En los últimos meses, el problema del ingreso de merluza en sus variantes, al mercado de Brasil fue generando rechazos por presencia de parásitos.
Es sabido que hay numerosos establecimientos procesadores de Mar del Plata que están sancionados, producto de rechazos de varios contenedores en la frontera argentino brasileña con esta problemática.
El mar argentino es endémico a este parásito, ademas el problema es histórico. No es de hoy y a Brasil no es la primera vez que se le exporta.
Por ende, bien es sabido la política comercial de Brasil, cuando las variables le son adversas en balanza comercial, comienzan a aparecer algunos artilugios, entre los que bien se pueden encontrar estos.
Si ademas, se le suma el creciente desarrollo del cultivo de especies que pueden tocarse con la merluza común argentina, (Tilapia, 750.000Tn/año produce Brasil) los argumentos empiezan a cerrar.
El problema de la merluza con parásitos no es un problema de inocuidad, sino de calidad del producto. Ambos argumentos son los criterios que se discuten en las mesas de trabajo bilaterales entre SENASA y la autoridad sanitaria del vecino pais. Ambos pares saben fehacientemente que el filete enviado es inocuo, pero la entidad receptora aduce un problema de calidad del producto.
Acá es donde comienza el verdadero problema, son interpretaciones razonables de ambas facciones; pero lo concreto es que Brasil en su política comercial, hoy exige umbrales muchísimo mas exigentes de los que la pesca argentina puede ofrecer.
¿Como se llega a la solución?. En principio, las autoridades ministeriales de ambos países necesitan solucionar este inconveniente. El empresariado argentino necesita exportar y el cliente brasileño quiere comprar, pero la autoridad de Brasil frena esta operatoria. Por ese motivo, después de la última reunión en Brasil entre las máximas autoridades de ambos países, la decisión política del Ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Dr. Julián Domínguez es que SENASA, encuentre el camino hacia una negociación. Y a decir verdad, por 60 días de aquella reunión a principio de abril pasado, lo logro a medias; ya que se han flexibilizado rechazos pero no extinguido. Ahora, mediante una mesa de trabajo nucleada por los participantes del sector involucrados en esta problemática y la dirección de SENASA, se elaboran estrategias para llegar a un acuerdo y entendimiento entre partes, seguramente en otra reunión en Brasil, pero entre pares técnicos de ambos institutos de calidad, muy posiblemente para principio de junio a más tardar se logre un encuentro cuyo eje es, por un lado llevar a flexibilizar por 1 año la comercialización y por otro, encontrar de fondo los umbrales para que la operatoria tenga principios claros y no dependientes de técnicos que muchas veces siquiera revisan el embarque y/o si lo hacen, cual es el criterio de muestreo para decir que el total del contenedor es rechazado, entre otros aspectos.
Lo concreto, es que hay varios establecimientos parados en Mar del Plata, que no tienen habilitación para comunidad europea y/o sudeste asiático que pueden empezar a tener inconvenientes legítimos y graves.
Dependen de estas decisiones, la continuidad laboral de muchos trabajadores que necesitan un marco laboral menos inestable y no dependiente de medidas poco claras implementadas por técnicos en frontera con poco criterio y de engorrosa comunicación.
En el INIDEP, ayer, hubo una reunión de técnicos con representantes del sector pesquero. Los participantes acordaron una mesa de trabajo conjunta -SENASA y Técnicos- para sustentar la problemática y dar precisiones a quienes deben integrar una mesa de trabajo en Brasil. Es SENASA junto a su par brasileño, quienes destrabarían este inconveniente mediante una etapa de negociación bilateral. Por el bien de la industria manufacturera, los trabajadores y las empresas, esperemos sea pronto.