En el marco de las actuaciones paritarias que dieron origen a los acuerdos laborales del segmento fresquero de la flota pesquera dedicada a la captura de langostino, se informó que en la última hora de este viernes 18 de julio de 2025 pasado, mediante la firma de la Directora Nacional de Relaciones y Regulaciones del Trabajo, Dra. Mara Ágata Mentoro, se dictó el instrumento legal a través del cual se homologaron formalmente todos los acuerdos paritarios alcanzados entre las cámaras empresarias CAIPA-CAABPA y los sindicatos representativos del sector, a saber: SOMU, SIMAPE y SICONARA.
Dichos acuerdos —que constituyeron herramientas claves para sostener la operatividad del sector, brindar previsibilidad a las partes y preservar el orden socio-laboral en un contexto de alta complejidad económica— fueron el fruto de un proceso de diálogo institucional ejemplar, guiado por la razón jurídica, la responsabilidad sectorial y el principio de buena fe entre las partes.
En ese sentido, apenas conocido ayer esta homologación de los acuerdos, varios armadores en contacto con nuestra redacción coincidieron en efectuar un reconocimiento explícito y enfático al altísimo grado de idoneidad profesional, solvencia técnica y compromiso institucional demostrado por los Dres. Fernando Rivera y Diego García Luchetti, quienes oficiaron como referentes de la Cámara de la Industria Pesquera Argentina (CAIPA) y la Cámara Argentina de Armadores de Buques Pesqueros de Altura (CAABPA), respectivamente.



El desempeño de ambos profesionales se distinguió no sólo por el rigor jurídico y económico de las propuestas presentadas, sino también por su férreo respeto y apego a los principios rectores de la Ley de Contrato de Trabajo, en especial a su artículo 12, que consagra la irrenunciabilidad de los derechos de los trabajadores. Su intervención fue clave para alcanzar consensos realistas, equilibrados y sostenibles, sin resignar la juridicidad ni la estabilidad del sistema de relaciones laborales.
Asimismo, mereció ser resaltada la actitud dialoguista, madura y de elevada conciencia institucional de los representantes de las organizaciones sindicales intervinientes — Daniel Flores y Marcelo Torres del Sindicato de Conductores Navales de la República Argentina (SICONARA), Pablo Trueba y Javier Vázquez del Sindicato Marítimo de Pescadores (SIMAPE) y Oscar Bravo junto a Damián Basail del Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU)—, cuyas dirigencias actuaron con altura, ponderando con inteligencia estratégica y sensibilidad social la complejidad del contexto económico-productivo. Su compromiso permitió priorizar el interés general del colectivo trabajador y garantizar la continuidad de las operaciones con justicia social.
La homologación de estos acuerdos no sólo selló un proceso exitoso de negociación colectiva, sino que también representó un ejemplo concreto de madurez institucional y responsabilidad social compartida, que puso en valor al diálogo social como herramienta privilegiada de construcción de consensos, dentro del marco del Estado de Derecho y en resguardo de la paz social.
En ese marco, la Secretaría de Trabajo, Empleo y Seguridad Social del Ministerio de Capital Humano dejó constancia de su reconocimiento a todos los actores intervinientes, por su labor comprometida y su contribución decisiva a la consolidación de un modelo de relaciones laborales basado en el respeto recíproco, la excelencia técnica y el bien común.
Cabe mencionar que, apenas recibida la notificación, la Cámara Argentina de Armadores de Buques Pesqueros de Altura expresó su beneplácito a través de la red social X, reconociendo y agradeciendo el esfuerzo por alcanzar el equilibrio a todas las partes.


De este modo, en el segmento fresquero de la actividad pesquera, el proceso paritario quedó definitivamente cerrado y consolidado con la homologación de los acuerdos preexistentes, constituyendo un ejemplo de gobernanza sectorial. Ello contrastó con otros segmentos de la industria que, al momento, aún se encontraban atravesando instancias de negociación abierta, sin haber arribado a soluciones definitivas.
En conclusión, el camino recorrido en esta etapa constituyó una muestra cabal de que, aun en contextos complejos, el diálogo social, la competencia técnica y la voluntad de concertación pudieron converger en soluciones eficaces, legítimas y sostenibles, en beneficio de la producción nacional y del trabajo argentino con sumo conocimiento e idoneidad en la gestión.