Con motivo de innumerables eventos desafortunados que la flota pesquera viene sufriendo en los últimos 10 días, es bueno destacar, que no siempre la fortuna puede acompañar cada situación. Nos hemos acostumbrado a procedimientos destacadísimos de aeroevacuaciones, que hoy por hoy pasan casi desapercibidos como algo ordinario, normal, corriente. Toques que se repiten en la pesquería de langostino, donde se doblan tangones, o algún que otro rumbo afortunadamente sobre la línea de flotación y sin consecuencias humanas; choques contra muelles, como el año pasado el mismo BP Sumatra y hace algunos días el BP Petrel, mientras el ultimo viernes, la gota que colma el vaso, el BP Percargen IV de 64 metros de eslora encuentra su fin amarrado en el muelle Storni en Puerto Madryn, después de escorar producto de la inestabilidad provocada en la descarga y como final de una sucesión de eventos impropios, como demorar la descarga de gas oil para evitar pérdidas de tiempo… ¿hasta donde se quiere llegar?.
Nadie quiere decir que en el fondo articulan algunos factores que podríamos decir «indeseados» al igual que en la sociedad de hoy en tierra, pero también sería una forma de apañar lo que realmente pasa. Cansancio, ineptitud, desconcentración, alcohol, sustancias prohibidas, falta de sentido común, y tantas otras, como se quiera escribir sin ser un despropósito el espíritu de la nota.
El límite del vaso sin dudas fue el hundimiento de un buque como el Pescargen IV, amarrado al muelle del Storni, el viernes en Puerto Madryn. No interesa las responsabilidades, simplemente no se puede tirar por la borda una fuente de trabajo, un barco de 64 metros de eslora, con años de sacrificio e inversión en tan solo 3 minutos. A ver los responsables de la formación y educación de quienes están pisando un buque se hacen cargo de lo que les toca. Hoy, hay marineros que siquiera saben hacerse un as de guía por chicote en caso de caerse al mar y acercarle un cabo. Ah, eso sí..!, lo importante son «los papeles» que lo habiliten a ser MARINERO, MAQUINISTA o CAPITAN, así de esa manera se deslindan claramente las responsabilidades al momento de un evento desafortunado.
Miope o mal intencionado, aquel que piense que un empresario «manda» a cometer estas atrocidades. La figura del Capitán a bordo está claramente expresada en la Ley de la Navegación Nro. 20.094. Su capacitación, como la de todo el personal que integra la dotación de un buque debe tener las aptitudes que la Ley y el buen saber indique.
En un barco, un avión o en un automóvil, los errores se pagan caros.
Asimismo, la Asociación de Capitanes, Pilotos y Patrones de Pesca emitió en las últimas horas un comunicado que hace sonar las alarmas una vez más en el sector pesquero.
Textualmente el comunicado expresa que:
“La Comisión Directiva de la Asociación Argentina de Capitanes, Pilotos y Patrones de Pesca evalúa decretar una medida de fuerza si los armadores no deponen su actitud para con los compañeros capitanes y oficiales de pesca y el resto de los trabajadores que integran las tripulaciones.
Directivos de la Asociación, encabezados por el Secretario General Jorge Frías, el Tesorero Elio Mansilla, el Tesorero de OSPesca Jorge Garavano y el responsable de la Delegación Puerto Madryn Osvaldo Luna, recorren por estos días los puertos patagónicos en una actividad que se realiza periódicamente, y se intensifica durante la temporada de pesca de langostino, en la que se reúnen con compañeros capitanes y oficiales de pesca asociados y recogen sus reclamos.
No solo la problemática inflacionaria aqueja a los acuerdos logrados al inicio de la temporada de langostino, por el cual se analiza un ajuste del orden del 25 %, sino que las dificultades operatorias en los muelles están generando inconvenientes insostenibles. Ejemplo de ello es la obligatoriedad impartida por los armadores de que luego de realizar la descarga del producido los buques deban permanecer fondeados en rada, con el objeto de evitar los costos portuarios, haciendo que las tripulaciones deban sumar sacrificio al desarraigo.
También las normativas de pesca suman dificultades para la flota costera, en particular la obligatoriedad de que las mareas no superen las 72 hs., por ello la decisión de abrir la bodega a riesgo de perder un día de trabajo, y que en las 48 hs. sucesivas no se logre completar bodega representa toda una sobrecarga para el Capitán del buque y toda la tripulación, que deriva en cansancio psicofísico y estrés, cuestiones que obviamente repercuten en la seguridad náutica. La oportunidad de «hacer la diferencia en temporada» siempre es muy valorada por trabajadores y empresarios, es tiempo de plantear a qué costo. Es evidente que más allá de los reclamos realizados por empresarios al gobierno, respecto de las cuestiones impositivas, no les ha ido ni les va mal, porque más allá de todo la parte del león queda de su lado.
En las próximas horas se analizará acciones posibles, sin perjuicio de encontrarse en plena negociación la actualización del Convenio Colectivo de Trabajo 638 firmado en el año 2011, que ajusta a Capitanes y Oficiales de Pesca y que dejara atrás el vetusto CCT 175/75, al que esta organización gremial nunca suscribió.
Los accidentes acaecidos en los últimos días, como el roce en altamar entre los pesqueros «Patagonia» y «San Matías», o el impacto del B/P «Petrel» contra el portacontenedores «Madrid Trader» que estaba amarrado en el muelle Storni de Puerto Madryn, encienden una señal de alerta que no podemos dejar pasar. No se debe demorar el ordenamiento de la actividad para dar cumplimiento del Convenio 188 establecido por la OIT, y los responsables de la explotación pesquera deban obligar a que los buques permanezcan amarrados 48 hs., por encima de toda zafra y al costo que sea necesario o abandonar la pesca de langostino y retomar las capturas de otras especies”.
Seguramente el inicio de esta semana hábil traerá noticias y respuestas no solo a este pedido de la entidad gremial, sino también en la actividad pesquera en general, ya que se esperan diversas reuniones con el sector pesquero de parte de autoridades nacionales vinculadas a la ahora Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca, que seguramente deberá dar un reordenamiento a una estructura que ya venía funcionando de una manera y una dirección.
No solamente es importante llenar la bodega, sino bajar la incidencia de errores, que hasta hoy, se pudieron sortear con aparente fortuna en lo humano… digamos.