En el marco de una nueva reunión de armadores convocada para hoy, destinada a definir la finalización de la zafra de langostino en aguas bajo jurisdicción de la provincia de Chubut, el mar adyacente a sus costas sigue demostrando su extraordinaria riqueza biológica.
Tras haber alcanzado un nuevo récord histórico de capturas, con 105.300 toneladas contabilizadas hasta la fecha, la provincia no solo inscribe un nuevo hito en la actividad pesquera, sino que también evidencia la capacidad de alinear voluntades en pos del crecimiento sectorial. Desde el inicio de la temporada hasta la actualidad, la paz social ha prevalecido sin interrupciones, consolidando un modelo de desarrollo basado en el equilibrio entre la biomasa, la racionalidad y el profesionalismo en la actividad.

Sin embargo, el cuello de botella generado por la capacidad de almacenamiento en cámaras de frío, que se encuentra al límite, impone la necesidad de establecer una fecha de cierre para la temporada. A contraparte, el sector extractivo, que convive diariamente con el recurso y lo palpa, aboga por la continuidad de la zafra al menos hasta el 30 de marzo, o hasta que las condiciones del recurso demuestre su inviabilidad (exceso de fauna acompañante o presencia de tallas juveniles y no comerciales) . En este sentido, las condiciones climáticas recientes han favorecido la presencia de langostino de talla L2 y L1, incentivando la eficiencia operativa de la actividad.
Un capitán consultado fue enfático en su testimonio: “Cuando todo hacía pensar que, tras una excelente zafra, el recurso disminuiría, hoy por hoy no deja de sorprendernos este bicho. Hay langostino como si fuese la primera semana; con una calidad excepcional. Tras el último temporal, el marisco volvió a aparecer en abundancia y nos permite soñar con una continuidad hasta fin de mes. Por el momento, la captura no se corta. No hay merluza ni langostino chico. Mañana (por hoy lunes) seguro tendremos mal tiempo con vientos fuertes, pero el martes seguro volvemos al ruedo”, afirmó con contundencia.
A pesar del éxito en las capturas, el mercado internacional plantea complejidades con una baja demanda y precios en retroceso que dificultan la fluida comercialización de lo que se captura. Eso hizo sumar stock en cámaras de frio. De no ser por este contexto adverso, el desarrollo industrial y manufacturero del sector en Chubut podría experimentar una explosión de inversiones sin precedentes. Al complejo manufacturero le hace falta bajar la presencia del Estado con cargas que ahogan la actividad en función del nivel de contexto internacional imperante. El buen gesto del gobernador Ignacio Torres de impulsar la actividad hacia un mayor valor agregado es contraproducente con los costos en dólares de la mano de obra empleada. Argentina no es competitiva, y eso lo siente también todo el potencial del complejo langostinero chubutense.



En paralelo, surge una inquietante interrogante respecto de la estrategia comercial adoptada por las mismas empresas que, tras batir récords de capturas en aguas provinciales, impulsan una baja cercana al 30% en la mano de obra del personal embarcado condicionando en definitiva la apertura en aguas fuera de la ZVPJM. Las mismas empresas que hicieron esta gesta, son las que impulsan ahora la baja en el segmento tangonero congelador mayor; en virtud de los números, hasta parece inexplicable, visto que lo que está excedido es precisamente el sector fresquero de Rawson y no el congelado a bordo como tampoco el segmento merlucero.
Esta postura sugiere una maniobra estratégica y comercial con un impacto importante en la flota tangonera mayor, que además, podría dejar un mal precedente en la administración del recurso.
Preocupante esquema para la flota tangonera congeladora que opera en aguas nacionales, la eliminación de la zafra fuera de la ZVPJM comúnmente denominada «al norte del 42 «, algo que un sector con claros intereses basados en capturas provinciales, desde hace tiempo, pregona podría impactar de lleno en la operatividad de ese segmento.
Mientras tanto, la incertidumbre persiste en aquellas empresas cuyos buques han permanecido inactivos desde septiembre del año pasado.
La posibilidad que la zafra se habilite entrada la segunda quincena de marzo es una luz de esperanza para buques amarrados deteriorándose en los muelles, lidiando con una ecuación económica insostenible: se paga por 13 meses y solo se trabaja 4 lo que hace compleja la continuidad operativa.
Chubut ha hecho historia con una zafra sin precedentes, pero el desafío inmediato radica en definir un modelo que permita sostener esta proeza sin comprometer la estabilidad laboral de propios ni terceros. La conjunción de ciencia, política y mercado dictará el rumbo de una actividad que destella como pilar del desarrollo económico de la pesca argentina, buscando en la equidad un justo trazado para el bienestar de todos los participantes del sector y recordando que la pesca en Argentina es una sola.