En un contexto marcado por la tensión y la falta de consenso, hoy se llevará a cabo una reunión mas entre el Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU) y las cámaras empresariales del sector pesquero congelador, en un intento por encontrar un punto de equilibrio en las negociaciones salariales, que por el momento parecen distantes. Este encuentro llega luego de que el SOMU decretara un cese de actividades tras el vencimiento de la conciliación obligatoria sin alcanzar un acuerdo que persiste desde principios de agosto.
El conflicto surge por la pretensión de una actualización salarial para los meses de julio, agosto y septiembre de 2024 en los salarios básicos cuya suma fija se afianza en $50.000 sobre el salario de junio de $350.000; una demanda que los trabajadores del sector pesquero consideran esencial, dado el impacto de la inflación y el diferencial perdido a lo largo de estos ultimos meses con otros segmentos del personal embarcado. Las cámaras empresarias, representadas por CEPA, CaPECA, CAPA y CAPIP, han mantenido una postura firme en el pago sobre actualización de IPC a mes vencido e incluso se ofreció algunos valores por encima de la actualización mensual del Índice de Precios al Consumidor para el trimestre en disputa, con la idea de continuar a valores de IPC vencidos hasta marzo de 2025; lo que ha dificultado encontrar un terreno común durante las negociaciones previas.
El escenario actual
El conflicto laboral, que afecta a la totalidad de la flota de buques congeladores, ha generado un freno en las actividades pesqueras desde hace algo más de 12 dias. Los barcos que están en puerto no han soltado amarras por la medida de fuerza impuesta por la central de marineros, mientras que los que se encuentran en altamar trabajan bajo la modalidad de «trabajo a reglamento», limitando sus labores a una jornada de ocho horas.
El SOMU, encabezado por Raúl Omar Durdos, reclama no solo la actualización de los salarios adeudados, sino también la implementación efectiva de los Convenios Colectivos de Trabajo, aspectos que, según el sindicato, no se están cumpliendo de manera adecuada por parte de las empresas del sector, además de una actualización de los conceptos «francos» y «días de trabajo«.
Por otro lado, las cámaras empresarias han señalado las dificultades financieras que atraviesa el sector, advirtiendo que un incremento salarial significativo impacta directamente sobre las paupérrimas rentabilidades de las empresas, complicando aún más la situación en un mercado internacional altamente competitivo.
Expectativas de la reunión
El encuentro de hoy es visto como una oportunidad clave para destrabar el conflicto, aunque las posturas de ambas partes todavía parecen estar alejadas. El Ministerio de Trabajo, a través del Secretario de Conciliación, Dr. Pablo Leandro Crebay, actúa como mediador en este proceso y ha convocado a las partes para intentar acercar posiciones y evitar que la situación escale a un conflicto mayor que podría afectar seriamente al sector pesquero y a la economía regional. Esta redacción supo que desde el Ministerio no hay vocación de poner en limitar los reclamos salariales por encima de la inflación como se pregona desde las altas esferas laborales y políticas del gobierno central.
La expectativa de esta nueva reunión es que se logre avanzar hacia un acuerdo solidario, que permita conciliar las legítimas demandas salariales de los trabajadores con la sustentabilidad del sector empresarial. Aunque el camino hacia un entendimiento sigue siendo incierto, sobre estos próximas 72hs, en el principal puerto merlucero del pais, se convocarán a varias tripulaciones para alistar y zarpar; de modo de efectivizar el cese de tareas en forma explícita y directa, ya que al momento en este segmento de flota, no se vio esa compulsión; mientras que la flota tangonera ya finalizó ayer la temporada de langostino en aguas bajo jurisdicción nacional dentro de la ZVPJM.
Un equilibrio necesario
El conflicto refleja la dificultad de alcanzar un balance entre los intereses de los trabajadores, que buscan condiciones salariales justas, equitativas respectos a otros segmentos y categorías dentro del personal embarcado, y las cámaras empresarias, que enfrentan desafíos económicos en un contexto de fluctuaciones en los mercados y altos costos operativos. El equilibrio, aunque complicado, es posible solo si se priorizan el diálogo y la voluntad de compromiso por ajustarse a un modelo inflacionario que viene en caída mientras que el hábito y costumbre, además de la sensación/realidad del bolsillo sea otra.
La reunión de hoy es un paso importante para evitar que la situación siga escalando. Ambas partes deberán demostrar flexibilidad y disposición para encontrar una solución que permita superar el conflicto. En última instancia, el objetivo común es preservar la estabilidad laboral y económica de un sector clave para el país pero tomando como antecedente que ya hubo un grupo empresario -por fuera de las Cámaras empresarias- como PRODESUR que firmó y aceptó lo exigido por el SOMU, de modo que la situación de hoy podría tener mayor aceptación en vistas a varios buques congeladores con intención de salir a pesca.
El resultado de este encuentro será determinante para el futuro inmediato de la pesca de merluza, un sector que no solo es vital para la economía, sino que también sustenta a miles de trabajadores y sus familias, quienes esperan una pronta resolución que asegure tanto sus derechos como la continuidad de las operaciones pesqueras.