El panorama inflacionario por enésima vez enciende señales de alerta de cara a las inminentes paritarias que deben resolver los gremios en conjunto con las cámaras empresarias.
Desde las entidades sindicales hacen números y miran el porcentaje del Índice de Precios al Consumidor pero ahora se le suma la espiral creciente del Tipo de Cambio.
Del otro lado, las cámaras empresarias con la misma preocupación, los números que no terminan de cerrar, ante mercados internacionales poco absorbentes y con precios deprimidos del langostino, para lo que otrora era un ingreso extra, un “aguinaldo” que permitía rellenar cualquier desliz financiero en los avatares de la poco ordenada y disciplinada economía argentina.
Varias fuentes cercanas a PESCARE desde el ámbito gremial, sostienen que podría haber un frente en común para consensuar una estrategia ante a una situación que aún les es difícil a los gremios y a sus afiliados.
El ejercicio de encontrar “el número” para equilibrar entre lo que se puede y lo que se debe no es tarea fácil. Los gremios conocen muy bien la situación actual del marco de negocios de las empresas, pero a decir verdad, su figura es representar los intereses de sus trabajadores y con él, el objetivo es no perder poder adquisitivo en momentos adversos donde las variables están descontroladas.
En este marco, se encuentra el prefacio de una nueva negociación paritaria. En la recorrida habitual por los muelles, sobre la sección 12 como esperando la lluvia, encontramos a un referente del sector gremial que no decía “Esperemos que nadie saque los pies del plato. Todos somos trabajadores de la pesca. Los que se embarcan y los que están en tierra. Esto es una lucha sin cuartel y no lo digo por hacer un enfrentamiento, pero hay gente que está muy bien en su actividad, pero otros no lo pasan tan bien. Tenemos que buscar un equilibrio en este contexto que es inexplicable”, haciendo referencia a los embates inflacionarios y a la incapacidad de encontrar un equilibrio en los propios grupos familiares para hacer frente a la embestida de precios exorbitantes e incontrolados de la microeconomía.
Ya había quedado pactado que el próximo tramo (el segundo representativo a la última parte del ejercicio) sería desde septiembre de 2023 a febrero de 2024, con una recomposición salarial ya iniciada desde marzo pasado.
“Me parece que vamos a tener que ir desde septiembre a diciembre. Eso ya lo empezamos a hablar de manera informal con otros gremios. Sí, todo esto es una locura”, le dice a PESCARE otro de los referentes sindicales en la devolución de un cortísimo contacto telefónico.
Hoy la inflación interanual está marcando prácticamente un 115%, por lo que desde esa base es de donde querrán empezar a negociar los gremios, sosteniendo un muy corto plazo (que podría ser septiembre) pero hoy, “ ya estamos hablando al menos de un target en 140%, negociar menos es perder por completo ante un modelo que ya es ilógico. Nuestros afiliados así nos condicionan”.
Aún nadie se ha manifestado de manera oficial y son todos trascendidos o conjeturas, tanto de las partes involucradas como de este mismo medio.
¿Qué ocurrirá desde el sector empresario?, aún se desconoce, pero el inicio para comenzar la discusión son valores tan irracionales como la economía argentina, que nadie discute que está en un punto donde la pendiente alcista tomó violencia alcista después de las elecciones. Es evidente que veremos próximas discusiones paritarias en modelos nerviosos y con incertidumbre en un marco tan dinámico como inquieto.