El mercado del comercio exterior sufre a diario cambios, que hasta parecen imperceptibles, pero a lo largo del tiempo, las diferencias son mayúsculas, sustanciales.
En principio la llegada de la tecnología informativa, que termina modificando la dinámica pesquera, ha generado una revolución en el mercado laboral. Hoy, por ejemplo, aparece un nuevo dispositivo para la pesca de pelágicas implementado enlos mares del norte de España, y a no mas del ingreso, del buque que lo puso a prueba, en otro recóndito punto del planeta, la noticia genera inmediatamente la copia de ese elemento. La información antes, circulaba por cartas en vapores transatlánticos, hoy en contados segundos, los portales informativos circulan a la velocidad de la luz. El mercado encuentra en esa velocidad de información un dinamismo que impacta en la formas que van desde la industria primaria extractiva hasta la comercialización. Por ende, el sistema tiende a ser, homeostático, es decir, funciona de manera que provoca que cualquier cambio en la variable regulada sea contrarrestado por un cambio en la salida del efecto para restaurar la variable hacia su valor de punto de ajuste o equilibrio. Los sistemas que se comportan de esta manera se dice que son de retroalimentación negativa. Es decir, se genera un bucle que retroalimenta el ingreso de información y lo vuelve más dinámico y eficiente.
El mercado mundial hoy es el gran fijador de precios, por ende, lo que sí sabemos, es que los precios no los colocan los costos individuales en cada pais, sino el mercado, mediante oferta y demanda homeostática.
Por eso, si tomamos como premisa que la pesca argentina tiene un destino final del orden del 95% digamos al mercado internacional, directa o indirectamente cada negociación sindical esta ligada a ese valor internacional. Es más, de hecho, desde hace años la actividad goza de valores conectados a la productividad y ellos a precios internacionales incluso fijados en moneda dura.
Por tal motivo, en el marco de las negociaciones de convenios colectivos de trabajo, o paritarias, quererse desligar del precio de venta y la rentabilidad de la empresa, termina siendo una farsa que a veces los sindicatos la utilizan y otras no, según su conveniencia. (y no es una crítica, sino cada uno defiende los porotos como mejor le convenga, y es entendible).
En los modelos de negociación, en Argentina, se goza de variables tan sensibles como duales y según a conveniencia del participante. A veces ajusta con el precio dólar, otras, cuando el mismo queda pisado, ajusta con el modelo inflacionario, según cual corra más rápido, símil corriendo con Yatasto.
Pero al margen de ello, las negociaciones gozan de otros problemas que son mucho mas complejos de solucionar y que todos los conocen pero nadie se permite, en momentos de paz, entre gremios y empresas, discutirlos.
Esos dos temas fundamentales son el IMPUESTO A LAS GANANCIAS y la INFLACIÓN EN DÓLARES producto del desacople devaluatorio en el precio del dólar Banco Nación Argentina, es decir el oficial; y los índices de inflación.
Detrás de estos dos problemas GRAVES, que todos los participantes lo saben pero nadie desea abordar y solucionar, sean gremios y cámaras empresarias, por impuestos a las ganancias; o el Estado Nacional con desajustes entre inflación y devaluación de la moneda.
Analicemos, el IMPUESTO A LAS GANANCIAS. (Teóricamente afecta al empleado). El mismo tuvo sus orígenes por primera vez durante la presidencia de José Félix Uriburu mediante el decreto Ley 11.586 del 19 de enero de 1932. Desde ese punto y durante las décadas venideras solamente se cobraba ganancias a bienes, empresas y a ciertas inversiones.
Recién en 1973, cuando se daba el tercer mandato de Juan Domingo Perón, se estableció la cuarta categoría del impuesto con el cual se comenzó a considerar ganancias a los ingresos obtenidos por el trabajo personal -haciendo que los cargo públicos, trabajos en relación de dependencia y jubilaciones, entre otros, comiencen a tributar-.
