La Administración Portuaria del Puerto de Comodoro Rivadavia (APPCR) ha dado un paso trascendental en la materialización de una iniciativa que, lejos de representar un simple avance en infraestructura, podría conllevar implicaciones geopolíticas preocupantes.
El próximo 12 de febrero se llevará a cabo la apertura de sobres en el marco del proceso licitatorio destinado a la concesión del astillero emplazado dentro del recinto portuario. Esta instancia determinará los posibles interesados en asumir la explotación y el desarrollo de dicha infraestructura estratégica, lo que podría consolidar un punto de apoyo logístico fundamental para flotas extranjeras que operan en las proximidades de la milla 200, una zona de altísimo valor económico y ambiental donde se practican operaciones de pesca sin ningún tipo de control por tratarse de aguas internacionales, aún no del todo estrictamente reglamentadas.
El pliego de Bases y Condiciones estipula que el adjudicatario de la concesión deberá abonar un canon mensual aproximado de U$S 15.000, beneficiándose, no obstante, de una exención del 100% de dicho pago durante los primeros tres años del contrato. A partir del cuarto año, el concesionario estará obligado a afrontar la totalidad del canon establecido. La superficie total otorgada en concesión asciende a 29.244 metros cuadrados, incluyendo 21.359,24 m2 terrestres y 7.885 m2 de espejo de agua. La extensión y ubicación estratégica de esta infraestructura generan inquietud respecto a la posibilidad de que actores con intereses ajenos a los nacionales encuentren en este astillero un punto de abastecimiento , reparaciones y mantenimiento para operaciones en la zona como trampolín a la zona foránea a la milla 200.
La concesión se extenderá por un período de 20 años, con la posibilidad de prórroga por una década adicional. Dentro de este marco temporal, el concesionario asumirá la responsabilidad ineludible de ejecutar las obras de infraestructura y superestructura establecidas en el pliego, además de desarrollar todas aquellas mejoras contempladas en su propuesta de inversión. Dichas intervenciones estarán sujetas a estrictos estándares de calidad y supervisión por parte de la APPCR, aunque la falta de garantías explícitas sobre los destinatarios finales de estos servicios despierta una comprensible preocupación.
Cabe destacar que en licitaciones previas el astillero no logró captar el interés de inversionistas. Con el objetivo de revertir esta situación y potenciar la competitividad del sector, el Gobierno de la Provincia del Chubut ha dispuesto la aplicación de incentivos fiscales contemplados en la Ley de Fomento a la Industria Naval. Este marco normativo ofrece una reducción significativa de cargas tributarias y otros beneficios orientados a estimular la inversión privada en infraestructura naval, aunque no se han especificado mecanismos que garanticen que estas facilidades no sean aprovechadas por flotas extranjeras que depredan los recursos del Atlántico Sur.
Según el propio gobierno, el paisaje industrial de Comodoro Rivadavia está a punto de transformarse con un proyecto ambicioso: » El astillero más importante de la Patagonia «. Durante años, el puerto de la ciudad fue testigo de abandono y promesas incumplidas, reflejando un modelo de gestión que privilegiaba intereses particulares por encima del desarrollo sustentable. Sin embargo, la reciente aprobación de la Ley de Promoción de la Industria Naval ha cambiado el panorama.
Al respecto, el gobernador Ignacio Torres hace algo más de un mes había expresado que «a prácticamente un año de gestión, hemos logrado algo que parecía muy difícil «, destacando que esta nueva legislación permitirá fortalecer la industria naval y atraer inversiones estratégicas. En este sentido, recordó la importancia de la obra pública como motor de crecimiento y defendió la decisión de dragar el puerto tras casi dos décadas de inacción.
El simbolismo del astillero no pasa desapercibido. Según el gobernador, » cuando uno entra a Comodoro y ve ese galpón abandonado, en una ciudad de las más pujantes de la Argentina, traza un contraste que evidencia la decadencia de muchos años «, haciendo alusión a la falta de planificación que impidió el crecimiento del sector. Ahora, con una infraestructura renovada y una visión de largo plazo, se espera que el puerto se convierta en una puerta de entrada para diversas industrias, incluidas las energías renovables.
Con una inversión de más de $4.000 millones destinada al dragado y mejoras estructurales, la ciudad se prepara para recibir grandes volúmenes de carga, desde polímeros hasta barcos de gas natural licuado (GNL). » Este astillero va a generar trabajo, hoy ya es una realidad y podemos decirles a todos los chubutenses, y en especial a los comodorenses, que en su ciudad vamos a tener el astillero más importante de toda la Patagonia «, concluyó Torres, subrayando la trascendencia del proyecto para el futuro de la región.
Uno de los aspectos fundamentales contemplados en el proceso de licitación es la posibilidad de que el concesionario proponga la construcción y puesta en funcionamiento de un Syncrolift de última generación. La realización de esta obra será considerada como una mejora sustancial en la evaluación de las ofertas presentadas. Sin embargo, al no haberse estipulado con claridad límites respecto a los buques que podrán acceder a este servicio, surge la inquietud de que esta tecnología termine beneficiando a flotas extranjeras que operan en aguas linderas a la milla 200.
Las propuestas deberán detallar con precisión los trabajos a realizar, los tiempos de ejecución, el presupuesto desglosado y los análisis de costos. En caso de requerirse dragado para la instalación del Syncrolift, todos los gastos inherentes a dicha operación correrán por cuenta exclusiva del concesionario, lo que podría traducirse en una inversión de largo plazo que solo podría justificarse con un volumen de operaciones constante, cuestión que abre interrogantes sobre la verdadera naturaleza de los beneficiarios finales de esta infraestructura.
El presente llamado a licitación representa una oportunidad única para el desarrollo de la infraestructura naval en Comodoro Rivadavia, pero también plantea serios interrogantes respecto a su eventual uso como base logística para flotas extranjeras. La falta de regulaciones claras en torno a los beneficiarios de los servicios a brindar por el futuro concesionario podría convertir esta iniciativa en un factor de riesgo para la sostenibilidad de los recursos marinos nacionales y la soberanía económica del país.