El empresario y presidente del Grupo Conarpesa, Fernando Álvarez Castellano, quien anunció la paralización de la temporada de pesca de langostino para sus ocho barcos en Rawson, luego de un fuerte conflicto con el Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU). La decisión del empresario surge como respuesta a la negativa del gremio de permitir la salida de los buques por la denominada «fiesta de los pescadores».
En un explosivo diálogo con LU20, Álvarez Castellano expresó su indignación por la situación: «Qué pasó? Yo estaba volviendo de Vigo porque habíamos botado un nuevo barco, y cuando llego la madrugada del domingo tengo llamadas perdidas de Rawson. Me dijeron que estaban todos los barcos listos para salir y llegaron del SOMU a decir que no iba a salir nadie porque estaba la fiesta de los pescadores. Los trabajadores ya estaban embarcados listos para salir a trabajar. Llegaron con ese capricho los del SOMU.»
Ante la negativa del sindicato a permitir la salida de las embarcaciones, el empresario tomó una decisión drástica: » Si no van a salir, okey, desembarqué a todos de oficio y que se vayan a la fiesta.»
La tensión creció cuando, según Álvarez Castellano, miembros del gremio habrían presionado a los trabajadores: «Fueron seis patoteros del SOMU para apretarlos y que no embarcaran. Por ende, doy por finalizada la temporada, porque van a pedirme la conciliación obligatoria y a mí no me obliga a retrotraer una medida ni Dios.»
El empresario fue tajante al afirmar que no permitirá el retorno de los trabajadores que fueron cesanteados: «Yo cuando echo a alguien de la empresa no entra nunca más. Serán entre 30 y 35 los que quedaron cesantes.»
También arremetió contra el sindicato y su influencia en la actividad: «Si quieren tener un enemigo, lo van a tener encantado de la vida. Por una fiesta! Porque no la hacen en agosto, si están ocho meses de vacaciones? Una fiesta que no está ni en el calendario ni en un convenio, es un invento de ellos.»
Sobre la situación laboral en Conarpesa, aseguró: «Pago en tiempo y forma, todo como corresponde, y encima te joden. Acá el que manda soy yo. Hoy un marinero está cobrando 2 millones diarios mínimo por cada día de pesca. Y tienen fiesta asegurada cuando ellos quieren.»
Finalmente, Álvarez Castellano sentenció: «La ley es la mía la que vale. Los barcos no salen más. Se acabó todo, en octubre volvemos a hablar. Yo firmé la conciliación, pero los barcos quedan parados. Que vayan a la fiesta!»
El conflicto expone una vez más la tensa relación entre empresarios y el gremio marítimo, pero además deja al descubierto la falta de incentivo por seguir pescando, en momentos donde las descargas de Rawson ascienden a 106.700 toneladas y las cámaras comienzan a fatigarse de volúmenes sin vender, lo que no exime de las justificadas razones de Alvarez Castellano; dejando un interrogante abierto sobre el futuro laboral de los marineros afectados por la decisión.