Hoy, al paso que vamos, porque la inflación galopa en el pais, el mínimo imponible queda obsoleto en un bimestre, por ende todos, incluso jubilados, deben tributar y mucho mas, el personal de abordo.
Acá reside el primer problemas. ¿Quién paga el impuesto a las ganancias? ¿El que lo debe pagarlo -el empleado-?, ¿un mix empresas-empleado?, ¿o totalmente la empresa?.
Hay un grupo empresario pesquero en Mar del Plata, que se hace cargo de las ganancias totales de sus empleados, es probable sean muchos mas, y cada uno con el dinero puede hacer lo que quiere. Acá se siguen sumando problemas. Porque en el muelle transitan y conviven la marinería, conductores y capitanes, hablan entre sí y los primeros desacoples se hacen sentir, cada uno tiene su arreglo. Comienza a cumplirse ese viejo axioma que dice, yo hago que te cobro y vos haces que pagas…. Entonces, la realidad es que cuando los sindicatos negocian paritarias, en definitiva, solo terminan siendo orientativas, porque cada grupo económico tiene su arreglo, y en definitiva, en los cese de actividades, la que se está negociando de verdad, es la participación del gremio; su asociado, percibe otro arreglo muy distinto al que se firmó. Amen de tablitas, pago por cajones, premio como por limpiar la máquina (como si debiese limpiarla personal de otro sector o gremio), etc., etc., etc.
Ahora, pasemos a la realidad de las empresas. Si la pesca tiene destino en un 95% la exportación, y como dijimos antes, los mercados mundiales están interconectados con la globalización, el precio es uno solo; por ende, no solamente esta ligado al factor costo, sino también a variables financieras como el precio del Dólar o Tipo de Cambio.
Hagamos un ejemplo. Analicemos el gráfico siguiente. Es una “fotografía” del tipo de cambio del dólar oficial al 31 de diciembre de 2020, al 31 de diciembre de 2021, la inflación anual del año pasado y la inflación para el periodo enero-marzo 2022, según INDEC, al solo efecto de poder analizar. (aun dando precio dólar al 24 de este mes e inflación al 31 de marzo) -es decir, «changüí» de 24 días- que no es poco, cuando se asume al menos una inflación de abril en torno al 5.5%
En el mismo se ve claramente que la inflación anual 2021, según INDEC, fue del 50.90%, mientras la devaluación anual fue del 22.07%, con lo que la diferencia ya de arrastre del año 2021 fue del 28.83%.
Y si hacemos el mismo ejercicio para el trimestre ENERO FEBRERO MARZO de este año, el desacople es del 7.34%.
Es decir, que los precios van en cohete y el dólar en bicicleta. Ojo, la rentabilidad de las empresas podría para meses venideros pasar a rojo.
Esto es grave.! Porque las empresas siguen licuando ganancias, entre lo que pagan y lo que reciben, por lo que hay dos situaciones perjudiciales,
- O la empresa perdió rentabilidad ante el mercado internacional.
- O la empresa quedó fuera de precio y baja su nivel de exportación, buscando mercados más rentables pero con mucho más riesgos.
En cualquiera de ambas dos, el destino final es la piedra. La inflación en dólares erosiona la actividad exportadora. No es una crítica, es simplemente lo que esta ocurriendo. Por supuesto, que ninguna empresa va a la quiebra por $5.000 que paga de más a un empleado en una negociación, (que dicho sea de paso, no le alcanza para 5 pizzas o 4kg de milanesas), pero si eso se multiplica por la cantidad de empleados, por la totalidad de los gremios y genera un interés compuesto que induce a una espiral evolutiva de costos, que se multiplican como hace 2000 años, el pan y los peces, las rentabilidades en próximos meses podrían desaparecer.
Ni siete son los colores del arco iris, ni cuatro los puntos cardinales, seguramente habrá tantas visiones como ojos para verlos, pero atención.! que a fuego lento se cuece hasta la carne mas dura.
Por Daniel M. Coluccio
Twitter @DaniMColu