El puerto de Rawson, históricamente reconocido por la calidad y cantidad de langostino capturado desde el año 2000, atraviesa actualmente un grave conflicto laboral. Los marineros que operan en la flota amarilla de Rawson que termina siendo fundamental para la economía de Chubut, se enfrentan a la falta de cumplimiento de acuerdos salariales y condiciones laborales firmados hace 11 meses, en un contexto de creciente inflación y deterioro de sus ingresos.
Desde el 2004, los trabajadores lograron avances importantes con la implementación de un Convenio Colectivo de Trabajo (CCT) que regulaba el modo en que percibían sus salarios. Sin embargo, uno de los puntos de ese convenio establecía un descuento del 19% sobre el valor del langostino capturado, destinado supuestamente a cubrir salarios durante la temporada baja. Esta disposición, acordada en un contexto en el que la palabra de los empresarios pesaba más que cualquier contrato, hoy ha quedado obsoleta con la llegada de nuevos actores en la industria, esgrimen desde el gremio que nuclea la marinería.
A partir de 2007, la situación comenzó a cambiar drásticamente. Los trabajadores denunciaron que «las empresas pagaban menos de lo debido, a veces solo 10 kg de cada 25 kg capturados, –cuando todavía la normativa del CFP limitaba cajas de ese peso (Resolución CFP 1113/88), hasta la llegada de la Resolución CFP Nro.7/2018 que llevó a 17kg.- además, en casos donde el producto presentaba melanosis (una condición que afecta el aspecto del langostino), las compañías reducían aún más el pago. Este esquema de pago injusto, permitió a los empresarios acumular grandes fortunas a expensas de la fuerza laboral«, según argumentan históricos del sector gremial, en una clara visión por rever la historia pero quizá, olvidando que en ese momento un kilogramo de langostino PREMIUM en el circuito internacional valía U$S 13.
Actualmente, la flota de costeros en el puerto de Rawson ha crecido significativamente, pasando de 25 embarcaciones con capacidad de 400 cajas a una flota que puede transportar entre 1.000 y 3.400 cajas. A pesar de este crecimiento, los salarios de los marineros no se han ajustado adecuadamente, quedando muy por debajo del nivel de vida actual, argumentando siempre el crecimiento en capturas, pero sin tener en cuenta que hoy, en boca de bodega el langostino no se paga mas de U$S 2.
Desde 2017, los sindicatos han luchado por la recomposición salarial, firmando acuerdos cada seis meses en función de la inflación publicada por el INDEC. No obstante, en 2018, las negociaciones con las cámaras empresariales complicaron los avances. Es que a decir verdad nace la CAFACh para precisamente defender los intereses de la flota costera amarilla de Chubut.
El empresario Gustavo González, quien asumió la presidencia de CAFACh a finales de 2019, ha sido señalado por los trabajadores como uno de los responsables de bloquear las negociaciones. Con el patrocinio legal de Diego Martínez Zapata, la postura empresarial se ha endurecido, incluso desconociendo acuerdos salariales previamente firmados.
En octubre de 2023, se había alcanzado un acuerdo que establecía un valor de 600,20 pesos para la temporada 2023/24, con una cláusula de ajuste por inflación. Sin embargo, «a casi un año de la firma, los trabajadores siguen sin recibir los incrementos acordados, lo que ha generado una temporada atípica en la que los marineros trabajan sin certeza sobre sus ingresos«, dicen desde el gremio, cuando la realidad indica que desde noviembre de 2009 a la fecha la evolución de los precios de lo que se paga a la marinería por cajón ha subido tan estrepitosamente como la inflación incluso sin contemplar la destructiva baja desde aquellos U$S13 y los actuales U$S2 que se paga el kilo; mal que pese a muchos, esto cuenta y pondera en las decisiones, de hecho, si hoy el langostino valdría U$S 4 en boca de bodega, no se estaría hablando de este conflicto; con lo que se demuestra que el problema no es de falta de respeto a lo oportunamente acordado, sino de precios. Y por otro lado, argumentar cláusulas de ajuste desde los $600.20 llevaría a $1350 o su equivalente 1.4 U$S, un despropósito que hace inviable la actividad, no hay mucho más calculo por hacer.
«El contexto inflacionario que atravesó el país en el último trimestre de 2023 ha dejado a los marineros en una situación crítica, con salarios que han quedado más de un 30% por debajo de lo que deberían percibir. Ante esta situación, los trabajadores exigen que se respeten los acuerdos firmados y que se ajuste el salario conforme a los índices inflacionarios, poniendo fin a una larga historia de abusos laborales «, según propios cálculos del sector sindical que los nuclea.
Por otro lado, los empresarios argumentan que la ecuación financiera es insostenible. El aumento de costos, incluidos los salarios ajustados por el Índice de Precios al Consumidor (IPC), combinado con la baja demanda y los precios internacionales mínimos, pone en riesgo la viabilidad de la actividad pesquera. Si bien reconocen el sacrificio de los marineros y las difíciles condiciones en las que trabajan, consideran inviable el actual esquema de remuneraciones, destacando que los costos operativos, que incluyen mano de obra, insumos, combustibles y víveres, apenas les dejan un margen del 6.5% de la producción, sin contar impuestos, amortización y riesgos.
En conclusión, el conflicto SOMU-CAFACh se presenta como un desafío complejo, en el que convergen factores económicos, laborales e históricos. El desequilibrio entre las expectativas salariales de los marineros y las restricciones impuestas por el mercado internacional del langostino ha generado una situación difícil de resolver, que requiere de soluciones innovadoras y compromiso por ambas partes para garantizar la continuidad de una actividad esencial para la economía de la región; aunque hoy, entre las puntas de lo ofrecido y lo demandado, comienzan a encontrar un punto que podría converger en el equilibrio antes del primero de noviembre, para dar inicio a una nueva temporada de langostino bajo jurisdicción de la provincia de Chubut, las partes se mantienen irreductibles en los máximos alcanzados.
Asimismo, desde el gremio llevan adelante la idea de su líder sindical, que dice: “El que no lucha por lo que corresponde, no merece lo que desea”, sentencia Raúl Durdos, reflejando el espíritu de lucha que persiste entre los trabajadores del puerto de Rawson.