La campa帽a de calamar Loligo en aguas de las Islas Malvinas finaliz贸 anoche, tras registrar capturas estimadas en unas 18.000 toneladas, seg煤n confirmaron fuentes del sector consultadas.
El inicio de la temporada ya hab铆a estado marcado por la incertidumbre: bajos niveles de biomasa y ejemplares de peque帽o tama帽o anticipaban un posible cierre abrupto. Sin embargo, los d铆as iniciales dieron un respiro a la flota, que se mantuvo en actividad m谩s por necesidad que por datos s贸lidos de recuperaci贸n.
鈥La campa帽a hab铆a arrancado cogida con pinzas, con fundados temores de cierre abrupto (鈥) pero el escenario mejoraba por d铆as, y as铆 han ido tirando en la flota鈥, describi贸 Faro de Vigo. Esa fr谩gil confianza, alimentada por la obligaci贸n de sostener la actividad, no logr贸 revertir la tendencia general: el caladero se vac铆a antes de lo previsto.
En total, 16 buques participaron de esta pesquer铆a, vinculadas a grupos como Pescapuerta, Pereira, Wofco, Copemar o Chymar; con fuerte participaci贸n de capital gallego en empresas mixtas donde el 51% pertenece al gobierno de ocupaci贸n de las Islas Malvinas.
Tras el cierre, esas embarcaciones deber谩n reorientar sus operaciones hacia otras zonas con el objetivo de completar bodega y minimizar p茅rdidas en un mercado que ya ven铆a tensionado por las bajas capturas y el encarecimiento de los costos operativos impactando en un desequilibrio clave que apunta a la menor rentabilidad operativa.
El cierre anticipado de la pesquer铆a de calamar en Malvinas deja varias lecciones y preocupaciones: la sostenibilidad del recurso, la falta de previsibilidad para las empresas y trabajadores, y el riesgo econ贸mico que pesa sobre la industria pesquera gallega en el Atl谩ntico Sur principalmente fuera de la ZEEA.
En los 煤ltimos a帽os, la pesquer铆a de Loligo ha atravesado un per铆odo de profunda adversidad, marcado por una dr谩stica merma en los niveles de captura, situaci贸n que ha encendido se帽ales de alarma en todo el sector. Esta ca铆da sostenida no solo compromete la rentabilidad inmediata de las operaciones, sino que amenaza la viabilidad estructural de una industria hist贸ricamente fundamental para diversas comunidades costeras y para la econom铆a mar铆tima en general.
Los grandes buques arrastreros, concebidos para operar en grandes pesquer铆as con altos vol煤menes de extracci贸n, enfrentan hoy una realidad que dista mucho de aquel escenario para el cual fueron dise帽ados. Espa帽a ya no dispone, en sus aguas jurisdiccionales, de recursos que puedan sostener su capacidad operativa, lo que obliga a las empresas a reorientar su actividad hacia la regi贸n FAO 41.
En esta 谩rea, la 煤nica estrategia viable es completar bodegas con las capturas disponibles, en un intento por mantener a flote la actividad y evitar el colapso econ贸mico. Sin embargo, este modelo no est谩 exento de tensiones ni de riesgos crecientes.
A esta compleja situaci贸n se suma la problem谩tica de las licencias de pesca para operar en aguas circundantes a las Islas Malvinas, cuyo coste no ha experimentado reducciones acordes con la fuerte ca铆da en los niveles de captura. Esta falta de correlaci贸n entre los gastos fijos y los ingresos obtenidos, ha colocado a los armadores en una posici贸n extremadamente vulnerable. Cada temporada se ven obligados a asumir costos operativos elevados, sin la garant铆a de que las capturas permitan equilibrar sus cuentas o asegurar la continuidad de la actividad.
En este contexto, los armadores manifiestan una creciente preocupaci贸n por la disminuci贸n de la biomasa, que, de continuar su tendencia actual, podr铆a desembocar en un escenario cr铆tico para la sostenibilidad econ贸mica y ambiental de la pesquer铆a. Los datos de los 煤ltimos cinco a帽os evidencian un declive persistente y pronunciado, que pone en entredicho la capacidad del recurso para regenerarse a un ritmo suficiente.
As铆, la industria se encuentra en un punto de inflexi贸n, enfrentando una tormenta perfecta donde convergen la incertidumbre biol贸gica, la presi贸n regulatoria y los desaf铆os financieros. La captura de Loligo, que alguna vez fue s铆mbolo de prosperidad y estabilidad, se ha transformado en una actividad marcada por la inseguridad y la fragilidad, obligando a todos los actores involucrados a repensar estrategias y a evaluar, con preocupaci贸n, la sostenibilidad futura de este recurso vital.
A la espera de una nueva campa帽a, la inc贸gnita es si el Loligo podr谩 recuperar niveles biol贸gicos que permitan sostener la actividad sin comprometer la especie ni el futuro de las comunidades que dependen de ella.
Detalles de la nota. Fuente: Lara Gra帽a, Faro de Vigo.
