El Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU) rechazó de manera categórica la propuesta de la Cámara de Armadores de Pesqueros y Congeladores de la Argentina (CAPeCA) de aplicar una reducción del 30% en los salarios del personal embarcado. Juan Navarro, secretario de Pesca del gremio, desestimó el argumento empresarial que sostiene que el costo laboral representa el 60% del valor de lo capturado y proporcionó datos precisos que contradicen esa afirmación.
En declaraciones al programa «Invencibles«, Navarro sostuvo que la mano de obra apenas impacta en un 11,73% en los costos operativos de una embarcación pesquera. Asimismo, explicó que los trabajadores perciben tres centavos y medio de dólar por kilo de langostino, lo que equivale a aproximadamente 35 dólares por tonelada. “A veces molesta que un marinero tenga un buen salario, en un barco de 100 toneladas se producen US$ 600 mil y el marinero por 100 toneladas cobra US$ 3.500, no es que la incidencia del costo laboral es un 60%, es apenas un 11,73%”, puntualizó.
Navarro también se refirió a los descuentos aplicados a los haberes de los marineros, como el 21% de retenciones e Impuesto a las Ganancias, lo que reduce significativamente el ingreso final. En este contexto, enfatizó que “las empresas afrontan cargas impositivas elevadas impuestas por el Gobierno nacional, pero no pueden trasladar esa presión al eslabón más vulnerable de la cadena productiva, que es el trabajador”.
Ante la posibilidad de que los barcos no salgan a pescar en la próxima temporada de captura de langostino en aguas nacionales, Navarro advirtió que, de concretarse esa medida, el sindicato denunciará la situación como un «look out patronal» y solicitará la suspensión de los permisos de pesca. “No pueden argumentar que tres centavos y medio de dólar por kilo sea un costo insostenible cuando hace dos décadas que pagamos esa misma tarifa”, indicó.
Finalmente, el referente sindical confirmó que el SOMU fue convocado a una reunión a nivel nacional, pero adelantó que la posición del gremio será inamovible. “Nuestra respuesta será un rotundo no a cualquier reducción salarial. Si buscan bajar costos, deben negociar con el Gobierno, que les incrementó las retenciones y los impuestos, pero no con el trabajador, que es quien realmente genera las ganancias”, concluyó.
Postura de CAPeCA
Desde la Cámara de Armadores de Pesqueros y Congeladores de la Argentina (CAPeCA) se plantea la necesidad de implementar una reducción salarial del 30% para la próxima temporada, bajo el argumento de «sincerar el valor de producción«. En este contexto, han advertido que, de no alcanzarse un acuerdo, las embarcaciones podrían no zarpar en aguas nacionales. «Nadie sale a pérdida«, sostienen los representantes del sector, quienes consideran que, si bien la reducción propuesta es significativa en términos porcentuales, «peor es no trabajar«.
Eduardo Boiero, presidente de CAPeCA, expuso en una entrevista con FM El Chubut la compleja situación que atraviesa la industria pesquera de cara a la próxima temporada de captura de langostino, que dará inicio incierto a esta altura de los acontecimientos.

En diálogo con el programa «Invencibles«, conducido por el periodista Rodrigo Mansilla, Boiero enfatizó la urgencia de revisar los costos laborales y solicitó al Gobierno nacional una reducción de las retenciones que afectan al sector.
«Estamos en un análisis de estructura de costos y las posibilidades de trabajar«, sintetizó, explicando que la industria enfrenta elevados costos laborales, un alto nivel de retenciones impositivas y un marcado descenso en el precio internacional del langostino. En relación con las retenciones, informó que solicitarán al Ejecutivo nacional una disminución temporal para la presente temporada. «Estamos pidiendo, por lo menos en esta temporada, una quita temporal de retenciones que nos permitirá al menos tener ese 6% y nos ayudaría a tener rentabilidad«, detalló.
En cuanto a la cuestión salarial, Boiero planteó la necesidad de acordar con los sindicatos una reducción del 30%, argumentando que ello permitiría «sincerar el valor de producción«. Subrayó que «las tripulaciones hoy tienen un peso en la estructura del costo que es superior a lo razonable«, recordando que el acuerdo de producción vigente se estableció en 2005, cuando el precio del langostino superaba los 12 dólares por kilogramo, mientras que en la actualidad no alcanza los 6 dólares.
«Nunca se modificó ese valor de referencia, entonces tenés los salarios muy atados a un valor del langostino que no es real. Eso hace que la incidencia del costo de la tripulación en los barcos de langostino sea del 60% de lo que trae, cuando lo razonable en el trabajo a la parte es el 33-34%», argumentó. En esa línea, destacó que «un costo razonable de tripulación para un barco pesquero es el 35% de lo que el barco trae, pero hoy en el langostino eso es del 59-60%. Hay un desfasaje importante, entendemos que no es sencillo, pero la idea es sentarse y tratar de mostrar la realidad, para ver si llegamos a un acuerdo que sea beneficioso para todos«.
El titular de CAPeCA insistió en la necesidad de adecuar los costos del sector a la coyuntura actual, advirtiendo que «si los precios no mejoran y no vuelven a valores más viables, puede pasar que los barcos no salgan porque los números no dan. Nadie sale a pérdida. Los barcos no saldrían porque no dan los números, salen a perder plata«, enfatizó, buscando un modelo donde con racionalidad y madurez, las partes puedan encontrar un equilibrio de partida.
A pesar de la dificultad de alcanzar un consenso en torno a esta propuesta, Boiero remarcó que «se pretende que todos puedan ganar. Entiendo que en porcentaje es mucho, pero peor es no trabajar. Además, que la empresa se funda tampoco es bueno para nadie. Es un tema de madurez«. Asimismo, señaló que ya han iniciado reuniones informales con el Gobierno y los gremios para exponer los números y la realidad del sector. «Este negocio, hoy, no es inviable. ¿Qué hacemos?«, cuestionó, resaltando la importancia de anticipar las negociaciones para evitar la paralización de la actividad.
Por último, Boiero reafirmó que CAPeCA llevará a la mesa de discusión con el Gobierno nacional la solicitud de reducción del 6% en las retenciones y la disminución del 30% en los salarios del personal embarcado.
Las partes esgrimen argumentos sólidos en respaldo de sus respectivas posturas, delineando así el preámbulo de una inminente confrontación en el ámbito laboral. No obstante, tras la aparente disputa gremial subyace un trasfondo de índole comercial y estratégica, donde el verdadero meollo radica en la asignación y distribución de las 200.000 toneladas de langostino, cuya cuotificación ya se perfila como un punto neurálgico de fricción además de la lucha por quien se queda con la mayor porción del mercado.