Este viernes, en las instalaciones del Ministerio de Capital Humano 鈥攎谩s espec铆ficamente en la 贸rbita de la Secretar铆a de Trabajo, Empleo y Seguridad Social鈥 tendr谩 lugar una reuni贸n que, seg煤n se ha anunciado, pretende abordar el extendido y cada vez m谩s complejo conflicto que mantiene paralizada a la flota langostinera del pa铆s. Sin embargo, 驴puede realmente esperarse algo sustancial de este encuentro?.
La convocatoria, cuya g茅nesis se atribuye al gobernador chubutense Ignacio Torres, 鈥 realmente muy ocupado en intentar buscar una salida que no tenga el enorme impacto social no solamente de todo el complejo langostinero, sino del rebalse social que de ello pueda surgir鈥, contar谩 con la asistencia de tres mandatarios provinciales 鈥攅l propio Torres, Claudio Vidal (Santa Cruz) y Gustavo Vald茅s (Corrientes)鈥, adem谩s de algunos actores sindicales y funcionarios intermedios del gobierno nacional. Llama poderosamente la atenci贸n la ausencia de gobernadores estrat茅gicamente vinculados a la problem谩tica pesquera, como Axel Kicillof (Buenos Aires), 鈥攕in haberse expresado al respecto鈥, y Alberto Weretilneck (R铆o Negro), 鈥攓uien festej贸 las 3000 toneladas de langostino para su provincia oportunamente鈥, como la nula representaci贸n del Gabinete Nacional en su jerarqu铆a pol铆tica m谩s alta del gabinete.
Uno podr铆a preguntarse entonces si este evento no es m谩s que una representaci贸n esc茅nica de compromiso institucional, bara bajar fuertemente decibeles principalmente en lo social para las provincias mas afectadas, antes que un espacio efectivo de resoluci贸n. Lo mas importante y a destacar es que las gestiones se desarrollen por m谩s que desde lo previo todo pareciera ser una salida para ganar tiempo e intentar tranquilidad.
M谩s inquietante a煤n resulta la omisi贸n de las partes empresarias. En un diferendo de 铆ndole privada, donde el desacuerdo central enfrenta a sindicatos con las c谩maras pesqueras (CAPIP, CAPECA y CEPA), sorprende 鈥攕i no alarma鈥 que no hayan sido convocadas las empresas, es decir, aquellas que detentan los permisos de pesca y la propiedad de los buques. 禄 驴C贸mo puede resolverse un desacuerdo sin que una de las partes est茅 siquiera presente? 芦, ayer a la noche en comunicaci贸n telef贸nica lo expresaba un reconocido abogado que mira con escepticismo el desenlace del evento.
Los armadores han se帽alado, una y otra vez, que el actual modelo de operaci贸n les resulta inviable: 禄 que el negocio, sencillamente, no cierra, esta roto 芦. Que salir a pescar en estas condiciones ser铆a equivalente a hundirse lentamente en el rojo de sus futuros balances. 驴Puede soslayarse esa voz sin invalidar de ra铆z cualquier eventual soluci贸n?
Expectativas infladas, soluciones inciertas
A pesar de las se帽ales objetivas de que la cita de hoy dif铆cilmente destrabe el conflicto, los marineros han depositado en ella la esperanza de una salida. Expectativa alimentada, 驴acaso de modo irresponsable?, por algunos dirigentes gremiales que prometen soluciones que exceden el alcance real de la convocatoria. Todo parece conducir, una vez m谩s, ante el espejismo de una promesa que encubre la inacci贸n.
Ni el marco institucional parece id贸neo, ni los actores convocados poseen 鈥攁l menos en lo formal鈥 las herramientas necesarias para modificar los t茅rminos estructurales del desacuerdo. Se ha propuesto una rebaja del 30% en los valores de referencia del langostino congelado a bordo, y ha sido rechazada de cuajo por el SOMU. Hasta el momento, no ha surgido ninguna alternativa que permita siquiera imaginar un principio de acuerdo.
En este contexto, se impone una pregunta de fondo: 驴no ser谩 necesario desmontar el andamiaje actual de negociaciones fracasadas y comenzar de nuevo, desde cero, con todos los actores involucrados y bajo nuevas reglas de interlocuci贸n?. El problema ya es la falta de credibilidad de las voces que representan a las partes.
Porque si el di谩logo entre empresarios y gremios permanece interrumpido, si el Estado s贸lo interviene con presencias nominales y sin propuestas articuladas, si la pol铆tica se limita a administrar simbolog铆as sin sustancia, entonces no estamos frente a un proceso de negociaci贸n: estamos ante una deriva, acaso gestionada, pero de final incierto.
En definitiva, cabe preguntarse si el llamado de convocatoria de hoy entre gobernadores, en la Secretaria de Trabajo no ser谩 recordada m谩s como una escenograf铆a del desconcierto que como el punto de inflexi贸n de una crisis que, mientras tanto, sigue sin soluci贸n ni horizonte. No obstante, las batallas, siempre, deben ser llevadas adelante, m谩xime cuando las repercusiones e impactos sociales pueden desestabilizar la preciada paz social que se necesita para el desarrollo sustentable de las comunidades.
