En un ambiente donde el eco de las sirenas y el bullicio de caldereros y pintores con el tradicional granallado que marcan la labor diaria en la actividad portuaria que suelen marcar el ritmo del Puerto de Mar del Plata; ayer se transformó en un grito de criticas por cada participantes de diversos sectores de la actividad.
Este miércoles, un paro de transporte de alcance nacional ha interrumpido la actividad en los muelles, dejando barcos anclados y grúas inmóviles, en una jornada de protesta que congrega a diversos gremios portuarios y marítimos. Las calles cercanas al puerto, especialmente en la intersección de la avenida De los Trabajadores y la calle 12 de Octubre, se transformaron en un punto de encuentro para los trabajadores que alzaron su voz en reclamo por las políticas del Gobierno Nacional con la exigencia inmediata de una renuncia del actual presidente Javier Milei, para dar rienda a volver a las políticas implementadas hasta diciembre 2023, al menos, fue el común denominador de algunos participantes que arengaron la nutrida participación de trabajadores.
Pese a que el Sindicato Argentino de Obreros Navales (SAON), miembro de FEMPINRA, fue uno de los motores del paro, la participación en Mar del Plata fue limitada. Los talleres y astilleros operaron con normalidad, aunque algunos delegados asistieron al acto principal, junto a líderes de Dragado y Balizamiento, el Centro de Patrones, SI.CO.NA.RA., SI.MA.PE. y SOMU. Según Walter Luro, del Centro de Patrones, » el impacto del paro fue extenso en toda la Argentina, paralizando embarcaciones en todos los puertos y sectores, desde el sector del transporte de arena y piedra hasta el de petróleo «.
Daniel Flores, figura clave en la organización de los conductores navales desde su rol en el Sindicato de Conductores Navales (SI.CO.NA.RA.), compartió su perspectiva en una entrevista donde explicó que este paro, aunque nacional, tiene particular resonancia en Mar del Plata: «Hoy es un paro de transporte que ha movilizado a gran cantidad de gremios en todo el país. Aquí en el puerto, no solo están presentes los gremios marítimos, sino también instituciones como la Escuela de Pesca y otros sindicatos portuarios que diariamente conviven en esta actividad.»
La inmovilidad de las embarcaciones fue uno de los signos más visibles de esta protesta. Flores indicó con claridad que » esta jornada implica una detención total en la zarpada de buques con objetivo pesca, de hecho se paró la salida del BP Júpiter II, a media mañana, tanto a nivel local como nacional. Los barcos no están zarpando, ni aquí ni en otras regiones del país, en lo que respecta al SI.CO.NA.RA.; y al sector de Petroleros «, señaló, haciendo evidente la magnitud de la adhesión al cese de actividades.
Por su parte, Marcos Alvarenga, representante del Sindicato de Guincheros y Maquinistas de Grúas, también expresó su adhesión y subrayó la relevancia de la unidad en el sector, aunque precisó que «el fresco no está trabajando y hay algunas empresas con acatamiento parcial, pero estamos firmes «. Alvarenga aprovechó además para señalar un conflicto pendiente respecto a su propio despido como delegado regional, un tema que espera abordar en otro momento con relación a las cooperativas.
La postura crítica también fue reafirmada por Pablo Trueba, secretario general del Sindicato Marítimo de Pescadores (SIMAPE), quien destacó el «acatamiento total» que ha logrado el paro en Mar del Plata. Además, Trueba mencionó el temor entre los trabajadores sobre una posible privatización de la Escuela de Pesca y las preocupaciones en torno a la llamada “Ley Bases”, que según explicó, “atentará contra los derechos de los trabajadores ”.
Para Trueba, la convocatoria representa mucho más que un paro de transporte: simboliza la unión de los sectores marítimos, navales y portuarios, todos comprometidos en la defensa de sus derechos y preocupados por el rumbo de las políticas que inciden en su labor diaria.
También se sumó a la disertación el representante del SOMU Mar del Plata, Oscar Bravo, quien enérgicamente alzó la voz contra «quienes desean desintegrar todo lo construido «, pidiendo a viva voz al finalizar su exposición un cambio inmediato de gobierno.
En suma, la jornada ha sido un llamado a la reflexión y a la acción conjunta entre trabajadores de distintas ramas. En el puerto de Mar del Plata, donde por ahora reina la calma, la solidaridad entre gremios ha resonado más fuerte que la maquinaria ensordecedora que hoy retoma su actividad, en defensa de una realidad laboral que perciben en riesgo de sustentabilidad y certidumbre laboral.