%, el INIDEP, el sector privado, empresas, gremios y trabajadores.
Langostino: Volumen, rentabilidad y conflicto
El langostino volvió a ser el principal sostén del sector. Hasta el 29 de diciembre se desembarcaron 179.436 toneladas, con un segundo semestre decisivo y picos de actividad que volvieron a poner en evidencia la dependencia económica de este recurso.
Sin embargo, el desempeño productivo convivió durante todo el año con conflictos gremiales, discusiones salariales, paradas de flota y advertencias empresariales sobre costos crecientes. El langostino sostuvo la caja, pero también concentró las tensiones más profundas del sector que se supo contrarrestar con otras especies.

Calamar: Mejor desempeño y máxima rentabilidad
El calamar fue el otro gran protagonista del año. La pesquerÃa de Illex acumuló 208.490 toneladas desembarcadas, con una zafra fuerte en los primeros meses de 2025 que terminó siendo clave para sostener los números globales de la actividad. Su impulso, dado por la mayor concentración del recurso, producto de una mejor administración racional del CFP en cuanto a aperturas y cierres de áreas de pesca, en base al desarrollo de parámetros matemáticos y seguimiento dedicado y eficiente por parte del grupo cefalópodos del INIDEP, liderado por la Jefe del Programa PesquerÃas de Cefalópodos, Dra. Marcela Ivanovic en conjunto con el pulso diario de las calidades y concentraciones informadas por capitanes de la flota potera en tiempo real al titular de la Cámara de Armadores Poteros de Argentina (CAPA) Ing.DarÃo Sócrate sumado a una sostenida demanda internacional con precios muy firmes, que permitió a las empresas un extraordinaria rentabilidad, generó que las descargas trepen al +35% con referencia a la buena temporada del año 2024, siendo esta superlativa. y donde queda claro el tridente, entre investigación, actividad privada y gestión en pesca.
La virtual inexistencia o menor esfuerzo de pesca reflejado del Loligo, con apenas 6,5 toneladas, volvió a mostrar la fragilidad de una pesquerÃa altamente dependiente de condiciones ambientales y ventanas biológicas muy acotadas, sin embargo, hay fuertes expectativas en esta especie, para el año 2026.

Merluza: Estabilidad en descargas con mayor CMP
La merluza común cerró el año con 290.528 toneladas desembarcadas al sur del paralelo 41°, confirmando su rol histórico como base estructural de la pesca argentina.
Para quienes leen la foto final del estricto rigor de los números, no hubo sorpresas, en un marco estabilidad, cumplimiento de los esquemas de manejo y un aporte constante, pero sin capacidad de compensar caÃdas en otras pesquerÃas ni de absorber mayores presiones económicas. La merluza sostuvo empleo y actividad, pero lejos quedó de ser el motor del año.
Más allá de las grandes pesquerÃas, otras especies aportaron volumen y continuidad, aunque sin modificar el cuadro general.
La merluza de cola, la polaca y el abadejo mantuvieron niveles de desembarque acordes a los esquemas de administración vigentes, con participación estable de la flota congeladora que opera al sur del paralelo 52°S -principalmente las dos primeras especies, pero sin saltos significativos.
Las rayas, el gatuzo y otros condrictios siguieron bajo regÃmenes restrictivos, con capturas acotadas y un peso marginal en el total anual, reflejo de una polÃtica de conservación que limita su incidencia productiva.
En el segmento de crustáceos bentónicos y especies costeras, los volúmenes continuaron siendo reducidos y focalizados, sin capacidad de compensar eventuales caÃdas en las pesquerÃas principales.
El balance de los desembarques hasta el 29 de diciembre de 2025 muestra un año de actividad sostenida en los puertos argentinos, con un total superior a las 821 mil toneladas y una estructura productiva claramente definida. Langostino, calamar y merluza volvieron a ser los pilares del volumen anual, mientras que otras especies acompañaron con aportes constantes a lo largo del año.
De cara a 2026, los números dejan como saldo un sector que mantuvo niveles de producción, con pesquerÃas consolidadas que continúan ordenando el calendario, la operatoria portuaria y la dinámica general de la pesca argentina.

Para quienes examinamos de manera sistemática los informes mensuales de coyuntura que la Dirección de Planificación Pesquera —conducida por la Lic. Gabriela Navarro— pone a disposición de la ciudadanÃa, el panorama hacia mediados del tercer trimestre presentaba una fisonomÃa sustantivamente distinta: la contracción de las capturas anticipaba una proyección de descenso del orden del 12%.
Es precisamente en ese punto donde se torna visible la gestión y la vocación indeclinable del actual Subsecretario de Recursos AcuÃcolas y Pesca, Juan Antonio López Cazorla, cuya intervención estratégica se orientó a contrapesar la caÃda que se perfilaba como inevitable en las exportaciones, con sus correlatos económicos para el paÃs, las empresas y, de modo particularmente sensible, para los trabajadores del sector. No en vano el hombre es de campo, un tractor en silencio que trabaja y dedica su profesionalismo, pasión y compromiso con el sector, aun descuidando lo más sacro del ser humano, la familia. HabÃa que decirlo, y se dijo.
Mediante un trabajo técnico sostenido y la construcción de consensos efectivos entre el Consejo Federal Pesquero, el INIDEP y los actores representativos de la actividad, impulsó una decisión de alcance histórico —aunque escasamente difundida— consistente en la ampliación, en dos oportunidades, de la CMP de merluza común. Dicha medida, de naturaleza estrictamente administrativa pero concebida con finalidad y efectos nÃtidamente laborales, permitió revertir una tendencia bajista de considerable entidad y alto impacto en el empleo, configurando un esquema productivo en el que el sector extractivo primario supera las 821.000 toneladas, mejoró el número comparado al año anterior, consolidando asà un año decoroso y un cierre vigoroso, en lÃnea con el desempeño del perÃodo precedente. Eso también es gestión.






