Proponen un diálogo “profundo” en la Comisión Europea en referencia a la pesca. Ecosistemas marinos y sostenibilidad son dos de los ejes propuestos del otro lado del Océano Atlántico.
El ministro español de Agricultura y Pesca, Luis Planas, consideró que es imprescindible que la próxima Comisión Europea que se forme luego de las elecciones de la Eurocámara el próximo mes de junio, impulse un diálogo profundo sobre el sector pesquero, algo de similares características como ocurrió con la agricultura europea.
Planas manifestó en declaraciones a la agencia de noticias internacional EFE: “Creo que es necesario que la próxima Comisión empiece teniendo un diálogo profundo con los Estados miembros y el sector de cara a los retos inmediatos que tenemos en el futuro”, en ocasión de celebrarse una reunión informal de titulares de “Pesca de los Veintisiete”, en la ciudad de Brujas, Bélgica.
Refiriéndose a la sostenibilidad, Planas consideró que “se deben medir muy bien qué esfuerzos adicionales se les solicita a los pescadores y, en ese sentido, se refirió a las propuestas de la Comisión Europea sobre los ecosistemas marinos vulnerables”.
La propuesta realizada en el 2023 en Bruselas, había hecho la propuesta de que la pesca de fondo móvil (pesca de arrastre) quede prohibida en todas las Áreas Marinas Protegidas de la Unión Europea para el año 2030, pero sin decir de qué modo se podría pescar aquellas especies como se lo hace hoy en día.
Ya en el 2022 Bruselas decretó el cierre a la pesca con este tipo de arte en unas 87 zonas consideradas sensibles, en aguas comunitarias en el Atlántico norte, una medida con la que España no estuvo de acuerdo, por lo que llevó el tema al Tribunal de Justicia de la Unión Europea.
El político también detalló que el caso de esas 87 áreas “es un buen ejemplo del tipo de iniciativas, cuyo impacto económico y no solo biológico conviene medir de forma exacta y sobre las que se debe abrir un diálogo para su puesta en práctica y su implementación. El ‘ordeno y mando’ creo que es un mal instrumento para tomar decisiones en este como en otros ámbitos”.
Con respecto a la rentabilidad, Planas argumentó que “si bien se evidenció que la sostenibilidad es necesaria e inevitable, llevar mucho cuidado de no demonizar determinadas prácticas pesqueras, determinadas modalidades. No hay que tomar medidas sin medir un poco sus consecuencias”.
En sus variadas declaraciones, el referente a nivel político español en el sector pesquero, consideró que “la descarbonización de la flota es necesaria, pero no tan sencilla como parece en un sector como la pesca. No se puede hacer la pesca del siglo XXI con los buques del siglo XX”, a la vez que recordó que la flota española, en su mayoría, tienen en promedio más de 30 años de antigüedad.
El planteo es que se debe realizar una colaboración entre el sector público y privado para la financiación de nuevos buques y que posibiliten la renovación de la flota, dado que “se han planteado ayudas a la reconversión, ayudas al desguace, ayudas a las paradas, pero no ayuda a la construcción de nuevos buques”.
Quien también se expresó sobre la problemática que encierra a gran parte del sector pesquero europeo, fue la ministra de Agricultura de la región belga de Flandes, Hilde Crevits, a cargo por este semestre del Consejo de la Unión Europea, quien aseveró que “en el encuentro se consideraron los varios modos de eliminar las barreras legales, financieras y de otro tipo para que el sector pesquero pueda afrontar los desafíos actuales”.
“Los países pidieron una fuerte ambición conjunta para evolucionar hacia un sector pesquero y acuícola de la Unión Europea que sea atractivo, rentable y resiliente. Muchos Estados miembro pidieron modificar las normas de la Unión Europea sobre ayudas de Estado para llevar a cabo la modernización energética de la flota y que los países acogieron con satisfacción el uso de la inteligencia artificial y otras innovaciones que pueden ayudar a los pescadores a disminuir las tareas administrativas y hacer posible reunir datos más precisos sobre poblaciones pesqueras y el ecosistema marino”, describió la belga.
A lo largo de estos ultimos 10 años, donde las presiones externas al sector pesquero se acentuaron, la actividad intenta sortear escollo para poder sustentar el andamiaje de familias que viven del sector. Hoy ser pescador, en España, Italia y en toda Europa se esta convirtiendo en un desafio sin precedentes.
Embates de toda índole; proteccionistas, medioambientalistas, burócratas y gran parte de quienes están representados en las legislaturas, forman parte de este espectro que termina por poner fecha de inviabilidad a un sector que generó trabajo, divisas y proteínas naturales de origen marino libre de antibióticos, y agregados del hombre, para lograr la sostenibilidad. Estos embates han tenido en efecto devastador en las comunidades pesqueras que terminan por alterar el equilibrio de la actividad mundial de un sector milenario y pujante que ya no lo es.
El gran desafío es encontrar el equilibrio entre lo sostenible de los caladeros y el medio ambiente; y la sustentabilidad económica de un sector que se dimensionó a una permanente demanda de proteínas, la garantía alimentaria y saludable de una sociedad que por acción de luctuosos intereses económicos de grandes actores solapados en distintas ONG fueron logrando a fuego lento su cometido, hasta poner en riesgo la sustentabilidad y existencia de las empresas pesqueras. Algo que mas pronto que tarde, también en nuestro país desembarcará.